Hell in a Cell 2017: la celda arde de nuevo
Por muchos años, debido a la exigencia de tener un PPV con ese nombre y la censura que exigía una época tan PG, la Celda Infernal se sintió como un adorno para luchas de poca monta, sin nada de inspiración o interés.
Incluso hasta el año pasado, podíamos sentir la misma sobrecarga con tres luhas del mismo tipo en una sola noche. Y ninguna nos emocionó. Solo el interés por ver a la Revolución Femenil dar un paso más hacia el progreso en su primera Hell in a Cell. Y aun así, terminamos más confusos que felices.
Hoy, gracias a un Smackdown Live más enfocado en historias que estrellas, podremos ver dos encuentros que
UN NUEVO FUEGO
Primero está The New Day. Equipo que desde su debut en la marca azul fue directamente hacia los Campeonatos en Pareja y desde entonces ha estado en una batalla constante con los antiguos reyes de esa división: The Usos, quienes se encuentran en su mejor etapa como luchadores y personajes.
El contraste y dinamicidad de los equipos ha permitido una rivalidad entretenida que ascendió a grandiosa con cada lucha que tuvieron. Por eso, cuando se anunció que su historia acabaría dentro de la Celda Infernal, no podía caber duda del espectáculo que ofrecerán dos de los mejores equipos que WWE tiene para lucir.
EL INFIERNO ESTELAR
Finalmente, el nuevo interés despertado por Hell in a Cell no solo está en la promesa de una buena lucha, sino también en una tremenda historia. Shane McMahon es el niño maravilla de la dinastía del Chairman de WWE, y desde la primera ocasión en que entró a un cuadrilátero, no ha dudado en poner su cuerpo en riesgo por el show. Eso es algo que nos alegra como fans, pero también inspira terribles ideas para un personaje tan perverso como lo es Kevin Owens.
Owens se ha puesto como objetivo destruir a la familia McMahon. A diferencia del Nuevo Día, llegó a Smackdown Live por necesidad y perdió lo que más le importaba, el Campeonato de los Estados Unidos, por lo cual le echa la culpa a Shane y sus decisiones como jefe.
La animosidad escaló de manera tan rápida que involucró a la familia: mencionando a los hijos de Shane, y peor aún, atacando a su padre hasta dejarlo en el suelo, ensangrentado y humillado. Todo esto ha llevado a una solución en donde no hay cláusulas o demandas que se interpongan: dos hombres, una celda.
Hoy volvemos a sentir el fuego. La estructura desciende y las ideas para ocasionar dolor empiezan a surgir entre los participantes. Por fin, tras tanto frío, el infierno quema de nuevo y la Hell in a Cell vuelve a cobrar sentido. Y todo, casi coincidiendo con el vigésimo aniversario de la primera entre Shawn Michaels y The Undertaker en Bad Blodd: In Your House (05/10/1997).