All Elite Wrestling: La resistencia contra la máquina

Afortunadamente, parece que no veremos luchar a Tony Khan, aunque muchos no lo descarten desde aquel sonado catalizador dramático durante el epílogo del episodio de AEW Dynamite del pasado 24 de abril.

Como saben, y si no se lo recuerdo, Jack Perry, Kazuchika Okada y The Young Bucks, nueva versión de The Elite, declararon la guerra a Khan mediante un asalto físico sin paliativos, autoproclamándose verdaderos dueños y señores de AEW y obligando al «Chairman» a llevar collarín.

Interesante historia que ya ha propiciado un primer gran combate, la próxima semana en Double or Nothing, donde los rudos se verán las caras contra quienes no compran su discurso y decidieron dar un paso al frente: FTR, Bryan Danielson y Darby Allin (en sustitución de Eddie Kingston, lesionado), con el apoyo de Kenny Omega, principal impulsor de esta suerte de oposición.

© Lee South/All Elite Wrestling

► Recuperar sensaciones… y audiencia

Evitaré valorar los datos de audiencia de dicho episodio, pues lo consideraría inicio del particular plan de revitalización de ratings de AEW. Vayamos entonces al capítulo de la semana siguiente (1 de mayo), donde en teoría el runrún causado por ese controversial ángulo se traduciría en un aumento de televidentes.

Y sí, hubo un aumento, pero muy leve, cosechando 703 mil espectadores de media, respecto a los 683 mil de siete días antes, y un rating de 0.24 en la franja demográfica clave (18-49), en comparación al 0.23 logrado la semana previa. Podemos disculpar tales datos un tanto decepcionantes si esgrimimos que Dynamite tenía dura competencia esa noche, con los «playoffs» de la NBA y la NHL.

Siete días después, Dynamite generó los mismos números, 703 mil espectadores de media y un rating de 0.24 en la franja 18-24. Otra vez, el programa insignia de AEW se vio en mitad de la disputa de los «playoffs» de la NBA y la NHL.

Pasamos a la presente semana. Tres días atrás, Dynamite no pudo mantener las cifras, y su audiencia volvió a caer, con 672 mil televidentes de media y un rating de 0.23 (18-49). Y como los miércoles anteriores, NBA y NHL hicieron de las suyas.

Pero, como ya estarán pensando, la competencia deportiva no es algo nuevo para AEW. En años anteriores, Dynamite igualmente afrontó tal hándicap y nunca salió tan mal parado como ahora. El episodio del 17 de mayo de 2023, por ejemplo, congregó a 814 mil espectadores de media y un rating de 0.28 (18-49).

Muchas cosas pueden cambiar de un año para otro. Y la realidad es que AEW pierde público, no sólo en las arenas. A lo largo del primer cuatrimestre de 2023, Dynamite superó en dos ocasiones el millón de televidentes de media, con la mayoría de ratings en torno al 0.30 (18-49). A lo largo del primer cuatrimestre de 2024, Dynamite no alcanzó el millón de televidentes de media, y sus ratings sólo lograron situarse dos veces en el 0.30 (18-49).

SEScoops

► WWE, una eterna sombra

No luce sospechoso un servidor de ser «hater» de AEW, por ello creo que un análisis constructivo resulta necesario ahora mismo sobre la falta de candencia del producto que ofrece la casa Élite. Y sólo me ciño a Dynamite.

Desde 2021, el show no arrojaba unos números tan bajos, cuando el episodio del 6 de enero se quedó en 662 mil espectadores y cuando el capítulo del 23 de octubre obtuvo un rating de 0.22 (18-49). Sin embargo, se topó en ambas ocasiones con circunstancias excepcionales: el 6 de enero se produjo el asalto al Capitolio de los EE.UU., suceso que acaparó la atención de casi toda la sociedad yanqui, y el 23 de octubre fue sábado, y para más inri, bajo la misma franja horaria FOX emitió una repetición de la entrega de Friday Night SmackDown celebrada 24 horas antes.

Resalto el detalle de que esa cifra de rating de 0.22 se diera en una noche de competencia con WWE. Porque conecta con reciente análisis hecho por Dave Meltzer.

«La clave en el descenso de AEW de un consistente 0.27/0.28 al rango de 0.23/0,24 es el desplome de los espectadores de 18-34 años. Los números de 35-49 han bajado un poco, pero el grupo más joven, el grupo que en el pico muchas veces había vencido a Raw y Smackdown, lo han perdido de manera dramática.

