En un día como hoy... 1975: Mil Máscaras vs. Lou Thesz en la Plaza México... Caen cuatro cabelleras en una lluviosa tarde

En un día como hoy, hace 40 años, el 26 de julio de 1975, Francisco Flores y su empresa Promociones Mora llevaron a cabo una función extraordinaria en la monumental Plaza México de la capital de la república.

En la lucha súper estelar se programó la contienda por el Campeonato Internacional de Peso Completo IWA que recién había conquistado el polifacético y enigmático luchador mexicano Mil Máscaras. Al ser una defensa oficial, Flores invitó a la función a Eddie Einhorn, el promotor de la IWA.

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Mil Máscaras, aquella tarde sabatina, expuso el título ante toda una eminencia luchística como lo era el portentoso húngaro-americano Lou Thesz, uno de los mejores luchadores de todos los tiempos.

Don Mario Payán Ramírez reseñó al respecto en Arena de Box y Lucha:

“Torrencial aguacero deslució la función de lucha libre presentada la tarde del sábado 26 por audaces promotores.

“Aunque las localidades no fueron ocupadas en su totalidad no puede considerarse tal escenario como elefante blanco o tabú para el viril espectáculo, ya que fue la lluvia un rufián sin rival en esta ocasión.

“Mil Máscaras tuvo a todo un gran luchador al frente, al que superó en dos de tres tiempos para reafirmarse como monarca mundial completo.

“El importado Lou Thesz,

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al verse superado por un atleta de potencia, optó por valerse de las tretas y artimañas de los rudos. Se adueñó Thesz de la inicial con toque de espaldas.

“Salió el Mil para la segunda dispuesto a dar la respuesta a su contrario

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y usando como ablandador un súplex lo colocó rápida y fácilmente en la lona para que el Brujo Duarte iniciase el conteo.

“Finalmente conservó el campeonato el tapado mexicano al quitar todas las aspiraciones a Lou Thesz con vistoso planchazo y hombros lisos en el mojado tapete”

Todas las demás luchas de aquella función fueron de apuestas. En la principal de ellas se disputaron las cabelleras el gran ojiverde René Guajardo y el japonés Gran Hamada, que tuvo un final inesperado.

“No cabe duda que cuando se tiene madera de ídolo

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ésta se demuestra en cualquier época, en cualquier escenario y bajo las circunstancias que sean.

“Lo anterior viene a colación por lo que vimos el sábado pasado (…) cuando el ex campeón mundial de los medios, René Guajardo, sucumbió ante el japonés Gran Hamada en un encuentro que el público gozó intensamente pero con cuyo final de ninguna manera estuvo de acuerdo y lo demostró en múltiples formas.

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“(…) Bien, perdió Guajardo, y por lo tanto, su cabellera también quedó lista para ser cortada, pero fue precisamente en ese momento en donde los aficionados entraron en acción.

“Aparte de que los fanáticos quieren mucho a René, lo siguen y lo protegen, se dio ahí una reacción basada en las circunstancias de que cuando el de Monterrey fue declarado vencido, al parecer tenía uno de sus pies fuera de las cuerdas.

“Eso fue motivo suficiente para que de inmediato surgiera una ola de protestas, y una lluvia de cojines, arena y demás sobre el cuadrilátero.

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“No obstante, había que cumplir con lo pactado y se iba a proceder a cortar el pelo de René.

“En ese momento surgieron desde todos los confines del escenario docenas de aficionados dispuestos a todo, que subieron al ring, y no solamente no permitieron que el fígaro entrara en acción, sino que fueron más allá, rescatando al ídolo.

“Bajaron del entarimado a René Guajardo y lo pasearon a hombros durante un buen rato por las primeras filas, antes de llevarlo en la misma posición hacia los camerinos.

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“Ahí los aficionados lo creían ya salvado de la afrenta, aunque no de la derrota que oficialmente ya había ingresado a su record.

“Pero René Guajardo, al fin y al cabo un auténtico profesional de este negocio, consciente de que había sido vencido y además del trato previo por el cual se había comprometido a luchar con el japonés, aceptó en los vestidores que cayera su cabellera.

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“Ahí inclinó la testa, y aunque en su fuero interno, y en el externo también protestaba por la circunstancia de que había sido declarado batido cuando tenía un pie fuera de las cuerdas, vio y sintió cómo su cabeza iba quedando sin nada del abundante pelo que la ha cubierto en sus noches de gloria entre las cuerdas”.

Ray Mendoza y El Ángel Blanco también sostuvieron un match de cabelleras del que salió victorioso el potro de oro, así que al Ángel se le tuvo que cortar el pelo.

Hubo unos relevos australianos en los que los capitanes de equipo apostaban, por un lado la máscara y por el otro bando la cabellera, de esta manera, el enmascarado de oro El Solitario expuso su identidad capitaneando a los también enmascarados Tinieblas y Huracán Ramírez. Por su parte, César Valentino

La que abrió la función fue lucha de máscara contra cabellera, y la ganó Villano III sometiendo al feroz Lobo Rubio, quien quedó pelón aquella tarde.