Daniel Bryan

Vince'ometro: Daniel Bryan y CM Punk, las nuevas estrellas de AEW

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24-07-2021
¿Qué opinión tenía Vince McMahon de las dos flamantes contrataciones de AEW? De "no captarlos" al principio hasta que se convirtieron en estelaristas.

Singular como él solo, Vince McMahon es una mente brillante. Su visión es sumamente particular y queda en evidencia con cada Superestrella cuando vemos los shows de WWE todas las semanas. El manejo y las oportunidades que recibe cada uno deriva del potencial que él ve en ellos, en un arte que atrapa la atención del lector cada vez que surge un reporte sobre el asunto.

Al ser el hombre a impresionar, sus perspectivas, aunque con el transcurso del tiempo más extremas e incomprensibles, son motivo de estudio. La suya es la voz definitiva y de ahí que su opinión sea tan buscada. Mientras que, a su vez, es un individuo difícil de satisfacer. Y en este nuevo número, les traemos la lupa McMahonesca sobre Daniel Bryan y CM Punk, las nuevas estrellas de AEW.

► Daniel Bryan

Daniel Bryan… si han habido casos extraños. Puede sonar contradictorio, pero no se suponía que Bryan Danielson fuera una mega estrella en WWE. A Vince McMahon no terminó de «encantarle» en ningún momento. lo consideraba demasiado pequeño y no creía que tuviera carisma. Tanto para él como para todo el mundo hubo un punto de inflexión, sin embargo: su asociación con Kane como el Team Hell No! Esa faceta cómica dejó en evidencia que tenía con qué para ser un peón importante. Pero, ¿material estelar también?

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Esta es la pregunta. Se sabe que McMahon le reconoció esa personalidad y le dio una oportunidad arriba de todo. Su primer reinado como Campeón de WWE, venciendo a John Cena limpiamente en el main event de SummerSlam, no fue casualidad. Sin lugar a dudas, le vio a la altura de las circunstancias. Eso sí, habría que ver qué tan lejos hubiera ido de no ser por que se convirtió en el favorito absoluto de la afición.

Seguro que eso de perder el Campeonato justo después de ganarlo fue para dar lugar a una rivalidad con Randy Orton y la Autoridad. El tema hasta qué punto se suponía que iba a continuar originalmente. Porque, no es ningún secreto, se suponía que Batista iba a ser el que pusiera a Triple H y Orton en sus lugares en WrestleMania 30. Pero pasó el Yes Movement, y WWE no tuvo más remedio que cambiar de planes.

Vince’ometro: 5/7

A partir de entonces, ya no fue el mismo. Defendió en el siguiente evento, pero no como el plato fuerte. Después se lesionó. Algo de razón tenía la directiva al pensar que a Bryan se le daba mejor contendiendo, en la búsqueda, como el

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underdog, que como el hombre a vencer. Y eso de verlo como un «B+» estaba basado en la realidad, un reflejo de su opinión real: popular, carismático y muy buen luchador, sí, pero también muy pequeño y propenso a las lesiones, cabe añadir.

En sus años finales, ya como un talento consolidado, favorito de la gente y teniendo el plus de su regreso heroico, ganó todavía más terreno. La salida de varias estrellas de peso y la incapacidad de crear otras nuevas hizo que se convirtiese en un comodín: aquella carta que podía jugar McMahon cada vez que necesitaba un retador creíble al Campeonato Mundial, pero que también podía estar tranquilamente en el cartel medio del show.

En una escala del 1 al 7 (teniendo como puntaje perfecto a leyendas como Stone Cold, John Cena, Hulk Hogan o el Undertaker), creemos Bryan era un 5, poniendo las cosas sobre la balanza McMahonesca.

► CM Punk

CM Punk tampoco la tuvo fácil. Por empezar, llegó a la empresa con la reputación de ser la gran promesa del circuito independiente. Dentro de WWE habían oído cómo este joven venía de dar cátedras de lucha libre, al punto de que su rivalidad con un tal

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Samoa Joe había salvado a ROH de cerrar sus puertas. Desde un primer momento debió luchar contra su reputación y la carga de tener que estar a la altura, sumando además que tenía un estilo diferente al de WWE.

Ya estando en OVW, a pesar de destacar del resto de sus compañeros, los altos mandos de WWE empezaban a gestionar tras bambalinas para dejarlo ir. Se sabe que John Laurinaitis estuvo a punto de dar la orden de liberarlo en más de una ocasión porque no le gustaba su look, considerándolo muy pequeño y alguien a «quien no entendía». Lo salvó Paul Heyman, quien lo pidió específicamente para que fuera una de las estrellas principales de su reformada ECW en Syfy.

Vince’ometro: 6/7

Con Heyman ganó el Campeonato de la marca. El legendario mánager incluso quiso que Punk hiciera rendir a Big Show y Bobby Lashley con el Anaconda Vise para

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hacerse con el título en el Elimination Chamber de December to Dismember, pero McMahon le puso un freno. Con la transición a las marcas principales, siempre fue así: tenía sus detractores, como Triple H, Shawn Michaels o Michael Hayes.

McMahon no terminó de jalar el gatillo con él hasta la época de los Nexus. Hizo el intento y no decepcionó: le hizo subir escalones, y todo voló por los aires para su rivalidad con John Cena, la pipebomb y su clásica versión que quedará en los libros de historia. Pero incluso ahí, mientras superaba a Cena en la venta de mercancía y tenía uno de los reinados mundiales más largos de la era moderna, rara vez era estelar en los PPVs. Y aquello que siempre anheló, le fue negado: encabezar WrestleMania.

Para su último año en WWE ya estaba más que hecho. Y a diferencia de Bryan, sí era a ojos de McMahon un estelarista con todas las de la palabra, teniendo sólo por encima a John Cena. Por eso su salida de 2014 fue un golpe bajo para el mandamás, y ahora también lo será su firma con la competencia.

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