Roman Reigns será más grande que John Cena en la historia de WWE
Un titular tan rotundo era necesario para este artículo. Por favor, a todos los anti-Cena y anti-Reigns, bajen las espadas. Como escribí en un ránking reciente de los mejores combates del rapero en WrestleMania, no puede negarse la importancia de este luchador dentro de la historia de WWE. Y a su vez, negar ahora la importancia del samoano, dejando a un lado las preferencias personales y los juicios medianamente objetivos, se antoja pueril.
Cena sale de la compañía por un tiempo indefinido y un regreso podría ser muy remoto, así que ya se comenta abiertamente la toma de su rol por parte de Reigns. Aún desconozco con certeza si portará el color rojo o azul (para oprobio de Shinsuke Nakamura
), pero en cualquier caso, todo parece indicar que tendremos Roman hasta enla sopa. Lo amemos o lo odiemos. «El Tipo del patio» (denominación personal) no tiene rival en términos de repercusión mediática y ventas, y sin duda, eso es factor clave para la empresa de lucha libre más poderosa del mundo. Triple H lo sabe.
Quiero trazar un paralelismo entre pasado y futuro, a fin de justificar la osadía del titular del artículo. WrestleMania, escenario que define quién es quién para WWE, resulta crucial en mis argumentos. Roman Reigns vs. The Undertaker marcó un antes y un después en la historia de la compañía, pues a mi juicio, representó el verdadero fin de una era con la retirada de «El Fenómeno»; así como fue punto de inflexión para Reigns.
Hace una década, Cena también vivió su momento clave contra Shawn Michaels (WM 23). La notable calidad de la lucha fue determinante, teniendo en cuenta el mediocre precedente del año anterior contra Hunter, y si bien es cierto que el Campeonato WWE estuvo por aquel entonces en juego,
Números, números y números. Siempre son determinantes en WWE. Sólo dos luchadores han estelarizado en la última década el «Show de los Shows» tres veces consecutivas: Cena y Reigns
Pese a las dudas de cada año, Vince McMahon parece haber concedido todo el crédito al verdadero «elegido». Es hora de que dejemos de especular con los nombres de Seth Rollins o Big Cass. Taker pudo haber tenido su última lucha contra Cena, y a cambio, WWE decidió apostar por el futuro. Y el futuro se llama Roman Reigns. Un servidor y gran parte de los fanáticos hubiesen escogido la primera opción, pero los presumibles planes que lo enfrentarán a Brock Lesnar en WM 34 abren un nuevo horizonte.
«La Bestia» es hoy la Superestrella con mayor estatus de la historia, y de nuevo, creo que no caigo en la hipérbole. Este 2 de abril venció limpiamente a Goldberg, algo de lo que nadie fue capaz durante 20 años, véase, toda la carrera del ex-WCW. Primero La Racha de Taker y ahora la legítima imbatibilidad de «El Mito». ¿Quién podrá destronar a Lesnar con semejantes credenciales?
El año que viene desde Nueva Orleans, veremos un choque, en términos de «hype», que establecerá un cénit de legitimidad sin precedentes. Apuesten sus mejores cartas a Reigns, que sumaría a su haber otro paso de antorcha… y otro estelar. Ya serían cuatro, registro sólo igualado por Hulk Hogan. De manera natural, la derrota de Lesnar otorgará vía libre al «Imperio Romano», último obstáculo.
El samoano otorga estabilidad a la empresa y ocupa un rol que sólo Cena logró ejercer tras el ocaso de la «Hulkamania». Quizá CM Punk sí hubiese cumplido con la tarea contando con el apoyo adecuado, pero eso es otra historia. Muchos analistas coinciden en que Reigns brindó la mejor promo de su carrera durante el Raw post-WM, pues supo jugar con el público del Amway Center de Orlando. Sólo necesitó cinco palabras: «This is my yard now» («Este es ahora mi patio»). Y Reigns es el mejor rudo que WWE nunca pudo tener con Cena.