Goldberg vs. Brock Lesnar: en serio, ¿cuál es el sentido de todo esto?

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21-11-2016
Contrario a lo que todos esperábamos, Bill Goldberg y Brock Lesnar finalmente se robaron el show en el evento estelar de anoche en Survivor Series. Pero no fue por el desempeño en el cuadrilátero que se ganaron todas las miradas, sino por el increíble e inesperado resultado y la forma en la que se desarrolló

Contrario a lo que todos esperábamos, Bill Goldberg y Brock Lesnar finalmente se robaron el show en el evento estelar de anoche en Survivor Series. Pero no fue por el desempeño en el cuadrilátero que se ganaron todas las miradas, sino por el increíble e inesperado resultado y la forma en la que se desarrolló el encuentro durante el minuto y medio que duró. Si lo que WWE buscaba era bajar el telón de una forma cautivadora, no pudo haberlo hecho mejor. Si lo que WWE quería era hacer buenos negocios, en mi opinión tomó una de las decisiones menos inteligentes de su historia.

Tras ver caer derrotado a Brock Lesnar de un modo tan aplastante y sencillo, como seguramente les habrá ocurrido a ustedes, me quedo completamente desconcertado.

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Cual dibujo animado, permanezco boquiabierto intentando asimilar lo que veo. Durante los casi ocho años que llevo siguiendo a la empresa de Vince McMahon, nunca experimenté una reacción similar. Sólo hubo una única excepción: cuando hace dos años atrás, ese mismo hombre que ayer se vio inofensivo y humillado, rompió la más grande racha de la historia de la lucha libre profesional contra el mismísimo Undertaker nada menos que en el más grande escenario existente, WrestleMania.

Desafortunadamente no crecí en la —para muchos más gloriosa— época de la Guerra de los Lunes por la Noche y no pude ser testigo de la amenaza que suponía Bill Goldberg en esos tiempos. Tenía solo cuatro años cuando arrasó WWE. Por lo tanto, no tuve la suerte de presenciar la construcción de su leyenda. Sin embargo, sé de su importancia, de sus logros, de su irrepetible racha e imbatibilidad y de su impacto en la industria. No me molestó que el icono regresara tras 12 años de ausencia con 49 años, más bien lo contrario, apoyé la idea de que volviera para un último combate antes del retiro y una merecida posterior exaltación al Salón de la Fama WWE como cabeza de la ceremonia. Incluso me parecía bien si, al contrario de grandes estrellas como

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John Cena o Randy Orton, Goldberg sí oponía resistencia frente a la «Bestia Encarnada». Tampoco me iba a molestar si se mostraba a la altura. Pero lo que terminó ocurriendo…

Mucho más que un videojuego: lo que en un principio iba a ser una batalla promocional del WWE 2K17 se convirtió en uno de los momentos más polémicos de la historia de WWE.

Siendo totalmente sincero, debo decir que no suelo cuestionar muy seguido las decisiones que toma WWE, sino que generalmente me abstengo y limito a disfrutar del espectáculo que nos brinda y que, especialmente en este año, pocas veces nos ha defraudado. También entiendo que por algo gente que sabe mucho más del negocio que yo, como Jim Ross, tiene una perspectiva totalmente diferente a la mía. No obstante, por más mentes experimentadas que me digan lo contrario, nada me convencerá para estar de acuerdo con la forma en que la directiva optó por dar forma a lo que vimos la noche de ayer. Fue sorprendente y lo sorprendente siempre es bienvenido, seguro, pero

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no encuentro un solo motivo por el cual esto haya ayudado a la compañía o a cualquier persona más que a quien salió victorioso de esta contienda.

Resulta curioso cómo en marzo de 2015, cuando todavía las cosas estaban picantes con la grande del entretenimiento deportivo, el rey de la Lanza declaraba que WWE quería minimizar su nombre de los libros de historia al igual que a su ex compañero de vestuarios Sting, al ser las dos mayores creaciones de la que fue la mayor competencia que tuvo WWE en su historia, WCW. Como SÚPER LUCHAS recogió esa misma fecha, estas fueron las palabras exactas del dos veces Campeón Mundial:

“Mira, voy a hacer honesto contigo. Yo no compro los Eventos Pago Por Ver (PPV) de la WWE, es más, ni siquiera veo los shows semanales. Yo solo sigo en Internet lo más destacado, las noticias importantes, de vez en cuando veo las noticias de lo que ocurrió. Pero parece ser que la WWE hace muchas cosas que solo a ellos les parecen correctas y para mí, ellos no están escuchando a los fanáticos.

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La voz de los aficionados no es escuchada por WWE. Y yo creo que esto ocurre, principalmente, porque no hay una verdadera competencia, lo cual es algo muy malo y que afecta sin duda alguna a WWE. Para mí, ni TNA, ni ROH son competencia para WWE y no lo llegarán a serlo en un futuro cercano. Ahora, WWE está colocando a la gente a usar la Lanza como su movimiento letal, final, y lo que ellos también están haciendo es colocar a gente con ciertas rachas de victorias invictas. Todo esto, para mí, tiene una explicación: WWE me quiere borrar. Y, ojo, no solo me quieren borrar a mí. Yo creo que WWE firmó a Sting, porque WWE quiere aplastar a Sting como un insecto para poner el último clavo en el ataúd de la WCW. La WWE ya lo hizo conmigo. A mí me hubiera gustado enfrentar a Triple H. Me gustaría arrancarle la cabeza, yo creo que sería una lucha fantástica y muy realista. Otra cosa que me gustaría hacer es que fuera Inducido al Salón de la Fama de WWE, pero solo porque mi hijo lo viera, de resto, es algo que realmente no me interesa”.
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¿Qué hay de la Bestia?: Paul Heyman pide clemencia a Goldberg mientras el veterano le da una paliza a su cliente.

