Dos encuentros que regresaron la credibilidad a la lucha libre
Una de las cosas que el aficionado actual ha olvidado es que la lucha libre basa su popularidad en la emoción que genera en cada uno de sus encuentros, en esa conexión tan directa que hay aún entre el luchador sobre el ring y el aficionado desde su asiento que permite que las emociones salgan a flote, ya sea de alegría cuando el ídolo gana o de frustración cuando éste cae derrotado.
La lógica no es algo que deba imperar en este deporte espectáculo, sino ese cúmulo de emociones y sensaciones que genera la expectativa de cada encuentro, y si se trata de una lucha donde se apuesta lo más importante para un luchador que es su incógnita, con mayor razón.
Recién fueron los eventos principales de las dos empresas con mayor presencia en la lucha libre mexicana, me refiera la Triple A y su Triplemanía y al Aniversario del Consejo Mundial de Lucha Libre, donde cayeron máscaras de mucho peso como fueron las del Doctor Wagner Jr. y la de Princesa Sugey.
Dr. Wagner Jr. vs. Psycho Circus
Con respecto a la Triplemanía, ese encuentro se pactó con un año de anticipación, y hay que reconocer que Triple A supo como tenernos a todos muy pendientes de este encuentro, jugando con las emociones de la afición y dándole de que hablar a los eruditos que solo buscaban el más mínimo detalle para desvirtuar este encuentro y con ello, contribuir a que los rumores corrieran día a día, algunos diciendo que Wagner no se iba a presentar, otros diciendo que seguramente un tercero iba a participar en este encuentro y sería anunciado con pocos días de anticipación al evento, ya muchos se tronaban los dedos para escribir la palabra «fraude» y rezongar que la empresa en cuestión es un circo, y muchas otras cosas que manifiestan quienes olvidan que al final, esto es lucha libre.
El encuentro se llevó a cabo tal y como se había pactado, en mano a mano, y la afición estaba dividida, se acabaron los rumores y las acusaciones, hubo un ganador y un perdedor, porque al final, de eso se trataba, aquellos que apoyaban al Psycho Clown salieron emocionados, felices, regocijados pero sobre todo, satisfechos, los que apoyaban a Wagner, con lagrimas cubriendo sus mejillas veían a su ídolo caer,
Princesa Sugey vs. Zeuxis
En el caso del Consejo Mundial de Lucha Libre, manejaron las cosas más a su estilo, donde en una función previa, Sugey fue derrotada, lo que hacía pensar a muchos, en una lógica infundada, que estos significaba que en la lucha de apuestas, ella ganaría y se vengaría de esa derrota, lo cual no sucedió, fue una lucha de emociones, donde se dieron todos los elementos para que el aficionado recuperara esa pasión por la lucha libre, que se levantara de su asiento, que se frustrara de inicio sabiendo quien sería el réferi para este encuentro, que viera como su favorita se sobreponía a toda circunstancia y al final, con un movimiento de lucha libre, y con las tres palmadas de rigor, se anunciaba el final de una lucha que dejó a los eruditos anonadados,
La lucha libre recuperó credibilidad y su emoción, pareciera que ambas empresas se pusieron de acuerdo para callar a esos expertos que no viven la lucha, sino que buscan el más mínimo detalle para desvirtuarla, después de esto ya está de más pensar si la lucha es real, ahora también hay que reconocer que la lucha cumple con su función de crear en el espectador, emociones y sentimientos encontrados, porque de eso se trata la lucha libre, de hacer que quien la vea se sienta vivo y olvide por un momento que afuera de esa arena, abajo de ese ring, existe un mundo real y del cual la lucha libre nos ayuda a escapar por un momento.