Descendiendo del techo de la arena, como en su momento de mayor popularidad hace ya más de un cuarto de siglo, Sting hizo finalmente acto de presencia en AEW Dynamite este pasado miércoles. Su última aparición como competidor en activo para vender el que será su último combate, en Revolution 2024.
Resulta imposible que Sting luzca ya igual que antaño, pero nadie puede negar el sacrificio físico hecho por el veterano de 64 años dentro de AEW, con «spots» impropios de su edad. Y según vende Darby Allin, esperen una dosis final de este «Hardcore Icon» el domingo.
«Me asusta. Es su último combate, no hay nada que perder. Creo que alguien podría acabar en el hospital. Será una pelea salvaje. Sé que nada me detendrá a la hora de asegurarme de que sea uno de los combates más memorables que ha tenido. La gente siempre lo va a recordar. Mi objetivo es asegurarme de que la carrera de este hombre termina con el respeto que merece. Si tengo que sacrificarme, se hará un sacrificio».
► Sting no se guardará nada
Y ahora, es el propio Sting, bajo entrevista con Sports Illustrated, quien avisa de sus intenciones.
«Quiero que la gente se vaya diciendo, ‘¿Cómo fue posible?’. Quiero que la gente se entretenga. Quiero elevar a AEW. Nunca quise que la lucha libre me adelantara por la derecha. Por eso he luchado siempre así. Este domingo, voy a luchar de una manera por la que gente querrá guardar el combate en su videoteca».
Seguidamente, Sting dice sentirse seguro con Darby Allin como socio de armas.
«Estoy en buenas manos cerca de Darby. Ha sido un honor verlo convertirse en esta brillante estrella. Estoy agradecido de que mi último adiós sea con él. No le enseñé mucho sobre lucha libre, más allá de un poco de psicología. Menos es más, eso le enseñé. Le enseñé que es bueno perder si puedes perder de la forma correcta. En general, tiene la lucha libre controlada. Y he aprendido mucho de él. Yo no podría haber tenido este éxito sin él».
