A veces le pierde su verborrea, aunque siempre se agradece que Chris Jericho no tenga pelos en la lengua. Porque «The Demo God» es el principal portavoz de AEW en su guerra mediática contra WWE, debido a su pasado allí y al gusto del veterano por dar espectáculo dentro y fuera del ring.
Y al igual que hizo ya con Shawn Spears, Jericho vendió hace un par de días a Miro (Rusev en McMahonlandia) como la próxima gran estrella de la empresa de Tony Khan, cuando nadie compró aquellas palabras sobre el otrora Tye Dillinger.
Chris Jericho: "Vamos a convertir a Shawn Spears en una estrella" pic.twitter.com/uXC4oX27IG
— Self High Five (@rafael_indi) May 25, 2020
Una contratación la de Miro que alimenta los argumentos de muchos odiadores profesionales de AEW, quienes consideran que la novel empresa sigue los mismos derroteros que la entonces llamada TNA, pues sumamos un total de 17 talentos procedentes de WWE «reciclados» para la causa.
Con Miro, son ya 18 los exluchadores de WWE «reciclados» por AEW
► Samoa Joe, otro nombre en la agenda «Élite»
Una política de aprovecharse indirectamente de la popularidad de WWE que AEW no esconde. Como tampoco se escondió Jericho al admitir durante su última edición de ‘Saturday Night Special‘ que Samoa Joe sería una gran suma para AEW (además de afirmar que mantiene amistad con él). Eso sí, bajo una condición.
«No sé si Joe está lesionado ahora mismo o si no se encuentra bien. Pero te digo tío, que es un increíble luchador. Es un gran orador y un tipo genial también. Me encantaría tenerlo en AEW. Pero no sé si quiere irse. Tal vez esté lesionado, y es un gran comentarista, y si va a venir a AEW a robarme mi posible trabajo de comentarista, entonces olvídalo».
Lo último que supimos acerca del estatus de «The Destroyer» era que estaba supeditado al regreso a la mesa de comentaristas de Raw de Jerry Lawler. Una vez «The King» retome ese rol, parece que Joe retomará a su vez su faceta competitiva, ya sanado de lesiones. Su manejo a partir de entonces determinará si Joe luce contento, o por el contrario, con ganas de cambiar de aires.