Odio eterno a la lucha libre moderna

Los ecos del reciente Backlash y en general todo el periplo francés de WWE siguen presentes cual rumor del mar que se mete en los oídos, con cánticos, caso del que dedicaron a AJ Styles, que ya son historia en la compañía: «Il est vraiment phénoménal»… 

Y Styles les dio la razón, conjuntando un muy buen estelar con Cody Rhodes, donde «The American Nightmare» retuvo el Campeonato Indiscutible WWE y confirmó que es el nuevo John Cena … o más bien el nuevo Hulk Hogan, a juzgar por su respuesta a este movimiento aplicado por «The Phenomenal»

 

► El remate definitivo

Pero Rhodes no respondió en modo «Hulkster» a un movimiento cualquiera. Styles le aplicó un Burning Hammer, probablemente el «finisher» más protegido de la historia del puroresu, popularizado por Kenta Kobashi

Si bien el Burning Hammer está basado en el Victoria Driver de la coetánea gladiadora Kyoko Inue, Kobashi modificó la última parte de la ejecución para hacerlo más brutal, pues el afectado cae básicamente de cabeza contra la lona. Y es que Kobashi, allá por mediados de los 90, se veía incapaz de doblegar a Mitsuharu Misawa, uno de sus grandes rivales y otro de los pilares de AJPW (junto a Toshiaki Kawada y Akira Taue), hasta que, por primera vez en un choque de duplas durante la jornada 14 de October Giant Series 1998, le aplicó el Burning Hammer.

Véase, un remate creado expresamente para vencer a un luchador (y qué luchador), a modo de contrarresto del Tiger Driver ’91 (el particular superremate de Misawa) y como último recurso por su peligrosidad. Tanta, que Kobashi sólo lo empleó siete veces en su carrera. Y en todas ellas, el correspondiente combate se vio así finiquitado, permitiéndole conseguir de paso el Campeonato Mundial de Parejas AJPW o el Campeonato de Peso Completo GHC. 

Misawa no fue la única víctima del Burning Hammer. También Jun Akiyama (por dos ocasiones), Akira Taue y KENTA; quien tiene el honor de suponer el último competidor en sufrirlo, allá por 2006. Taue y KENTA, eso sí, recibieron una ligera variante donde Kobashi les cruzaba el brazo izquierdo entre las piernas y sus cabezas y cuellos no salían tan perjudicados en la caída, denominada Wrist-Clutch Burning Hammer. 

 

► Sacrilegio o progreso

Con el paso del tiempo, el Burning Hammer ha sido utilizado por varios luchadores. Styles, sin ir más lejos, ya lo utilizó antes de Backlash France, y curiosamente, siempre contra Matt Riddle. También bajo los focos de WWE, Brian Kendrick se apropió de la mítica movida durante su duelo ante Kota Ibushi en el Cruiserweight Classic

Fuera del gigante estadounidense, podemos apuntar algunos nombres que hicieron suyo el Burning Hammer: Mark Briscoe, LuFisto, Dan Maff, Jimmy Havoc… ¿Estamos hablando, entonces, de un remate «prostituido»? Para nada. Todos estos usos, cuanto menos, se dieron con respeto hacia la dureza del remate, aunque no en todos los casos el aplicador ganara la contienda (por ejemplo, Kendrick). 

Entenderán con esta breve «semblanza» que muchos seguidores expresaran su descontento en redes sociales por el uso dado al Burning Hammer en Backlash France. Styles y Rhodes ni siquiera conjuntaron un falso final, con «The American Nightmare» levantando un hombro a los 2.99 segundos o teniendo que tocar alguna cuerda de manera desesperada. Amén de que se insertó de manera «random» sin gran significación. 

Quienes defienden lo perpetrado esgrimen que actualmente, la lucha libre se antoja cada vez más iconoclasta, en una tendencia hacia no vender movimientos antaño mortíferos o reducirlos a simples secuencias de transición que realmente no es nueva. Hasta Backlash France, el Burning Hammer podía considerarse un remate sagrado, en comparación con el uso que tiene en los últimos años, por ejemplo, el Canadian Destroyer

Como digo, esta aparente ¿evolución? viene de lejos. Recordemos, hubo un tiempo en que el DDT en su versión estándar sentenciaba combates. O una Superkick. La pregunta es quién decide qué es sagrado y qué puede considerarse «mancillable». 

Hoy día, WWE se jacta de mostrar una mentalidad abierta, e incluso en la construcción del Rhodes-Styles mencionó que ambos fueron líderes del Bullet Club (aquí podría hacerse otra puntualización, pues Rhodes nunca lo fue), y creo que ninguno de estos gladiadores, con su bagaje en Japón y su respeto hacia el puroresu, buscaban maliciosamente desvirtuar el valor del Burning Hammer. Sin embargo, ese «Hulk Up» estuvo fuera de lugar

Que el Guillotine Leg Drop de Hulk Hogan quedara superado era previsible, nunca se vio contundente y su credibilidad sólo se aceptaba bajo el aura especial de «The Inmortal». Y así con cientos de remates que, dado el estilo luchístico actual, sólo encajan hoy como movimientos de impacto medio. Mientras, el Burning Hammer, a ojos actuales, todavía luce peligroso dentro y fuera del «kayfabe», motivo de que apenas se emplee

No sé, tal vez me esté volviendo viejo y el artículo que me ocupa parezca un grito a una nube, cual Abe Simpson. Pero, respondiendo a la pregunta planteada tres párrafos atrás, decidir entre sagrado y «mancillable» debería fundamentarse, simple y llanamente, en la lógica de un combate real, por mucho que la lucha libre no sea una pelea de artes marciales mixtas. 

Hoy, ironías de la vida, Dave Meltzer ha valorado con 5 estrellas el Rhodes vs. Styles, y quiero recuperar unas declaraciones recientes de Kenny Omega en las que «The Best Bout Machine» dijo algo que creo viene muy al hilo. 

«No deberían darse cinco estrellas como el que reparte caramelos. No deberían darse porque los movimientos luzcan bien. Deberían darse porque los movimientos duelan de sólo verlos. Es una combinación perfecta de todo lo que intentas conseguir como luchador profesional y sin exponer los secretos del oficio». 

LA LUCHA SIGUE...
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