Los errores de WWE en el ascenso de Finn Bálor
Finalmente, los aficionados de NXT respiran tranquilos tras los resultados del Draft del pasado 19 de julio. Ante el temor de un saqueo masivo de talentos para fortalecer SmackDown y Raw, surgieron voces contrarias a la separación de marcas apoyándose en este mal augurio (como la de un servidor), pero parece que WWE lo hizo bien en estos términos. De hecho, incluso algunos esperaban ver más nombres de pedigrí procedentes del show amarillo, pues el único luchador top escogido fue Finn Bálor.
Sin duda, el traspaso estrella, aunque no sorpresivo, por los continuos rumores que desde abril inundaban los medios especializados como SÚPER LUCHAS. Y si los fanáticos de Bálor se vieron contentados por su participación en el Draft, su inmediato empuje en el primer Raw de la nueva era colmaría sobradamente las expectativas
La renovación prometida por la separación de marcas tiene una gran baza en este meteórico ascenso a los puestos estelares del irlandés, aunque existen varios aspectos por los que desconfiar de este movimiento que pueden acabar pasando factura a su carrera. Cierto, se trata del Campeón NXT más longevo de la historia, y tal vez rebajar su status hubiese sido un error, colocándolo en puestos del medio cartel y torpedeando una trayectoria prometedora. Sin embargo, ¿qué lo hace tan relevante para en su primera noche ir directo al presumible combate estelar del mayor evento del verano?
Rollins, siendo el primer Campeón NXT de la historia, tuvo que esperar 3 años tras su debut para situarse en similares posiciones dentro de la empresa. En definitiva, tuvo un ascenso medido y a la vez sorpresivo, algo muy difícil de lograr. Y precisamente considero que
El segundo error, correlativo al primero, tiene que ver también con el personaje del ex-NXT.
La historia de WWE ha demostrado en numerosas ocasiones que un empuje precipitado puede resultar contraproducente, y un ejemplo reciente a seguir en estos casos debería ser el de AJ Styles. También aquí muchos nos temimos que una oportunidad titular a dos meses de su debut acabaría pasándole factura… y tuvimos que tragarnos nuestros agoreros presagios, ya que no sólo consolidó el prestigio del veterano, sino que también logró mejorar la imagen de Reigns: un ángulo ejemplar donde se sacó lo mejor de ambos duelistas al potenciar y conjugar sus cualidades.
En definitiva, todo lo que se hizo en aquella rivalidad debería trasladarse a esta, y WWE se juega mucho con un potencial estelarista de WrestleMania. Como seguidor del mejor Bálor, pocos gimmicks tan verdaderamente originales se consiguen construir todos los días (junto al de Bray Wyatt, el mejor de la última generación), por eso los creativos deberían consolidarlo dentro del elenco principal en base a su papel de «Demon» y cuidar su evolución con rivales adecuados.