Big Cass confiesa que era depresivo y alcohólico en WWE

Tommy Dreamer pensó en matar a Paul Heyman y suicidarse en WrestleMania X7, y tal vez atravesar ese pico de depresión le haya ayudado a que, en tiempos modernos, les tendiera una mano a luchadores que estaban necesitados en su momento, como sucedió con Rich Swann y Big Cass luego de sus salidas de WWE.

Un Cass, o mejor dicho CaZXL, que recién por estas fechas está volviendo a coger fuerza en el mundo de la lucha libre, gracias a su debut-despedida en el show conjunto de NJPW y ROH en el Madison Square Garden junto a nZo. Ahora sabemos que ese retorno no fue inmediato debido a problemas de depresión y alcohol, como lo contó en un nuevo video motivacional.

La ex Superestrella WWE ya había hecho una fugaz mención sobre sus demonios, pero en las últimas horas se explayó al respecto, explicando en profundidad cómo afectó ese malestar a su vida y su carrera profesional, sobre todo en su etapa en la compañía McMahon.

«Estar depresivo es una cosa; tener depresión diariamente es otra. Es difícil decírselo a la gente porque nunca sabes qué van a decirte: ‘sólo quieres atención, tienes todo lo que siempre quisiste’, así que te lo guardas para ti mismo; lo ocultas en lo más profundo, que es lo peor que puedes hacer.

«No pedí ayuda por años. Me ‘automedicaba’ con alcohol. Iba a los bares, bebía cervezas y no podía evitar quedarme dormido. Cuando me despertaba me decía, ‘desearía que Dios me hubiera llevado mientras dormía’. ¿Por qué pensaba eso? ‘Desearía no estar vivo hoy’.

«Luché contra Enzo y me rompí el ligamento. La cantidad que bebía era impresionante, la cantidad de comida con la que alimentaba a mi cuerpo era increíble. No tenía actividad física, fumaba cigarrillos. WWE tenía todo el derecho del mundo en dejarme ir.

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«Fui a un show de House of Hardcore [de Dreamer] en Philadelphia. Rumbo al show, no había dormido en dos días. No recuerdo haber traspasado la cortina, no recuerdo haber ido a la mesa de autógrafos… noté que estaba en una ambulancia y me dijeron que había tenido una epilepsia. Lo tomé como una señal de Dios. Dios me habló ese día y me dijo, ‘si quieras vivir esta vida, terminarás muerto, pues ese es el camino que estás tomando’.

«Pude haber muerto aquella noche, y es lo que me dijeron en emergencias. Un tipo vino hacia a mí en una firma de autógrafos y me dijo, ‘estás deprimido. Estás cuesta abajo y voy a ayudarte’. Luego de la epilepsia me fui a vivir con él en Delaware. Me puse sobrio, viví limpio, con actitud positiva… él me cambió la vida.

«Estoy aquí contándote esto pero debería estar muerto con todo lo que bebí y la epilepsia que tuve. No debería estar aquí. Si alguien sufre de depresión, ansiedad, y lo está ocultando por el estigma de que eres débil… no eres débil. Lo que sea que fuese, necesitas buscar ayuda. Sea con medicación o con terapia o lo que sea que necesites.

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«Debes hacerlo, porque si lo ocultas, no funcionará: es lo que hice por mucho tiempo y eventualmente… explotó. Lo que sea que necesites para arreglarlo, asegúrate de hacerlo. Mantener toda esa m…. embotellada no vale la pena. Confía en mi palabra como alguien que lo vivió. Busca ayuda».