“Retrospección”: Rayo de Jalisco Jr. vs. Cien Caras

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04-11-2011
La ocasión pasada nos dirigimos a un par de años atrás. Recordamos a 2 grandes luchadores que actualmente aparecen inactivos. Uno de ellos por una lesión que le impide poder regresar a los cuadriláteros y otro que por motivos de mejores ángulos, ideas y planes, no ha querido regresar por el momento. Me enorgullece el

La ocasión pasada nos dirigimos a un par de años atrás. Recordamos a 2 grandes luchadores que actualmente aparecen inactivos. Uno de ellos por una lesión que le impide poder regresar a los cuadriláteros y otro que por motivos de mejores ángulos, ideas y planes, no ha querido regresar por el momento.

Me enorgullece el día de hoy de dirigirlos hacia una de las luchas más emotivas y considerada entre las mejores en su concepto. Técnica, rudeza, sorpresa, entre otras grandes virtudes describen la batalla entre dos grandes de la lucha libre de México.

Dos monumentos de calidad luchística en un ring para solo uno terminar con su tesoro más preciado en su rostro, la máscara. En Retrospecciones anteriores nos hemos dirigido a luchas, historias, rivalidades que han durado una cierta cantidad de tiempo cada una de ellas. Hoy quería traerles solo una lucha en especial, no dos luchas, no meses de rivalidades, hoy no. En esta ocasión solo

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viajemos al 21 de septiembre de 1990 y nos posaremos en primera fila para visualizar cada detalle.

Nunca hubo antes ni hasta ahora tanta gente en la Arena México que lució hasta el tope, pero hasta el tope literalmente hablando. Las calles aledañas estaban saturadas de coches y de aficionados que deseaban un boleto para entrar a ver una batalla que desde hacía años ya esperaban y que parecía nunca iba a llegar. Desde el anuncio de la lucha solo se esperó a que las taquillas estuvieran listas para correr a comprar un boleto.

Los revendedores hicieron su “Agosto, Septiembre y el resto del año” con los precios a los que dieron las entradas. Cien Caras y Rayo de Jalisco Jr., ambos luchadores de peso completo de recursos hasta cierto punto limitados por su estatura y peso similares, pero exitosos, debido a que su estilo había gustado a los aficionados, eran las máximas estrellas de peso completo de la Empresa Mexicana de Lucha Libre, pues eran parte o estelarizaban los grandes carteles de los últimos años, en la

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EMLL.

Rayo de Jalisco jr vs Cien Caras

Miles de personas se dieron cita a la función. Prometía mucho todo aquello, todo pundonor. La algarabía estalló esa noche cuando el mariachi de Jalisco comenzó a sonar. Notas preciosas daban entrada a un luchador de máscara color negro y querido por el público. Rayo de Jalisco Jr. hacía su entrada como todo un héroe adorado por la multitud. Pero faltaba algo en esa escena y era nada más ni nada menos que nuestro antagonista, que sería de nuestros héroes si no existiera uno y en esta ocasión nuestro rudo era Cien Caras. Con una trayectoria impecable en los cuadriláteros, pero en esta ocasión no era el favorito ni al que la gente apoyaba esa noche, el factor sorpresa apareció de su parte eso sí. Cien Caras se vistió como uno de los mariachis que tenían una guitarra en mano tocando la entrada de Rayo, este segundo cuando trato de entrar al ring fue brutalmente recibido con un “guitarrazo” en la cabeza, cayendo así a los pies de los fanáticos de primera fila. Esto solo hizo que la gente abucheara más a Cien Caras, pero a este no le importaba en los mas mínimo.

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La primera caída arrancó tan pronto Rayo subió al ring. Se encontraba mareado y muy distraído, cosa que sin duda aprovechó Cien Caras para llevarse la primera caída. Cogió a Rayo y lo golpeó con el esquinero varias veces para después al tratar de aplicarle un “martinete”, el originario de la ciudad de Jalisco se rindiera antes de que Cien Caras hiciera una maniobra prohibida en nuestros cuadriláteros, y con ello, el peligro de fracturarle el cuello a Rayo.

