El Megacampeonato Completo Unificado AAA; Explicando la historia del caos.
La Caravana Tres Estelar abriga un galardón heroico. Presentado en sociedad hace ya casi cinco años, entre la fiesta y la algarabía habitual que cada septiembre aparecen incitadas por la mexicanidad de las fiestas patrias, el Megacampeonato Completo Unificado de Peso Completo de la AAA parece explicar su origen a través de la omnipresencia del Dueño de lo próximo y lo lejano materializada de entre los oscuros recovecos del mictlan únicamente para conceder esperanza y certidumbre a una abrumadora causa sin demasiada elocuencia. Pensado para surgir como un eje principal capaz brindar un orden al precepto del caos y convertirse entonces en el argumento de las principales desventuras y hazañas de quien intenta conquistar la gloria, porque es evidente que desde su creación los guerreros de la élite superior ya no se enfrentan por el puro gusto de reñir para saberse uno más poderoso que el otro, desde que el hombre tuvo la dicha de materializar sus ideas ahora se ven en la necesidad de batallar por una de las máximas preseas que la lucha libre profesional mexicana pueda ofrecer.
La representación de la Serpiente emplumada que yace impregnada en la presea dorada de la compañía no relega ni por un instante ni la dicha ni el poder que la cosmovisión mexica le ofrendo hace cientos de años. La imagen del dios Quetzalcóatl aún hoy encarna tan vivo y tan vigoroso como en aquellos primeros amaneceres de nuestra historia como patria, ese único sostén anímico de los águilas cuando han de marchar sin ventura a la tribulación de la campiña de guerra. En otras palabras, el cetro dorado de la Triple A tiene la virtud de convertir a quien lo posea, según hizo referencia impactwrestling.com en una imagen alusiva a Jeff Jarrett de junio del año pasado, más que en el Mexico´s Heavyweight Champion, en ¡El rey de México!
Y mientras el señor Blue Demon Jr, heredero de la tradición de La Leyenda Azul declaro en una entrevista para “Haciendo la Lucha” del Diario Ciudad y Poder que la lucha libre mexicana había “bajado” mucho, como consecuencia del “… apoyo de los medios a las empresas americanas, que son un show y lo catalogan lucha, dándoles horarios estelares y dándole a la luchahorarios de relleno”; Los comentarios de opinión de más de una decena de seguidores del sitio Superluchas.net comenzaron a aparecer uno tras otro, principalmente de de todos aquellos de nacionalidad mexicana que curiosamente compartían en menor o mayor proporción la aventurada premisa del hijo del Demonio Azul. Los lectores coincidían primeramente en que la lucha libre mexica estaba estancada o en una situación que iba “a la baja”. Y segundo, que esta situación no era responsabilidad de los medios, sino de la industria misma de la Lucha Libre y su oferta, para unos cuantos poco rentable e incluso insuficiente ante la exigente demanda de alta calidad de parte de un público estricto y conocedor, ávido de grandiosos combates, necesitado de buenas historias, pero siempre fiel a esta tradición que se arraiga en su ser como parte de su cultura popular –Y no es precisamente que yo comparta esta postura, pero debo de confesar que creo que si «vox populi vox Dei» (la voz del pueblo es la voz de Dios)
Triplamanía es el evento cuna de los grandes logros de la Lucha Libre mexicana en su época moderna, partir de ello es vital para comprender la magnitud del asunto. Los gladiadores añoran el triunfo para ratificar su poder y esta es la vigésima edición anual de Triplemanía, es la explosiva gala celebrada en medio de la fría tarde noche del pasado domingo 5 de agosto, es la moderna Arena Ciudad de México el recinto que tiene la difícil tarea de acoger a una multitud trastornada por el frenesí de la noche, es el espectáculo de las mil emociones, es cómo certeramente apunta la elocuente prosa de Carlos Monsiváis en
Y aunque en el principio, “el Megacampeonato Completo AAA fue creado con la intención de unificar los cinturones de peso completo que diversos campeones que pertenecían a la Caravana Estelar habían conquistado”, como asevera la revista Dos de Tres en su edición de junio de 2O1O en su artículo
La epopeya del WWE World Heavyweight Championship acumula un total de 31 reinados distintos. Desde el evento Unforgiven celebrado el 16 de septiembre de 2OO7 el fajín dorado de los pesos pesados de la compañía McMahon ha estado en las manos de al menos 17 superestrellas diferentes: Batista, Edge, The Undertaker, C.M. Punk, Chris Jericho, John Cena, Jeff Hardy, Jack Swagger, Rey Mysterio, Kane, Dolph Ziggler, Christian, Randy Orton, Mark Henrry, The Big Show, Daniel Bryan y Sheamus. Por su parte, el WWE Championship ha coronado a 17 campeones diferentes, al menos desde el 7 de octubre de 2OO7, cuando en No Mercy el propio Vincent Kennedy McMahonle entrego el titulo en las manos a The Viper. Desde esa noche este cinturón hasido resguardado por el propio Randy Orton, Triple H, Edge, Jeff Hardy, Batista, John Cena, Sheaums, The Miz, C.M. Punk, Rey Mysterio y Alberto del Rio.