Esas fueron palabras de un hombre a una empresa con la que no se encontraba en los mejores términos, y de hecho fue un pensamiento que muchos seguidores compartieron en su momento. Pero afortunadamente el camino llevó a la reconciliación, pues más de una década después, como se vino dando año tras año también con otras leyendas, Goldberg entabló una relación con 2K Sports para formar parte del nuevo videojuego WWE 2K17 que terminó haciéndolo regresar a la acción. Pero no fue una decisión fácil de tomar para el gladiador, cuya

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mayor preocupación, explicó hace unos meses atrás, era dañar su legado. En otras palabras, no iba a salir de su retiro para ser derrotado.

«Vamos a decirlo sin rodeos, lo que pasa es que yo no quiero degenerar lo que hice en el pasado. Así que es una gran decisión. […] Lo más importante acerca de ser un luchador y de ser Goldberg, es que tengo la capacidad de ser un superhéroe para los niños. Y quiero tener esa capacidad nuevamente. Pero hay un compromiso allí. Siendo un tipo de 49 años de edad, ¿podrías perder tu legado? ¿Es algo que luego vas a lamentar?”

Haya sido esa una condición impuesta para su vuelta, desconozco, pero lo que ocurrió anoche no fue diferente. Y de que manera: Un minuto con veinticinco segundos bastaron para terminar con cuatro años de construcción para la que fue la Superestrella más dominante de la historia del negocio. Cuatro años que dejaron en el camino a Triple H, CM Punk, Mark Henry, Big Show, Undertaker, John Cena, Seth Rollins, The New Day, The Wyatt Family, Dean Ambrose y Randy Orton (etc, etc, etc.) fueron tirados por el retrete. Puede ser una «sola derrota», pero el hecho de haber sido destrozado por un hombre diez años mayor (y no olvidemos, de casi 50 años) que hacía doce años que no pisaba un ring, en tan poco tiempo y sin haber montado la más mínima resistencia, no habla de la misma bestia a la que Rollins tenía miedo de mirar a los ojos, de aquel que aplastó a

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Mark Hunt en UFC 200 con dos meses de preparación, del que hizo de la más grande Superestrella de todos los tiempos un muñeco y del responsable de haberle puesto fin a la más grande racha de la historia.

Sin mucha emoción, Goldberg celebra tras vencer a Lesnar en la victoria más importante de su carrera.

¿Y con qué propósito? ¿Extender una rivalidad? ¿Dar una sorpresa? ¿En verdad valió la pena? Tras haber recibido el conteo de tres, ahora los papeles se han revertido. Goldberg es ahora lo más caliente en WWE, lo imparable e incomparable. Genial. Pero, ¿por cuánto tiempo más puede extenderse su carrera? Me alegra saber que aún no termina, pero es sabido que esta no irá más allá de dos o tres combates más.

Podrá haber una revancha y Brock Lesnar podrá cobrar venganza en ella, pero de ayer en adelante, el de Minneapolis ya no será la misma atracción que fue hasta ahora, y eso es seguro. Por supuesto que era algo que debía ocurrir, terminar con Lesnar, pero, ¿no hubiera sido más significativo haciéndolo en sus últimos tiempos? ¿No hubiera sido mucho, mucho, mucho más significativo reservar el privilegio a un talento relativamente joven como un paso de antorcha? ¿No hubiera sido más respetuoso para la racha del «Hombre Muerto» haber recorrido ese camino?

Las similitudes entre el transcurrir de las carreras de Brock Lesnar en WWE y Ronda Rousey en UFC se antojan intachables (primero mostrándose increíblemente dominantes, perdiendo contundentemente cuando uno menos se lo espera) y quizá esta última haya sido el modelo en el que se basaron los McMahon, pero la gran diferencia se divide entre lo real y lo ficticio: Vince McMahon decidió hacerlo, Dana White no lo decidió, y él mismo reconoció públicamente que nunca lo hubiera hecho. Estamos hablando de las mayores atracciones de sus respectivas compañías.

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Cada uno tendrá su opinión de los hechos y me sorprendió, en el buen sentido, cuánta gente apoyó esta polémica decisión (incluido nuestro Editor en Jefe Ernesto Ocampo). Obviamente, todas y cada una son respetables y no hay una verdad absoluta. En lo personal, no quedé para nada satisfecho y lo sucedido me dejó con una sensación de vacío que no sentía desde el la triple amenaza entre los ex Shield en WWE Battleground. Y como comenté en aquella ocasión, no queda más que dejar de lado toda esa negatividad y esperar a que esta situación se desenvuelva del mejor modo. Esperemos.

¿Qué opinan? ¿Les pareció correcto ponerle fin a la imbatibilidad de Brock Lesnar? ¿Qué creen que depara el futuro de Bill Goldberg? Dejen sus opiniones en la caja de comentarios.
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