1991; Konan pierde su máscara

Hoy, según la opinión de muchos aficionados, ya no es ni la mitad de lo que fue en los años noventas. Carlos Santiago Espada, mejor conocido como Konan es gratamente recordado por la afición que en el inicio de la década de los noventas fue asidua a las Arenas: México, Coliseo y en general de todo el circuito que la EMLL, manejaba en ese tiempo.

Otro extranjero que alcanzó la fama de forma meteórica debido, no a su forma de luchar, sino a su impresionante físico que por esos días, no era común ver entre nuestros atletas. Ya había pisado el Toreo de Cuatro Caminos y desafiado a Canek en tres encuentros donde a decir verdad se impuso la experiencia del tabasqueño. De alguna manera Konan llegó a la empresa de Maynes a foguearse porque aún no estaba completamente preparado para estar arriba de un ring.

En palabras del mismo Konan, Canek le ayudó a llegar ahí pero desafortunadamente para el cubano-norteamericano, el elenco de Lucha Libre Internacional estaba lleno de verdaderos luchadores, conocedores de la lucha libre clásica con años de experiencia y de pertenecer al legendario Toreo, por lo que las envidias entre ellos por ver al “poco preparado fortachón” Konan en las batallas estelares, era casi un insulto, por lo que decidió probar suerte con la EMLL donde cayó con el pie derecho, debido a que la afición estaba conociendo nuevas caras a través de la televisión y Konan fue de inmediato aceptado por las aficionadas y por los niños, que veían en él al técnico capaz de derrotar a cualquier rudo.

Su desgracia fue encontrarse al Perro Aguayo y a Mascara Año 2000, con quienes tuvo que enfrentarse en varias ocasiones.

La humillación de la que era presa, en cada batalla contra estos dos hombres era tal que, se programó una lucha de mano a mano entre Konan y Máscara año 2000 el 8 de Marzo de ese año, lucha donde el cubano impuso su fuerza ante el hermano dinamita que, pese a sus esfuerzos, solo pudo romper la máscara de su enemigo pero no ganar la batalla, por lo que a petición de Máscara se armó un triangular entre Aguayo Mascara año 2000 y Konan “ a ver si es cierto que con tus músculos nos puedes derrotar a los dos” manifestaba Mascara año 2000 a Konan.

Este combate tendría de atractivo que los perdedores se iban a enfrentar a la semana siguiente apostando ya fuera su máscara o su cabellera. El día del triangular Mascara año 2000 fue mucho más listo que sus rivales saliendo avante del encuentro y salvando de paso su incógnita.

El viernes 22 de Marzo, Konan y Perro Aguayo se enfrentaban en una lucha de apuestas que convocó a miles de aficionados a la Arena México.

La lucha era pareja pero Konan subió con un factor en contra. En aquellos años Gran Davis era el referí de moda que ayudaba a los rudos. Davis tenía años con este actuar pero de alguna manera su actuar era discreto, sí, muy parcial para los rudos, pero no tan exagerado como ahora.

En fin, en esta batalla, el protagonismo de Davis se hizo presente. La batalla había sido dura para los dos gladiadores; una caída para cada quien y las cosas estaban muy parejas. La fuerza y juventud del Cubano contrarrestadas por el salvajismo y experiencia del Mexicano habían hecho una lucha muy balanceada.

Para la tercer caída, Davis trataba de favorecer con pequeñas acciones al Perro, que dadas las circunstancias de la batalla se maximizaban en contra del cubano.

Recuerdo que en la transmisión de televisión los cronistas decían que había un clavo en la tarima y que con él, se había abierto la frente, pero eso no fue cierto. En realidad el golpe de Konan fue el causante de la herida que Davis lucía.

Arriba del ring el cubano domina al Perro y al no ver al referí cuenta los tres segundos de rigor, haciendo felices a los aficionados pero el veredicto del referí no estaba dado así que las cosas aún no estaban resueltas.

Para cuando Davis logró subir al ring, Konan tenía de espalda contra la lona al Perro, entonces todos esperábamos ver la cuenta, pero Davis avienta a Konan y levanta la mano del Perro ante un grito de impotencia e injusticia del público que no daba crédito a lo que sus ojos veían.

Aguayo había derrotado a Konan teniendo las espaldas contra la lona. Tras unos minutos de discusiones y de expectación, sube el hermanito menor de Konan a desenmascarar a su hermano, quien seguramente era su ídolo, en un momento muy emotivo porque el pequeño, claramente conmovido hasta las lágrimas y lejos de cualquier libreto de telenovela, al despojar de su máscara a Konan le tapa con sus pequeños brazos el rostro a su hermano, desesperado y triste como queriendo creer que esto nunca hubiera sucedido.

Konan besa a su hermano y lo retira para que comience una batalla extra contra su rival.

Los seconds en turno en esa ocasión: Satánico por el Perro y Octagón por Konan también hacen lo suyo, pero la lucha ya estaba decidida y Konan tendría que confiar que en el futuro, vendrían cosas mejores para él.