El fenómeno del Fenomenal AJ Styles cumple un año en WWE
Era el 4 de enero de 2016 cuando AJ Styles enfrentó ante un pleno Tokio Dome a Shinsuke Nakamura. Era el fin de una era dorada en New Japan Pro Wrestling, dos de los mejores gladiadores de la empresa se iban dando una estupenda batalla que quedó para la historia. Al día siguiente, Styles fue desconocido por el equipo que él ayudó a apuntalar, el Bullet Club. Su estancia en NJPW había terminado.
Los días pasaban y los rumores iban creciendo a cada paso: Styles habría firmado con WWE. Era ya una seguridad que uno de los mejores luchadores de la historia reciente había firmado ya contrato con WWE, aunque quedaba en el aire la interrogante: ¿iría directo al roster principal? o ¿iría como la gran mayoría de sus compañeros en TNA a NXT?
Y entonces llegó el Royal Rumble, un día como hoy, 24 de enero, miles de opiniones daban por hecho que sería el primero en entrar a la campal, pero no, con el número uno ingresó Roman Reigns… ─bueno, de dos… No, es Rusev… Y cuando se empezaban a perder las esperanzas y se comenzaba a creer que iría a NXT tocó el turno de número tres ocasionando la reacción más increíble y de genuina admiración entre la afición que estaba presente en la arena:
Desde su llegada, Styles ha caído con el pie derecho, multiplicando sus victorias con la mayor parte del elenco de la empresa, con muchos como en el caso de Kevin Owens, a quien ya conocía de los tiempos donde ambos eran de lo mejor en Ring of Honor.
Si bien es cierto que Styles ha conseguido mucho en el corto tiempo (vencer limpiamente a John Cena, el Campeonato Mundial, etc.), también es cierto que la empresa no lo ha sabido llevar de manera adecuada: Es uno de los consentidos de la afición y sin embargo se ha manejado generalmente como rudo.