Segunda caída a la vista. Comenzaba con el mismo tenor de la primera, un rudo aprovechando aun la distracción e incredibilidad de Rayo por haber perdido tan pronto. Otro ataque ilegal por parte de Cien Caras para nuestro técnico, en esta ocasión el “Faul” como casi todas noches en el pancracio apareció. Nuestro enmascarado negro se quedó tendido en el ring por el fuerte golpe entre sus piernas, el público abucheaba tanto a Cien Caras como al referee por no darse cuenta de tal ataque.

La algarabía estalló en júbilo cuando Rayo de Jalisco Jr. despertó por fin de aquel golpe en la cabeza y su reacción en el ring se vio reflejaba con fuertes golpes para el rudo. Pero de nuevo el abucheo por parte del público se hacía presente cuando el referee interviene justo cuando nuestro Rayo estaba por darnos el primer espectáculo aéreo de la noche, pero los abucheos cayeron de nuevo, el pancracio explotó por primera vez esa noche, los miles de presentes se levantaron de sus asientos para aplaudir a su héroe después de una cuenta de tres más que merecida.

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¿Qué seguía ahora? El fin de una máscara y el orgullo de haberla ganado en un cuadrilátero. ¿Cuál de los dos sería? Me siento emocionado de averiguarlo y con ello disfrutar del momento tan esperado de la noche.

Tercera caída en la Arena México. Los nervios del respetable, los aplausos se apagaban por momentos, el respirar dentro de las máscaras de dos grandes luchadores de nuestro país, el sudor en sus cuerpos que no se podía reflejar en sus caras a la vista del público, el referee marcando el inicio del fin y dos leyendas defendiendo el honor, y su tesoro más preciado. La técnica, la velocidad, la habilidad, el deseo, el hambre de triunfo comenzó a surgir en el ring.

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Llaves que miles de veces pudimos observar en sus luchas anteriores, suspiros de aliento para comenzar a resurgir entre los gritos del público y sobre todo de los golpes del rival. Los grandes vuelos comenzaron a surgir y fueron por parte de nuestro enmascarado negro. Rayo comenzó a resurgir por fin de los golpes de Cien Caras, más que nada del “guitarrazo” y del “faul” de las caídas anteriores.

Con todo el ambiente en lo más alto y el clímax de la noche en su aposento celestial. Una persona se llega a preguntar muchas cosas, pero entre todas las preguntas vienen las respuesta de manera sorpresiva e inmediata. No podía si quiera terminar alguna pregunta, cuando una cuenta de dos hacia perder la respiración de cualquiera que admiraba tal lucha. Y es que la técnica y el factor sorpresa es lo mejor en este ámbito deportivo, esto se formo cuando Rayo de Jalisco Jr. aplicó un cierre tan usado por muchos, tan sorpresivo y práctico que cualquier persona pudiese aplicar, pero que es muy difícil de sostener.

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Una variante de “paquetito” surgió y la Arena México por fin celebro esa noche, Cien Caras acababa de perder su máscara. Los aplausos y gritos de júbilo comenzaron a invadir el pancracio.

Acostumbrados a luchas de ensueño y sobre todo de calidad luchistica inigualable, pues Rayo y Cien Caras dieron todo eso y más. Fue simplemente una exhibición de calidad, técnica y amor al arte de la lucha.

Se necesitan dos luchadores con máscaras para una lucha de este concepto. Pero se necesitan dos grandes leyendas de calibre técnico inigualable para ofrecernos una noche que nunca olvidaremos. Esa noche fueron Rayo de Jalisco Jr. y Cien Caras los que nos dieron el recuerdo para toda la eternidad.

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El rudo perdió en esta ocasión, Cien Caras se despojo de su máscara después de tener toda la presión del público y de Rayo.

Sin duda, una de las batallas más significativas en el ámbito del concepto Máscara vs Máscara y de la cual hubo de todo. Quizá no tanta violencia como en otras, pero si una calidad que siempre es bueno reconocer.

¿Sabías que?

Para terminar, una pregunta para nuestros lectores.

¿El Rayo de Jalisco Jr. merecía ganar ese dia la máscara de Cien Caras?

Decídanlo ustedes. Los verdaderos fans y críticos del deporte.

Con dedicatoria a un gran amigo. El cual me ha apoyado en este segmento y me ha ayudado mucho con sus consejos, sobre todo por su amor a la lucha libre de México. Moisés Romero Valdes.

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