Algunos lectores juzgarán cansino que AEW se mencione en la mayoría de notas acerca de los cambios que afronta WWE actualmente. Pero lo cierto es que el gigante estadounidense afronta una situación, como expuse vía artículo días atrás, con grandes reminiscencias hacia los prolegómenos de la «Attitude Era», a tenor del acicate que la competencia parece está suponiendo para la compañía de Vince McMahon.
Y ahora quiero recuperar un análisis de 2019 realizado por Dave Meltzer que creo guarda vigencia, y que un servidor tituló: «¿Depende realmente de sí misma AEW para triunfar?»
«[…] Gran parte del éxito de AEW descansa en una base de fans que odia WWE. Y si WWE consigue mejorar las cosas y cambiar las tornas, AEW tendrá problemas para ser la alternativa ‘cool’. Necesitan que WWE no sea un producto ‘cool’ para ser realmente competitivos».
El factor novedad, unido a esa condición de producto «cool», hicieron que AEW vapuleara a NXT durante las «Wednesday Night Wars» y recientemente superara a Raw en ratings. Así que Vince McMahon reformula su territorio de desarrollo, con la intención de alejarlo del libro de estilo empleado por Triple H y potenciarlo como entretenimiento deportivo que atraiga a la juventud.
De nuevo lo «cool» como factor clave, según pudimos concluir del siguiente reporte de Fightful.
«Quieren mantenerse en la actualidad con promos y habladuría de los personajes más agresivos. Esto junto con más ‘indulgencia’ en el vestuario luchístico de las mujeres».
► Los chicos de NXT que podrían cambiar WWE
Con un cambio generacional acuciante, igualmente esos ecos con la «Ruthless Aggression Era» se dejan notar ya sobre la denominada NXT 2.0, territorio que debe ejercer de sustituta de la Ohio Valley Wrestling de la que salieron Brock Lesnar, John Cena, Batista y Randy Orton, las últimas megaestrellas «made in WWE»; ante los manifiestos fracasos de Florida Championship Wrestling y la NXT primigenia, cuyos únicos legados estelares han sido Roman Reigns y Charlotte Flair.
El éxito y repercusión de aquellos cuatro nombres aún sirve de sustento a WWE (ahí está la caída de ventas de boletos desde que concluyó el «Summer of Cena»), y quizás su valía nunca pueda igualarse en el futuro. No obstante, quiero quedarme con cuatro nombres con visos de al menos, no suponer otra «generación perdida».
Gable Steveson
Contratación sobre la que mayores esperanzas hay depositadas en los últimos años dentro de la «Gran W», con irremediables ecos de Kurt Angle, se dice que Steveson apunta a debutar directamente en Raw o SmackDown. Aún es pronto, sin tener referencias sobre él como Superestrella, para formular una previsión formal, pero dando por hecho que su adaptación al estilo de WWE será exitoso y ofrecerá buenos combates, veremos si puede desarrollar y desplegar una necesaria faceta de entretenedor, esa que hizo de Angle una leyenda más allá de su técnica, que parece resulta innata en él.
Von Wagner
Su estreno televisivo sobre NXT la semana pasada, nada más y nada menos que formando parte del estelar por el magno cetro de la marca, nos indica que WWE ve algo en el hijo de Wayne Bloom. De hecho, dos veces hemos escuchado ya que Vince McMahon lo proyecta de futuro estelarista de WrestleMania, seguramente en base a su imponente físico y ciertos ademanes muy de décadas pasadas. El nombre de Edge se mencionó como espejo, en otra comparativa innecesaria y superficial.
Bron Breakker
Hablando de décadas pasadas y segundas generaciones, Breakker es el novel que más ruido ha generado en las dos semanas de vida de NXT 2.0, cuando los fans del show dorado lo eligieron como mejor estreno hasta ahora. Vástago de Rick Steiner pero con un estilo luchístico que recuerda al de Scott Steiner —su remate original antes de llegar a WWE era el Clamel Clutch—, este ex-NFL ya ha demostrado un arrojo y desparpajo a tener en cuenta. Servidor no entiende por qué McMahonlandia omite su apellido real, lo suficientemente prestigioso y popular a la hora de atraer miradas.
Julius Creed
Y de Kurt Angle, Edge y los hermanos Steiner, pasamos a Brock Lesnar y John Cena. Al mismo tiempo. Porque si de inicio, su bagaje como dos veces Campeón NCAA All-American lo sitúa de relevo natural de «The Beast», Gerald Brisco dijo de Jacob Kasper (nombre real del gladiador) que su personalidad le recordaba a un joven «The Champ». Esperemos que tamaña prensa en torno al hoy mitad de The Creed Brothers no le pase factura una vez emprenda carrera en solitario. De momento, sus primeros pasos lucen prometedores.