Vince’ometro: Bray Wyatt a través de los años en WWE

Singular como él solo, Vince McMahon es una mente brillante. Su visión es sumamente particular y queda en evidencia con cada Superestrella cuando vemos los shows de WWE todas las semanas. El manejo y las oportunidades que recibe cada uno deriva del potencial que él ve en ellos, en un arte que atrapa la atención del lector cada vez que surge un reporte sobre el asunto.

Al ser el hombre a impresionar, sus perspectivas, aunque con el transcurso del tiempo más extremas e incomprensibles, son motivo de estudio. La suya es la voz definitiva y de ahí que su opinión sea tan buscada. Mientras que, a su vez, es un individuo difícil de satisfacer. Y en este nuevo número, les traemos la lupa McMahonesca sobre Bray Wyatt a través de los años, tras su despido de WWE.

► Husky Harris (2010-2011)

La etapa olvidada de Bra… Husky Harris, mejor dicho. Y es que además de no trascender como en el resto de su carrera, también fue muy breve. Porque después de haber participado de la NXT original y haber sido eliminado, regresar luego a FCW para estar el medio cartel y sin muchas esperanzas de un gran futuro, una enorme oportunidad se le presentó en 2010: se sumó junto a Michael McGuillicutty (Curtis Axel) a los Nexus.

Durante sus tres meses como parte del grupo, no «pinchó ni cortó». Perdió varias luchas por parejas, incluyendo una versus Santino Marella y Vladimir Kozlov por el Campeonato de Parejas WWE, luego de la cual recibió una Punt Kick de Randy Orton para volver nuevamente al territorio de desarrollo. Además de no brindarle protagonismo, Vince McMahon ni siquiera quiso mantenerlo en el elenco principal, lo cual lo dice todo. Conociendo al jefe, no se hace difícil visualizarlo siendo crítico de su peso y la falta de personalidad que demostró en el momento.

Vince’ometro: 

► El Devorador de Mundos (2013-2017)

Bray Wyatt / WWE©

Tuvo que tocar fondo para ir en ascenso. Cuando le comunicaron que «si no cambiaba algo ya no iba a ser necesitado», Harris se encontró con Waylon Mercy en el Performance Center y así moldeó al personaje en el que terminaría convirtiéndose Bray Wyatt. Así, despegó rápidamente en la escena estelar de NXT, destacando principalmente en sus promos, un área en la que no era especialista antes de la transición.

Llegó al elenco principal como una auténtica promesa. Él junto a Luke Harper y Erick Rowan dieron vida a la Wyatt Family y trasladaron todo su potencial primero a la marca amarilla y luego a WWE, donde fue de menos a más y, ganándose el respaldo del público, fue subiendo escalones. Con o sin sus seguidores (que sumarían también a Braun Strowman), Wyatt fue visto igual por McMahon.

El mandamás era consciente de que era un favorito pero no entendía muy bien su personaje, de ahí que le diera la libertad de que él mismo se encargara de sus propias promos aun sin ser un veterano, algo muy extraño en la WWE de los últimos años. Y ya que las ventas de mercancía acompañaban y tenía una buena altura, en un par de ocasiones se animó a intentar llevarlo al siguiente nivel: ostentó el Campeonato WWE y estuvo en rivalidades importantes, pero cada vez que se encontraba en ellas, terminaba siendo la carnada de los demás, como con John Cena, The Undertaker, Roman Reigns o Randy Orton.

A todo esto, otra prueba de que WWE no sabía cómo utilizarlo se vio en las muchas reuniones de la Wyatt Family, volviendo siempre a lo mismo y resultando agotador por momentos. Y por no ser un gran luchador técnico y más que nada considerando su peso, McMahon nunca quiso ir tan lejos con él como muchos aficionados lo pedían.

Vince’ometro: 

► El Exterminador de Mundos (2017-2018)

Ya con un personaje «quemado», por decirlo de alguna forma, el equipo creativo entendió que Wyatt necesitaba un lavado de cara. A raíz de esto, se decidió que durante su visita al Campamento Hardy, cayera en el Lago de la Reencarnación y saliera de él como un hombre renovado. Así fue, pues, que al regresar ayudó a Matt Hardy a ganar la Campal de WrestleMania 34 y desde entonces fueron un equipo.

Ganaron el Campeonato de Parejas Raw y Wyatt fue un «chico bueno» por primera vez en su carrera, pero dado que Hardy estaba volviendo de lleno con su popular versión «Broken» —mejor conocida en WWE como «Woken»—, fue bastante eclipsado por su compañero y demostró muy poco, ya que mucha de la mística de su personaje desapareció. Para colmo, fue una alianza sin rumbo: perdieron los títulos en su primera defensa contra The B-Team, no pudieron recuperarlos en la revancha y luego, tras algunas lesiones de Hardy, se separaron.

Vince’ometro:

► The Fiend (2019-2021)

Bray Wyatt reprende a los Young Bucks

Quién no se entusiasmó cuando las primeras viñetas de la Firefly Fun House aparecieron en Monday Night Raw. Las semanas pasaban y la afición encontró en ellas algo fresco y diferente para romper con la monotonía de todos los lunes. Rápidamente, The Fiend se convirtió en la charla del negocio, y las conversaciones que decían que «algún día, Wyatt se tornará en el sucesor del Undertaker», pasaron a ser un firme «The Fiend es el sucesor del Undertaker».

«La Nueva Cara del Terror» al fin pudo caer con ambos pies y hacer justicia a su sobrenombre. Vince McMahon sintió el impacto de este nuevo personaje enmascarado y encontró en él a uno perfecto para ser el nuevo monstruo de la WWE. Deshaciéndose de todo y todos los que se metían en su camino (y los que no también), ganó rápidamente el Campeonato Universal y mostró un poderío digno de Brock Lesnar, con la mente puesta en hacernos creer que era «inhumano».

Se convirtió en uno de los proyectos de McMahon y por un momento parecían todas rosas para él. Si aquí hubiera acabado la historia, hubiera tenido el puntaje perfecto. Sucedió que se topó con la primera piedra en su zapato, Goldberg, derrota que fue seguida de otras más que lo alejaron de la imagen de ente superior y lo redujeron a uno más del montón.

La implementación de comportamientos sobrenaturales o bien su lucha «poco realista» contra Cena en WrestleMania 36 afectaron todavía más a la percepción, como así también la falta de público que lo apoyase por más de un año. Todo esto hizo que sus últimos tiempos de vida no fueran ni por asomo tan relevantes como sus inicios. Ya en su última demostración, contra Orton, cayó vencido tras un «simple» RKO (cuando en alguna instancia llegó a zafarse de aproximadamente una docena de blackouts de Seth Rollins). De más a menos, se despidió.

Vince’ometro:

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