La Generación PWI 500

Hace dos años, al comprobar que Pro Wrestling Illustrated lo situaba en el puesto 146 de su controvertido PWI 500, LA Park dedicó el siguiente mensaje al medio estadounidense.

LA Park PWI
Twitter: @laparktapia

 

Este año, LA Park fue situado en la posición 265, y el veterano gladiador quiso dejar constancia una vez más de lo que, a su juicio, resulta una injusticia.

Cada nueva temporada, el PWI 500 suscita divertidos debates, pues tampoco dentro del mundo de la lucha libre llueve siempre a gusto de todos. Pro Wrestling Illutrated basa su criterio (bajo el lapso de un año; normalmente partiendo de mediados de junio) en cuatro factores: logros luchísticos (victorias y campeonatos), influencia, habilidad entre las doce cuerdas y competitividad. Y como ocurre con cualquier ranquin particular, las preferencias personales suponen el quinto factor. Tal vez el más decisivo.

Roman Reigns numero uno del PWI 500 de 2022 Pro Wrestling Illustrated
© Pro Wrestling Illustrated

Pero que no nos lleve a engaños el ejemplo de LA Park. Si el ex-WCW quiso llamar la atención de Pro Wrestling Illustrated fue por mero divertimento. LA Park y sus coetáneos nunca tuvieron en verdadera consideración el PWI 500, así como el reconocimiento a luchador del año otorgado por la misma revista desde 1972.

Cierto que, de manera cordial, cada #1 del controvertido ranquin anual muestra apreciación. He aquí lo dicho por Kurt Angle, líder en 2001.

«¡Y los honores siguen llegando! Tras sólo dos años en WWF, es abrumador. De verdad que lo es. Aquí estoy, aprendiendo sobre este deporte cada día, y ahora esto. Me gustaría agradecerles a todos los editores que votaron por mí, porque sé que debe haber sido una elección complicada y una que se hizo fácil. Triple H, The Rock, Steve Austin, Booker T, todos estos tipos tuvieron años geniales también. En realidad, cualquiera de nosotros podría haber sido número uno. Espero estar a la altura del honor en el transcurso del próximo año. De nuevo, muchas gracias a todos. Lo agradezco».

Aunque, acorde a la naturaleza del PWI 500, los entrevistados valoraran esta distinción por contribuir al «kayfabe». Así hablaba Steve Austin en aquel año 2001 al verse como #2 por detrás de Angle.

¿Vuelvo de una operación que casi acaba con mi carrera, gano el Campeonato Mundial de Peso Completo WWF y los títulos mundiales de parejas y sólo consigo el número dos? ¿Por dos años consecutivos estuve en el puesto más alto y ahora queréis dárselo a ese cobardica de Kurt Angle? ¿En qué estáis pensando? Vencí a The Rock. Vencí a The Undertaker. ¡Incluso vencí a Chris Jericho y Chris Benoit al mismo tiempo! ¿Qué más tiene que demostrar un hombre? ¡Demonios, en uno de mis primeros combates de regreso vencí a Rikishi en una lucha en jaula! Y aun así, le dais la primera posición a Angle. ¿Por qué? ¿Por qué es un modosito héroe americano ? ¡No! Eso no cuela. Eso no significa nada para mí. Supongo que tendré que patearle su patético trasero olímpico.

Kurt Angle en el PWI 500 de 2001
© Pro Wrestling Illustrated

 

O como el propio Angle evidenció en 2012, al criticar el #1 otorgado entonces a CM Punk.

«Punk no debería estar en el Top 10. PWI va sobre ostentaciones titulares. No sobre luchar. Orton es mejor. AJ, Roode, Aries, yo: somos mejores».

 

► El legado del «Meltzer Driver»

Hoy, en cambio, el PWI 500 sí parece gozar de verdadera relevancia entre los competidores. Adjuntaré algunos ejemplos.

 

«Del #420 el año pasado, ¡al #110 este año!»

 

 

https://twitter.com/Walking_Weapon/status/1570075809922039808?s=20&t=ObQYhCVFcs_6tun3_q5Q2A

«Orgulloso de representar a Impact Wrestling y a la lucha libre canadiense en la portada de este año de Pro Wrestling Illustrated

«Gracias a todos los que me siguen y me apoyan. Hay más trabajo por hacer».

 

«Acabo de enterarme de los resultados del PWI 500. El año pasado me situaron en el número 136 y este año fui capaz de mejorar mi clasificación hasta el número 59. Gracias a todos por el apoyo. Pelearé por estar entre los 20 mejores el año que viene».

 

Si bien aparecen excepciones entre competidores jóvenes. En 2019, Butch (entonces Pete Dunne) valoraba así, con un tuit ya borrado, el PWI 500.

