Cuando Lesnar conoció a Heyman

Curiosidades de la historia de WWE: Cuando Lesnar conoció a Heyman

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02-12-2019
¿Qué hubiera sido de Brock Lesnar sin Paul Heyman y viceversa? Nunca lo sabremos. Probablemente, teniendo en cuenta el enorme talento que tienen ambos, hubieran encontrado el camino del éxito de todas formas. De hecho, el representante estaba en esa misma senda antes de conocer al luchador. Y éste también había logrado sus éxitos. Pero

¿Qué hubiera sido de Brock Lesnar sin Paul Heyman y viceversa? Nunca lo sabremos. Probablemente, teniendo en cuenta el enorme talento que tienen ambos, hubieran encontrado el camino del éxito de todas formas. De hecho, el representante estaba en esa misma senda antes de conocer al luchador. Y éste también había logrado sus éxitos. Pero no se entiende la carrera de uno sin el otro. Especialmente en el caso de «La Bestia Encarnada», que ha tenido prácticamente siempre a su abogado a su lado.

Y ahora hablamos precisamente de cuando se conocieron. Porque Heyman estaba en el debut de Lesnar. Pero vamos más allá, cuando conversaron después de esa primera aparición del actual Campeón WWE. Todo se debió a

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Tazz. Este fue quien los presentó, quien aconsejó a Lesnar que fuera a hablar con Heyman, que fue quien contó esto mismo hace unos meses hablando con Inside the Ropes.

► Cuando Lesnar conoció a Heyman

«Cuando Brock Lesnar estaba en Ohio Valley Wrestling (antiguo territorio de desarrollo de WWE) como Campeón de Peso Completo de la División I de la NCAA, le decían: ‘Deberías ser ruso. Deberías hacer esto’. Como si fuera un señor de la guerra o algo así. ¿Me están tomando el pelo? Entonces Tazz me lo trajo. Vi a Brock y le dije: ‘Te das cuenta de que si haces lo que te dicen, te irás en seis meses, ¿verdad? ¿Quieres que hable con Vince sobre esto?’.

«Yo estaba programado para regresar con Chris Benoit a WrestleMania 18. Todo estaba preparado. Pero fui a hablar con Vince para decirle que quería trabajar con Brock Lesnar. (…) Después de su debut, fui a hablar de nuevo con él para preguntarle qué pensaba y me dijo: ‘Maldita sea, este tipo es dinero’. Cuando vi a Brock en el encordado… Era tan grande, tan enorme, y se movía como un gato. No parecía posible que alguien de su tamaño se moviera así. Tazz fue quien le aconsejó que hablara conmigo. Brock me escuchó con atención y me dio las gracias. Además, me dijo: ‘Sabes, me dejo dirigir’. Nunca se pronunciaron palabras más verdaderas«.

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