Kevin Owens

6 luchas de Cody Rhodes en WWE que quisiéramos ver

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12-04-2022
En medio de un empuje monumental, la flamante Superestrella de WWE tiene en fila media docena de adversarios de ensueño que servirán como refresco para la afición. ¿Estás de acuerdo con estos nombres?

A pesar de lo extraño que sonó en un primer momento el que Cody Rhodes abandonara AEW, la compañía que ayudó a fundar y en la que fungió como Vicepresidente Ejecutivo, hoy por hoy cuesta argumentar que Rhodes y WWE no son la definición de compatibilidad. La opinión popular reza que Cody encaja mejor en WWE que lo que encajó en la empresa de Tony Khan.

«Cody nunca lució como una estrella más grande»; «ahora sí será Campeón Mundial»; o «fue la mejor decisión que pudo haber tomado», son frases que, dichas de una forma u otra, son consensuadas tras lo que fue uno de los regresos más sonados de los últimos años. Pero ya de vuelta en el ruedo, el abanico de posibles oponentes se renueva

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, y aquí te presentamos los seis combates que todos queremos ver de Cody Rhodes en WWE.

6- Kevin Owens

Si hay alguien que demostró ser un camaleón en el cuadrilátero, de esos multifacéticos que harán lucir bien hasta a un objeto inanimado, Kevin Owens ha de ser la respuesta unánime. La forma en que condujo el plato fuerte de la primera noche de WrestleMania —bailando en el centro de la pista con un Stone Cold Steve Austin retirado de 57 años, rodillas destruidas y casi dos décadas sin acción—fue tan sólo la última prueba de un hecho irrefutable.

El dato de color está en que ambos ya se midieron entre las doce cuerdas no hace siete, ocho o nueve años atrás, sino luego de las grabaciones de Monday Night Raw del lunes pasado, donde Owens hasta se animó a hacer un pequeño tributo a los Young Bucks, con triunfo para la flamante nueva Superestrella. Ahora toca llevarlo a las pantallas para que mucha más gente aparte de los miles presentes en alguna arena situada en Texas pueda disfrutarlo.

5- AJ Styles

Cuando le hicieron la pregunta del millón hace cuestión de unos días, Cody no titubeó demasiado: «Mi oponente soñado en la WWE es AJ Styles. Nunca cruzamos nuestros caminos y ahora es el momento

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«.

El deleite de compartir la lona con un maestro técnico sería un deleite para el propio Cody —eso se encargó de darlo por descontado—pero posiblemente mucho más para el aficionado. Porque además del añadido de lo fresco que resultaría, acotaría un choque de estilos que, en ocasiones, termina siendo el ingrediente clave para cocinar una gran lucha.

4- John Cena

Uno de los puntos más importantes de la historia que está contando Rhodes en su (de momento) glorioso retorno a «casa» es cómo del menosprecio logró revertir por sus medios dicha etiqueta

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por la del «aprecio». Una lectura inequívoca si nos ponemos a hacer memoria y rememoramos al personaje de Stardust, puntualmente, o a otras cuantas instancias en las que el hijo menor de Dusty Rhodes no fue tratado acorde al potencial que realmente demostraba.

Resulta que en todos esos momentos, o en gran parte de ellos, el caso antagónico, ese receptor de todo aquel respaldo y «aprecio» que la directiva le negaba a Cody, era John Cena. El poster boy, como lo tildarían despectivamente en el inglés, sería la excusa perfecta para ver a un Cody especialmente resentido —dentro del kayfabe, claro—yendo con los dientes afilados a por ese individuo al que seguramente miró por tanto tiempo con una mirada celosa. ¿Los entusiasmaría?

3- Drew McIntyre

Las carreras de Cody Rhodes y Drew McIntyre recorrieron caminos semejantes. Un breve repaso: aparecieron como dos jóvenes inexperimentados cuya madurez consistía en un muy corto plazo entre sus debuts en el elenco principal y su incursionar en el negocio.

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Se reportaron bajo el rótulo de «promesas» y la presión de estar a la altura de lo que se esperaba de ellos —uno por ser el hijo de una leyenda, otro por las expectativas que demandaban que el mismísimo Sr. McMahon lo señalara como «un futuro Campeón Mundial»—pero perecieron en el intento.

McIntyre fue el primero en acudir a la reinvención y en lugar de ahogarse en sus penas, puso todas las fichas en sí mismo y supo forjar un nombre de peso en el circuito independiente. Lo mismo Cody un par de años después, siendo para él una experiencia de envergadura aun mayor con la génesis de All Elite Wrestling. A día presente, son dos de las Superestrellas magnas de WWE. La historia se cuenta sola, y si hay una gran historia, la colisión no hará más que seguir esa misma línea de trascendencia.

2- Randy Orton

Se sientan cuatro miembros del universo de WWE en una charla de café. Todos ellos se muestran muy satisfechos y entusiasmados en torno al porvenir de Cody, cuando uno pone sobre la mesa una propuesta interesante: «¿Contra qué gladiador les gustaría ver a «The American Nightmare» en el ring? Solo pueden decir uno». Lo más probable —y pronúnciate en la caja de comentarios si no estás de acuerdo, conocedor—, es que

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dos tercios de los presentes mencionen a Randy Orton.

Más que por otra cosa, es el lazo que los une lo que endulza esta potencial combinación. Para los olvidadizos o los más jóvenes, cabe destacar que Orton fue para Rhodes lo que Triple H fue para Orton: el guía. Pero Legacy no llegó a las proporciones de Evolution, y ahí está la otra pata de esta hipotética rivalidad: prácticamente, maestro contra estudiante, y en lo que el estudiante se convirtió con el tiempo. No apto para cardíacos.

1- Roman Reigns

O, claro está, podemos ir a la otra gran favorita del mundo luchístico. El primer blanco en el que el ex-Campeón TNT ha posado su mira es el título mundial, aquel que en AEW ya no podía reclamar,

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que también se le negó y que tan lejano parecía en su primera etapa en el suelo de los McMahon. ¿Tiene con qué para ser declarado el Campeón Unificado WWE? Antes que nada, debería medirse con el monarca en vigencia, Roman Reigns.

Probablemente lo hayas olvidado, pero Reigns y Cody rivalizaron en los tiempos en que uno representaba a The Shield y el otro a la familia Rhodes. En lo que respecta a ellos en el ámbito individual, por otro lado, agua. Cero. Nada. Y mejor así. Cuando el rudo por excelencia y el técnico ¿por excelencia? se encuentren cara a cara con el oro más preciado en juego, sabremos que algo gordo estará por avecinarse. Como diría algún meme dando vueltas por allí: «¡Cállate y toma mi dinero!».

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