«Imagina sentarte ahí y escribir una lista de 500 luchadores en base a un criterio completamente aleatorio y luego imagina que a la gente de verdad le importe. No me hagan hablar de calificaciones de estrellas. La lucha libre es una locura a veces, simplemente encuentren algo que les guste y véanlo a menudo».

Por su parte, Darby Allin, en 2020, hablaba en estos términos del PWI 500 y sus elaboradores ante los micrófonos de Battleground Podcast.

«No significa nada para mí. No me importa. Realmente no me interesa. Me preocupa más la gente a la que admiro y respeto. Para mí son un puñado de desconocidos».

O Baron Corbin, quien está semana dejó la siguiente respuesta a un comentario de Sheamus con el que el «Celtic Warrior» daba cuenta de su puesto en el PWI 500.

«Gracias por la información. No soy un friki, por lo que no leí la publicación. Ve a ver si Dave te retuitea».

 

El Dave que Corbin menciona, imaginarán, es Dave Meltzer. Y no resulta gratuita tal referencia. Que la mayoría de talentos del presente sí tengan en verdadera consideración el PWI 500 se debe en parte al periodista del Wrestling Observer y sus célebres estrellas.

El sistema de puntaje de Meltzer echó a andar en 1982, pero, al igual que el PWI 500, sólo de una década a esta parte viene gozando de candencia y repercusión verdaderamente notorias.

Convergiendo con el establecimiento de la llamada Internet Wrestling Community (IWC), la lucha libre de los últimos 15 años aparece asociada a esta suerte de «lobby», que ha llevado a que incluso una empresa de alcance «mainstream» como AEW tome algunas decisiones creativas que podrían considerarse puro «fanservice» y tenga entre sus principales prioridades ofrecer combates de calidad.

A priori, no existiría conexión alguna entre el PWI 500 —ranquin adscrito al «kayfabe»— y las estrellas meltzerianas. He aquí cuando aparecen de nexo común The Young Bucks.

Los elogios de Meltzer propiciaron que la carrera de Matt y Nick Jackson alcanzara mayores cotas, con combates como el de la segunda noche del torneo Battle of Los Angeles de PWG en 2016. Sólo los «haters» negarán la influencia de las valoraciones de Meltzer. Comprueben si no cuándo A-Kid pasó a situarse en el radar de WWE: una vez Meltzer otorgó ***** a su combate contra Zack Sabre Jr. en el evento Total Rumble 2018 de la Triple W.

The Young Bucks demostraron que apoyándose en esa IWC, cada vez más altavoz de los juicios de Meltzer, y con una inédita capacidad para la autogestión de sus carreras, el sueño del «do it yourself» lucía posible. Irónicamente, quienes los acusaron de «matar el negocio» (título de su autobiografía) nunca supieron leer los signos, como expondré más adelante.

© NJPW

 

►Una cuestión generacional

Y nada de esto habría sido posible sin el impacto de las redes sociales, que ya sabrán, tienen su contraparte, vivida de primera mano también por los Bucks. Un fenómeno sociológico que explicaría en última instancia el quid de la cuestión: ¿cuál es el motivo de que haya un creciente aprecio hacia el PWI 500 y las estrellas de Meltzer por parte de los luchadores jóvenes?

Bajo décadas pasadas, la lucha libre aún vivía ajena a la influencia de los medios sobre el público; muy al contrario, por hacer un paralelismo, que la escena teatral de EEUU, donde las calificaciones de algunos especialistas han llegado a hundir o elevar obras (caso positivo de El zoo de cristal de Tennesse Williams).

Casualidad o no, los talentos que se adscriben al posmilenio, desde su adolescencia con los términos «Reddit», «Twitter» o «Instagram» como parte intrínseca de su vocabulario, son incapaces de obviar los juicios de valor que se hace sobre ellos.

Vivimos en una era donde la necesidad de aprobación también se extiende a la lucha libre. Esto viene siendo costumbre, con estrellas que deciden cerrar temporalmente sus redes sociales movidas por comentarios de seguidores. ¿Imaginan, por ejemplo, a Vader en tal tesitura? Asimismo, la vieja guardia ha acusado en numerosas ocasiones a la nueva ola de estar más preocupada de conseguir un «5 Star» de Meltzer que de ganar dinero.

Sin embargo, tal particularidad conecta con el pasado cuando un talento de la insultante juventud de Nick Wayne se hace eco de su estreno en el PWI 500.

«¡Primera clasificación en el PWI 500!»

 

Resulta curioso que Wayne, sucesor de una promoción de competidores acusados de desvirtuar la magia de la lucha libre, ayude a preservarla con ese tuit. Paradójicamente, tal individualismo 2.0 mantiene viva la llama del «kayfabe».

El futuro, y algunos dinosaurios se echarán las manos a la cabeza, está en buenas manos.

LA LUCHA SIGUE...
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1 comentario en «La Generación PWI 500»

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