«Esta franja demográfica y los adolescentes son el grupo que sigue lo ‘cool’. A AEW nunca le fue bien con los espectadores de más edad, pero ahora le va bien con los de 35-49, un grupo que sigue el patrón. Pero generalmente es ese 18-34 el que cambia rápidamente en base a tendencias y modas, y también es el público clave que compra boletos.

«WWE se ha hecho muy fuerte y AEW muy débil. Es un grupo difícil de alcanzar para la televisión pero muy valioso, y con AEW en temporada de contratos, lo que tenían que era muy valioso es lo que han perdido en los últimos dos meses».

Dynamite, pese a esos dos patinazos comentados, alcanzó su pico como valor televisivo en 2021, pues aquel año encadenó su mejor racha de resultados, tanto en media de televidentes como en ratings, propiciando la creación de Rampage. Claro que, WWE no era la misma que la actual.

El argumento de una AEW exitosa en base al estado de WWE me pareció hiperbólico durante mucho tiempo. Pero hoy día, visto lo visto, AEW aún no ha conseguido establecer una base de fans tan acérrimos como se creía. No es casualidad que la pérdida de candencia de los Élite haya coincidido con el repunte de popularidad del otrora Imperio McMahon. Meltzer ya lo expuso allá por el verano de 2019.

«[…] Gran parte del éxito de AEW descansa en una base de fans que odia WWE. Y si WWE consigue mejorar las cosas y cambiar las tornas, AEW tendrá problemas para ser la alternativa ‘cool’. Necesitan que WWE no sea un producto ‘cool’ para ser realmente competitivos».

© World Wrestling Entertainment

 ► Una vía necesaria

La pregunta entonces es, ¿le queda margen a AEW para crecer? En estos días, no pocos señalan la incapacidad de Will Ospreay, Kazuchika Okada y Mercedes Moné como figuras elevadoras del producto. Y ciertamente, ni Ospreay, ni Okada, ni Moné poseen tanto «power star» como para hacer que Dynamite vuelva a superar cada semana el millón de espectadores y genere un rating de 0.40. El error pasa por buscar una personalización del problema.

Durante aquella etapa dorada de 2021, CM Punk, Bryan Danielson y Adam Cole también fueron señalados, considerando que en comparación a los inicios de Dynamite con Chris Jericho, Kenny Omega o Jon Moxley de grandes protagonistas, AEW presentaba un crecimiento menor del esperado. Nada nuevo bajo el sol.

AEW, y todavía muchos no se dan cuenta, constituye un producto de nicho, aunque luzca cual producto «mainstream» por guardar acuerdo multimillonario con un «mass media» como Warner Bros. Discovery y aunque Tony Khan asegure que es competencia de WWE. Y al ser un producto de nicho, nunca alcanzará ese nivel que la lleve a unas utópicas «Monday Night Wars» contra Raw.

Y está bien así. O estaría bien así. Sin embargo, el empeño de considerarla competencia y las comparaciones y referencialidad con WWE, tanto vía E-Drones como vía Tony Khan, no le benefician, teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente. Su peor momento, el actual, es consecuencia de ello. La percepción, esencial en el posicionamiento de todo producto, ha sido un factor muy dañino para AEW.

Volviendo a la pregunta planteada, me aventuro a decir que a AEW no le queda mucho margen para crecer. Al menos no más allá de lo logrado en 2019 y 2022, sus dos mejores años. Si su éxito, parece, depende, del estado de WWE y ahora los seguidores jóvenes han decidido volver a conectar con esta casa, se demuestra, y ya lo expuse el pasado mes, que en USA no hay público suficiente todavía para conformar una alternativa de tanta envergadura.

Y ante esto, por muy buenos combates, historias y nombres que presentes (incluso aunque Tony Khan firmara a Brock Lesnar), sólo cabe mirar hacia el frente y como dirían los buenos entrenadores de fútbol, salir a hacer tu partido. Cuanto menos, la continuidad de AEW cinco años después de su puesta en marcha se antoja un éxito, que no es poco. Si su escaso crecimiento demuestra la falta de público para un segundo gigante luchístico en EE.UU., su supervivencia demuestra que el seguidor estadounidense sí ha evolucionado en los últimos años. Una necesaria resistencia contra la máquina.

© All Elite Wrestling

 

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