Dos años atrás, este autor intentó argumentar por qué la por entonces rumorada llegada a AEW de CM Punk podría resultar contraproducente a la larga, en un escenario idéntico al de hoy, pues también se apuntaba a All Out como escenario de su debut.
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Y es que el gran atractivo de AEW radicaba en un plantel con miras al futuro, como exponía Cody Rhodes en el siguiente tuit, a modo de previa de su lucha contra Sammy Guevara en el estreno de Dynamite.
I was excited this was the match selected.
— Cody Rhodes (@CodyRhodes) July 30, 2019
To have a young & hungry opponent who has no ceiling when it comes to pro-wrestling. Going forward not backwards. https://t.co/mZglJg5lSs
«Me entusiasmó que este fuese el combate elegido. Tener a un joven y hambriento oponente que no tiene techo en lo que se refiere a lucha libre. Yendo hacia delante, no hacia atrás».
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Pero esa frescura de los inicios de AEW, en forma de rupturismo y diferenciación de producto respecto a WWE bajo mi punto de vista, ha perdido fuelle. Obviando que realicen un buen trabajo creativo cada semana, excesivas referencias y fichajes procedentes de WWE han acentuado su imagen de «recicladero» del Imperio McMahon. Y precisamente esa excesiva cantidad de contrataciones podría suponer un problema a la larga para Tony Khan, de quien Vince Russo dice esto en la última edición del podcast ‘Writing with Russo’.
«Hermano, literalmente, Tony Khan es un niño coleccionando figuras de acción. A ver, soy sincero. Primeramente, no es su dinero. Vamos a dejar eso claro, es el dinero de su padre. No hay un presupuesto definido […] Y hermano, esto es lo que pasa, Tony Khan no le dice que no a nadie».
AEW ha demostrado poder mantenerse en televisión sin CM Punk, y aunque Khan tiró de chequera para firmar a Sting, figura que elevó el número de espectadores de Dynamite, el pasado miércoles este programa logró el primer puesto de los ratings por segunda semana consecutiva, y en ninguno de ambos episodios «The Icon» fue un gancho promocional.
Punk supuso la opción número uno para Khan a la hora de contar con un rostro mediático como líder de AEW, por delante de Chris Jericho, y sigo convencido de que la negativa del «Straight Edge» acabó siendo la mejor noticia posible.
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En 2019 el plantel masculino de AEW aún era lo suficientemente moderado como para que la inserción de Punk no tuviera demasiadas repercusiones en los talentos en ascenso ni en las historias trazadas. Pero hoy, una contratación de Punk luce a destiempo, y la gran condición sine qua non a la hora de que funcione sería que Punk dejase su ego a un lado, porque de hecho, ya se habla de que la suma de este y Daniel Bryan podría haber modificado los planes de AEW de cara al verano.
86 talentos masculinos militan actualmente en la casa de los Élite. Mientras el público ansía que «Hangman» Page se corone campeón mundial a la vez que demanda más minutos para las mujeres, Jim Ross dice que Malakai Black será estelarista y Jungle Boy, MJF, Darby Allin, Ricky Starks, Miro, Andrade, Orange Cassidy, Pac, Ethan Page, Sammy Guevara o Brian Cage esperan su turno, entre duplas pujantes. Ni siquiera todo parece caber entre Dynamite y Rampage. ¿De verdad hay cabida para Punk y Bryan?
A estas alturas preveo inviable rearmar toda una compañía alrededor de dos grandes veteranos, además de desacertado. Y espero, por la salud de la industria, que Khan realmente tenga un plan sólido sobre la mesa en pos de lidiar con el panorama que se le avecina, peligrosamente similar al de WCW y TNA durante sus mayores picos de popularidad, donde el dinero nunca aparentó constituir un problema y los veteranos acapararon demasiada cuota de pantalla.
«Yendo hacia delante, no hacia atrás». Aquellas palabras de Rhodes deberían resultar un mantra para Khan a día de hoy.
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