Referente obligado en la parametría internacional está el TNA World Heavyweight Championship. Haciendo de lado el periodo agosto-octubre 2O1O en que el titulo permaneció vacante, desde el 14 de octubre de 2OO7 los resultados permiten sumar un total de 18 reinados distintos, repartidos arbitrariamente entre 11 personajes estelares:Sting (en 4 ocasiones), Kurt Angle (3 ocasiones), Samoa Joe, Mick Foley, A.J. Styles, Rob Van Dam, Jeff Hardy, Mr. Anderson (ambos en un par de ocasiones), James Storm, Bobby Roode y Austin Aries. Pero evidentemente la euforia por ostentar un campeonato mundial viaja más allá de las fronteras de cualquier civilización occidental primermundista; y es que también los guerreros de las frías tierras del sol naciente pueden presumir de tener un galardón con más de tres décadas de gloria. Como fiel séquito de más mil batallas, la siguiente presea que minuciosamente escudriñaremos será el International Wrestling Grand Prix (IWGP) Heavyweight Championship, salvaguardado ferozmente desde 1987 por la promotora NJPW. Hiroshi Tanahashi (en 5 ocasiones), Shinsuke Nakamura (2 ocacsiones), Keiji Mutoh, Manabu Nakanishi, Togi Makabe, Satoshi Kojima y finalmente Kazuchika Okada, suman combinados 12 reinados distintos, distribuidos inequitativamente entre 7 estrellas japonesas. Todo esto desde el evento Explosion ’07 celebrado en Octubre de 2OO7.
Es bastante evidente la diferencia de las cifras. En Triplemanía XVI un gran número de aficionados contemplaban extasiados el culminar de una de las más grandes rivalidades del año. El Main Man de la lucha libre, El Cibernético aparecía personificando al gran héroe redentor de todos los males, era la lucha del autodenominado Dios de la Lucha Libre en contra del profeta, el Zorro, el vaticinador iluminado que pronosticaba una nueva era, atropellado por los pensamientos de su propia mente sin sentido; era una nueva versión de esa incansable batalla del bien en contra del mal. Era la lucha que rompería paradigmas, que se sobrepondría incluso las leyes escritas y pondría de nuevo a Konnan sobre un ring en la Ciudad de México, era la batalla por el campeonato máximo que no sabía de reglas, de autoridades y mucho menos de amistades. Su creación, un argüido torneo, quizás irrepetible, rápidamente se volcó en un potencial impulso para el desarrollo de la competitividad. La ruta a este evento había concebido la celebración de un torneo disputado entre campeones, reconociendo así a la élite dominante de la compañía y exigiendo en la conciencia de los
Nadie olvida esa batalla histórica entre El Mesias y Dr. Wagner Jr. que se extendió hasta la madrugada del día siguiente de Triplamnía XVII. Ni a Charly Manson aún con movimientos un poco retardados a causa de una lesión arriesgando su salud física para contender por el lado de la justicia, como referee, ante el Mesías y el Zorro en Guerra de Titanes. Hazañas inmemorables, casi heroicas pero en esta historia de oferta y demanda como en toda economía que se jacte de serlo, los costes de oportunidad también han sido caros. Un Megacampeon Jeff Jarrett que presente ante la audiencia americana de Impact Wrestling tuvo que negar la imagen del Dios mexica Quetzaelcoatl.
Tal vez los costes que se han pagado por unas cuantas grandiosas batallas explique, en apenas una mínima parte las premisas que Blue Demon Jr. y seguramente muchos aficionados más han puesto sobre la mesa. De la forma que sea, en el gran orden de todas las cosas tenemos que reconocer, incluso aplaudir, la labor que han hecho los directivos de Triple A en sus grandes eventos. Porque toda esta serie de evidencias capaces de aludir tanto en las cifras mundiales como con el pasado glorioso de este título, no debiesen ser motivo de comparación, sino más bien de reflexión. Reconozcamos también, que todos tenemos esa dicha de juzgar, y que incluso las malas críticas hasta son divertidas de escribir, pero no olvidemos que a todos nosotros y a al destino de la lucha libre mexicana aun falta que lo juzgue la historia y el aprecio de la afición. En lo personal creo que si hay descontento de la afición, no debería de verse como un reproche por lo que no se hizo o se hizo mal, sino como un aliento y llamada de atención a todos aquellos que se jactan de ser visionarios de la lucha libre de que las cosas pueden hacerse mejor. Y como he dicho en el pasado, es muy probable que aún creyendo o no la historia, la seguiremos semana a semana sólo con el afán de descubrir si continuara o a la expectativa de una gran sorpresa. Y quien sabe, tal vez algún día podamos presumir de que nuestra lucha libre va “a la alza”.
Aprovecho la ocasión para mandar un cordial saludo a todos los que hacen posible esta revista. Gracias por su tiempo. Hasta pronto. …