Entrevista con Villano III: “¡Debuté con un Alvarado y me despido con un Alvarado!”
Villano III, una de las leyendas vivientes de la lucha libre, se ha entregado en cuerpo alma a los aficionados durante más de 45 años de trayectoria profesional, lo cual lo ha convertido en uno de los ídolos más queridos.
El próximo 9 de agosto, la magna función Triplemanía XXIII, de AAA, será la última ocasión en que veremos luchar a la leyenda rosa. Miembro de una de las dinastías más famosas de la lucha libre: Los Villanos. El hijo de Ray Mendoza conversó en exclusiva con SÚPER LUCHAS e hizo un repaso de su carrera ante el último gran reto de su vida.
“Yo tengo muchas ganas de seguir luchando, pero mi cuerpo ya no responde. Estoy muy lastimado… y hay que darle paso a la juventud. La gente piensa,
— ¿Qué consejos le da a las nuevas generaciones de luchadores, en especial, a sus hijos?
— Que sigan los pasos de la lucha clásica, la lucha antigua, que no se queden atrás y que luchen a ras de lona, llaveo, contrallaveo; que sepan aplicar bien las llaves, porque ahora la gente está muy decepcionada porque no ve llaves, sino puro encuentro cuerpo a cuerpo y puro vuelo, puro vuelo… Y eso está muy mal, por eso la gente se ha alejado de las arenas. Muchos no lo creen, pero es verdad, la gente quiere ver llaves. Cuando el Villano III se enfrentaba contra el Perro Aguayo, El Solitario, Aníbal, ¿cómo estaba el Toreo? ¡Lleno! ¿Cada cuándo? ¡Cada ocho días! Se quedaba gente afuera y además, cuando caía un aguacerazo
— ¿Cuál es su sentimiento respecto a la lucha libre actual?
— La lucha ha cambiado mucho, ha tenido una evolución a secas. ¿Por qué?
“Lo que le hace falta a la lucha libre en general son luchadores que entreguen el cuerpo y el alma, que le den a la gente diversión de pies a cabeza, que se canse la gente de aplaudir”.
— Hay una generación muy joven de luchadores que traen un gran peso en la máscara, por ejemplo, los hijos del Villano, hablamos también de Hijo de Dr. Wagner, Solar Jr… ¿En ellos está la responsabilidad de crecer a la lucha libre, de reponerla?
— Sí… pero eso es muy difícil. Hay veces en que el hijo sale mejor que el padre, pero es cuestión de que sean todos, no nada más uno. Es necesario que haya muchos que nazcan siendo luchadores, pero luchadores de pies a cabeza. Y eso yo lo veo muy difícil. La responsabilidad es también de los maestros… ¿Te digo una cosa?
— Villano III tiene más de 40 años de experiencia como luchador, ¿recuerda, en sus inicios, que consejos le daban sus maestros (su padre y Felipe Ham Lee)?
— Te voy a decir una cosa, mi maestro no fue Ham Lee, es una equivocación muy grande, mis maestros fueron El Costeño Nava y mi papá. Felipe Ham Lee, con todo el respeto que se merece, nunca me enseñó nada, entrenaba yo en su gimnasio solamente. Otro que me enseñó fue El Acorazado Moreno (el papá del Oriental, de Rossy, Cinthia y Esther Moreno).
“Los consejos que me daban eran defenderme y no dejarme de nadie; creo que nunca los hice quedar mal, porque la verdad yo me enfrentaba a luchadores como el Perro Aguayo, que como lo dice su nombre ¡perro! ¡Era un perro arriba del ring! Siempre me gustaron a mí los grandes retos, y me defendía, hasta donde yo pudiera…».
— ¿Cuál fue el luchador más grande al que se enfrentó?
— Ha habido muchos… Si mencionara a alguno, sería menospreciar a mis rivales. Imagínate, luchar contra Rambo o contra el Perro Aguayo, o Fishman, o Sangre Chicana, o Pegassus Kid… Pegassus Kid era un luchadorazo… y fuerte. Cuando le gané era más joven, fuerte y pesado que yo,
— ¿Cuál fue la victoria que más recuerda?
— Cuando le gané al Perro Aguayo la cabellera. Fue una tremenda lucha, ¡tremenda! Porque el Perro me traía trapeando el piso, después reaccioné yo, y entraron los Villanos a gritarme: ‘¡Vamos! ¡Échale ganas!’. Y el Perro me decía:
— ¿La derrota más triste en su carrera?
— Exactamente fue cuando perdí el campeonato ante Pegassus Kid, porque le fallé a mi público. Pero poco tiempo después recupere el campeonato. Fue la derrota que más me dolió, porque fue ante un extranjero y pensé que ese campeonato se iba a ir fuera de México. No quería que se fuera, quería que se quedara, y lo logré.
