of Doom

"Mr. Beast in the Bank" y 24/7: ¿los "Fingerpokes of Doom" de WWE?

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21-05-2019
El pasado domingo, Vince McMahon se jugaba mucho con Money in the Bank. Primeramente, dar un revulsivo

El pasado domingo, Vince McMahon se jugaba mucho con Money in the Bank. Primeramente, dar un revulsivo a la pésima coyuntura creativa y de ratings tras WrestleMania 35, iniciadas con un fútil Superstar Shake-Up. Y en segundo lugar, sacar músculo ante AEW y su Double or Nothing, PPV que tendrá lugar este sábado, con una posible futura guerra televisiva al estilo de las «Monday Night Wars» contra WCW. Pero finalmente, las pésimas vías creativas adoptadas me hacen recordar aquel «Fingerpoke of Doom» de la extinta compañía.

Brock Lesnar cerrando Money in the Bank 2019 con su victoria del maletín MitB – WWE

A finales de 1998, Hulk (Hollywood) Hogan anunció en el programa de Jay Leno que se retiraba de la lucha libre. Unas declaraciones que ahora calificaríamos de «troleo», pues todo resultó ser una historia

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de cara al duelo que iba a mantener con Kevin Nash, programado para la edición de Nitro del 4 de enero de 1999. Sí, la misma en la que Tony Schiavone destripó la victoria de Mankind del Campeonato WWF, lo que provocó un vuelco definitivo de los ratings a favor del Imperio McMahon.

Aunque no sólo ese avispado «spoiler» provocó este cambio de dinámica, pues dicho duelo entre Nash y Hogan también hizo su parte. «Big Sexy», como técnico y líder del Wolfpac, puso sobre la mesa el Campeonato Mundial de Peso Completo WCW (conseguido el mes anterior al derrotar a Goldberg y poner fin a su racha) frente a «The Inmortal». Mano a mano que lógicamente levantó suma expectación, debido al interesante ángulo trazado con la escisión de la nWo. Y que se ventiló de la siguiente manera.

Así, Nash reveló su verdadera cara, dejándose ganar y uniéndose de nuevo a los rudos. Un hecho que inmediatamente provocó el disgusto de los fans, quienes no dudaron en arrojar basura al ring ante tamaño truño. Esa misma semana, los datos de audiencia pusieron de manifiesto las nefastas decisiones acometidas aquella noche:

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Nitro cosechó un 5.0 de rating, mientras que Raw llegó al 5.7. Sorpaso que ya se convertiría en tendencia, con una consecuencia de última instancia: la muerte de WCW.

Por supuesto, el contexto para WWE hoy día luce muy distinto. Tendrían que producirse una serie de catastróficas desdichas para que el gigante estadounidense acabara defenestrada cual producto de Ted Turner. Pero justo ahora aparece en escena AEW, y esta novata promoción, pese a afirmar lo contrario, no haría ascos a la idea de que la historia se repita a la inversa.

Aquellas «Monday Night Wars» podrían pasar a ser «Tuesday Night Wars», ya que AEW parece que emitirá su show semanal en TNT el segundo día de la semana. Mientras, una vez inicie su acuerdo con FOX, SmackDown Live (nuevo «Show A» de WWE) apunta a permanecer poco tiempo bajo la franja de los viernes noche. A cambio, a partir de 2020 los martes resultan el hueco más favorable, como un servidor ya expuso aquí en Superluchas.

Y con un Brock Lesnar consiguiendo el maletín MitB

y la introducción ayer del Campeonato 24/7, desde luego si bien no puede hablarse de una sentencia de muerte, sí que ambos hechos lucen cual Vince disparándose en su propio pie. A juicio de un servidor, seguramente las dos peores decisiones creativas de la última era.

Básicamente, porque Lesnar no necesita el maletín. Y aunque se diga que así elevará las audiencias, tradicionalmente los ratings se mantienen en un nivel aceptable tras cada entrega de MitB. Un protagonismo que de nuevo saca a relucir el auténtico problema de fondo: la incapacidad de WWE por crear nuevas estrellas.

De acuerdo, de cara a Super ShowDown tal vez los espectadores se enganchen, pero más allá, una vez Lesnar canjee, ¿qué creen que ocurrirá? Vince, en modo pánico por la situación actual, ha perdido el norte, dejando de pensar en el futuro.

Les pongo el ejemplo de CM Punk, ganador en dos ocasiones de la lucha de escaleras MitB. Gracias a apostar por él en sus primeros años dentro del elenco principal logró convertirse en una de las últimas grandes estrellas de la compañía

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Mientras, el 24/7 luce como otro desesperado (por no decir patético) intento de, al menos, generar comentarios y memes en Twitter. Porque con una tanda de Superestrellas de medio cartel como contendientes, el efecto novedad se agotará pronto.

WWE ha entrado en una suerte de espiral dostoievskiana de autodestrucción preocupante. Que lleva a preguntarme si realmente hay algún topo trabajando en las oficinas de Stamford pretendiendo mandar a pique a la compañía de lucha libre más grande del mundo.

El Campeonato 24/7, presentado por Mick Foley – WWE
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Mucho deberán mejorar las cosas para que NBC Universal y FOX queden contentas con las audiencias. Cierto que con la base de fans que WWE guarda desde hace décadas, sumados a los espectadores casuales, pensar en una desaparición de WWE es una quimera. Sin embargo, todo fluye. Y los gustos televisivos actuales cada día se alejan más de la lucha libre, por obra y gracia de las MMA. Así lo avisó Dave Meltzer.

«Muchas personas no se dan cuenta y piensan que es normal que sus ratings bajen porque esa es la tendencia. Pero la verdad es que los ratings de WWE están cayendo mucho más rápido que los del resto de la televisión. Esa no es una buena señal. Sin embargo, lograron firmar enormes acuerdos televisivos».

Por lo que en definitiva, el mayor enemigo del Imperio McMahon es él mismo. Un fracaso respecto a esos dos multimillonarios acuerdos podrían poner en aviso al resto de grandes cadenas estadounidenses. Y eventualmente alejar a WWE de estas. Entonces, las consecuencias económicas de no contar con una exposición televisiva de peso resultarían impredecibles.

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