La excomentarista de WWE, Renee Paquette, por fin se ha despachado contra su excompañía de manera clara y frontal. En una reciente aparición en Busted Open Radio, la esposa de Jon Moxley le ha dicho a sus antiguos jefes que hacen las cosas mal.
Y las hacen mal, porque «microgestionan» absolutamente todo. Es decir, Vince McMahon y sus empleados tienen que estar pendientes de cada detalle de lo que pasa en las pantallas televisivas, especialmente en la mesa de comentarios, en donde McMahon grita como loco a sus comentaristas y les dice en múltiples oportunidades cómo deben reaccionar y qué frases utilizar.
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«Todavía no sé cuál será mi próximo movimiento o si este involucrará la lucha libre, pero confirmo que la lucha libre todavía está dentro de mí. Es gracioso porque si bien no vine del meollo de la lucha libre —es decir, no nací dentro del mundo de la lucha libre—, pasé casi la última década de mi vida haciendo eso. Así que sí, definitivamente logré amar el negocio.
«Extraño estar cerca de los shows. Extraño estar cerca de la gente. Hay muchas personas que son unas perras y que no las extraño. Pero eso es lo que me encanta de lo que estoy haciendo ahora, que realmente puedo hacer mis propias cosas y concentrarme en mis propias fortalezas.
«Pero, en el otro lado está el poder tener este bebé y luego ponerme de vuelta en el ruedo profesional es un desafío para mí. Para otoño creo que podría tener una mejor idea de lo que se viene para mí, de las diferentes cosas que podría hacer. Todavía no sé qué será, pero creo que nunca quiero darle la espalda a la relación que he podido construir con la lucha libre y con la comunidad de lucha libre y con estos fanáticos y todo eso.
«Es algo de lo que estoy muy orgullosa, el haber podido entrar a este mundo y crear mi propio camino aquí. No quiero darle la espalda a eso. Entonces, hay que esperar para ver qué haré después. Honestamente, quiero hacer mi propia versión de Tuesday Night Titans, aunque no sé cómo lograré eso.
«Mi problema no era con la lucha libre. Me encanta el lado de la lucha libre. Pero el lado de la producción de las cosas realmente puede ser una patada en la vagina. Simplemente el ser microgestionado. No me gusta el micromanagement. No me gusta estar bajo la lucha tanto como uno está o puede estar en ese mundo de WWE.
«Siempre estás bajo el microscopio, tratando de adaptarse y tratando de complacer a la gente. Y si no quieres dejar de ser fiel a ti misma, puede ser una línea muy fina por la que vas a ir caminando. Y eso puede ser muy agotador. Tampoco me gustó mi tiempo como comentarista de Monday Night Raw. Tenía poca confianza y luego, con las críticas internas en la empresa, perdí aún más confianza.
«Estaba en la mi**** en ese momento. Simplemente estaba como: ‘Oh, Dios mío. ¿Por qué estoy aquí? ¡Ya ni sé por qué estoy aquí! ¡Siento que nadie está contento con lo que estoy haciendo!’ Y estaba haciendo todo lo posible para sacar lo mejor de esa situación y era una oportunidad fantástica. Pero si entras a hacer algo y ya sientes que tu confianza está un poco destrozada, no vas a tener una gran actuación.
«Y eso no aplica solo para mí. He visto que eso se aplica a tanta gente bajo ese paraguas de WWE, y es realmente difícil trabajar así. No creo que eso conduzca a que el talento sea tan buen como les sea posible y que haga lo que fue contratado para hacer de la mejor forma posible y brille, realmente no. Puede ser muy difícil trabajar en WWE.
«Por ejemplo, cuando creía que estaba haciendo las cosas bien y que había entrado en el ritmo de los comentarios, llegaba información que decía que la gente tras bambalinas pensaba que ‘apesta’ o que ‘era una mie***’. Y eso empieza a meterse en tu cabeza y se vuelve imposible sentir que estás haciendo un buen trabajo».