— ¿Qué lucha nunca se pudo hacer que a usted le hubiera gustado?
— ¡Uta! ¡Cómo no! La de Fishman, máscara contra máscara. Esa se quedó, yo ya estaba listo para que la gente viera un luchón, porque la gente veía en Fishman un señor luchador, yo así lo reconozco. Y no quiso una lucha conmigo… Yo lo pienso así: ganara el que ganara, la gente hubiera salido muy contenta, porque hubiera visto un señor luchón.
— ¿Le dio miedo a Fishman?
— No, simple y sencillamente no se dio el tiempo nunca. Yo pienso que fue porque el señor Francisco Flores (el legendario promotor de El Toreo de Cuatro Caminos) ya se había muerto. Era el único que podía haber pagado nuestra lucha.
— La lucha de despedida del Villano III en Triplemanía XXIII le va a traer a muchos aficionados la nostalgia de El Toreo. ¿Qué es lo que más recuerda con cariño de aquellos años?
— Recuerdo que la gente era muy calientita, era un público lleno de mucha emoción y de mucha emotividad. Recuerdo que la gente, cuando yo luchaba, hacía retumbar mi nombre: “¡Villano! ¡Villano! ¡Villano!” La gente se emocionaba mucho; me gusta a mí sentir que la gente vibraba, vibraba hasta el final. Me gustaba mucho oír que la gente gritaba Villano, Solitario, Santo o Perro, quién fuera a luchar, me gustaban mucho los gritos. Era un público muy cálido.
— ¿Será la última lucha de despedida en Triplemanía XXIII?
— He tenido varias funciones de despedida, pero en ellas no he luchado. Yo de hecho ya me retiré de la lucha, pero nadie me había invitado a luchar. Ahora Dorián Roldán me invitó a luchar y yo le dije: “Sabes que no te puedo luchar ya, tengo cuatro meses sin hacer nada”. Él me dijo: “no importa, hagas lo que hagas, va a ser una lucha buena”. Será a sólo una caída, por eso lo estoy haciendo con Roldán. Con los demás promotores voy, me presento, y nada más, no lucho.
— ¿Le gustaron los rivales, el Psycho Circus?
— Sí cómo no, son jóvenes que traen mucha jiribilla, traen sed de triunfo.
— Psycho Clown es el heredero de la Dinastía Alvarado…
— Exactamente, fíjate una cosa muy curiosa: Yo debuté con un Alvarado y me despido con un Alvarado. ¿Con quién crees que debuté? Debuté yo contra Shadito Cruz, su abuelito.
“Son tres generaciones de los Alvarado, con todos he luchado. Recordemos que los Brazos se calentaron mucho con los Villanos.
— ¿Cómo le gustaría que el público lo recuerde?
— Que me recuerde –como me ha dicho mucha gente en el Facebook—como un luchador que subía a entregarse al cien por ciento, a dar su vida en el ring. Era yo un luchador que siempre desquitaba el último quinto, porque iba a dar mi alma, corazón y vida arriba del ring.
«Siempre me subí a un cuadrilátero bien preparado, siempre subí dispuesto a defender mi nombre y entregarme al público, nunca defraudarlo…
— El nombre de Villano III es el nombre de una leyenda. ¿Se imaginó forjar toda esta trayectoria?
— Fíjate que no, hasta el día de hoy no sé quién he sido yo; para mí soy una persona común y corriente, al igual que tú, que él, que ella (señala a la fotógrafa). No sé quién he sido para ustedes, o sea, no sé cuál ha sido mi atractivo, mi ángel, mi carisma… No sé por qué la gente me ha querido tanto. A lo mejor porque me he entregado en cuerpo y alma.
“Yo no sé qué es eso de ser un luchador carismático. Yo no siento eso, yo me siento igual que todos ustedes, no sé qué es el carisma, qué es el ángel, lo único que sé es que nunca he dejado que la gente se sienta defraudada. yYo divertía al público siempre, siempre lo hago, siempre lo he hecho”.
— Para finalizar, ¿algo que desee agregar?
— Pues agradezco a todo el público que me aguantó durante 45 años como luchador. A toda la gente que aguantó mis tonterías y mis victorias. ¿Sabes qué? Les quiero demostrar una cosa.
— ¿Y qué es lo que les quiere demostrar?
— ¡Que ya estoy viejo! (risas).
“No hay que ser tan presumidos, ya estoy viejo, ¡pero todavía puedo! No quiero defraudar al público, quiero que me recuerde como lo que he sido siempre. Me voy a ir triunfalmente, así gane o pierda, haré que la gente se vaya de esa función contenta”, finalizó.