Seth Rollins quiso estrangular a Vince McMahon por su lucha contra The Fiend en Hell in a Cell 2019
La estrategia habitual de presentar de inicio a un luchador bajo el bando rudo para después llevarlo al técnico funcionó con Seth Rollins dentro del elenco principal de WWE, quien ya incluso en varias rivalidades ejerciendo de «chico malo» era ovacionado. Pero en un punto de su trayectoria de mayor candencia como «babyface», todo se torció.
WWE, innecesariamente, quiso que Bray Wyatt, con su recién estrenado personaje de The Fiend, fuese el retador de Rollins por el Campeonato Universal en Hell in a Cell 2019. Porque Wyatt no necesitaba luchar por un título, su popularidad entre los seguidores no descansaba en su imagen de campeón, sino en lo fascinante de su aura y la virtual imbatibilidad que destilaba.
Así, una vez más WWE se puso a sí misma en una encrucijada creativa: ¿cómo mantener el estatus de Rollins y a la vez el de Wyatt? Pues con un final sin resultado por detención del réferi… dentro de la Celda Infernal. Con el argumento de que el árbitro detuvo la contienda por temor a que «The Architect» pudiera acabar con la vida de su oponente con un martillo, después de haberle golpeado hasta con una caja de herramientas en la cabeza.
De resultas, hubo peticiones de reembolso y hasta cánticos de apoyo a AEW. Aunque el mayor perjudicado fue Rollins, convertido a ojos del público en un cómplice de tal fraude y un torpedeador del ascenso de Wyatt. Y parece que a Vince McMahon, artífice del esperpento, todo le hizo bastante gracia.
► La intracrónica de Hell in a Cell 2019
Dos años ya casi cumplidos de tal «efeméride» en la carrera de Rollins, este ahora la recuerda durante su aparición en el más reciente episodio de ‘Broken Skull Sessions’
, confesando a Steve Austin lo siguiente.«Sí, mira, quiero darle un matiz positivo ahora que echo la vista atrás. En su momento, al volver a atravesar la cortina, estaba listo para estrangular a Vince McMahon. No bromeo, Tyson Kidd me retuvo. Miré fijamente a los ojos a Vince, tú sabes dónde se sienta. Lo miré y él me miró y no nos dijimos una sola palabra y se fue. Me senté con Paul Heyman, que en ese momento era director ejecutivo de Raw… Tuvimos una conversación e intentó ‘PaulHeymanizarme’, si puede decirse así. Y luego, al día siguiente, fui a la oficina de Vince, yo estaba mucho más calmado y dije, ‘vamos a hablar de esto, necesitamos saber qué estamos haciendo aquí porque esto no puede ocurrir otra vez’. Fui civilizado, pero me llevó una noche entera serlo…»
Pues sí que sucedió otra vez. Al mes siguiente, en Crown Jewel, la revancha entre Rollins y The Fiend volvió a lucir cual disparate luchístico, pese a no tener esta vez un final por descalificación, con la victoria limpia del demonio cual indestructible Jason Voorheess. Al menos, el público de EEUU no tuvo que presenciarlo, que diría Mr. McMahon.