Hubo numerosos reportes que ya dieron por hecho el regreso de Cody Rhodes a WWE dos semanas antes de WrestleMania 38. Pero hasta la noche del 2 de abril, cuando «The American Nightmare» hizo su aparición bajo los acordes del tema «Kingdom» en el AT&T Stadium, nadie se atrevió a poner la mano en el fuego asegurando que el gladiador hubiese decidido firmar con WWE, la casa de la que huyó en busca de libertad creativa y reivindicación.
Bajo su discurso oficial, Rhodes ha sido un tanto ambiguo a la hora de explicar el porqué de tal cambio de aires; desde reconocer cierto conflicto con Tony Khan, hasta exponer cuestiones monetarias. Pero principalmente, Rhodes afirma estar de nuevo en WWE para conseguir lo que su padre Dusty no pudo: el máximo cetro de la empresa.
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Rhodes charló largo y tendido con Ryan Satin en la última entrega de Out of Character, y el entrevistado ofreció un curioso dato que puede añadirse a la cronología de cómo se dio la vuelta del hijo pródigo a la casa McMahon.
«Dan Lambert me regaló el Campeonato WWWF, me regaló el título que mi padre sostiene en esa fotografía de 1977. Me lo entregó y en ese momento, sentí que la decisión ya estaba casi tomada para mí. No sé si involuntariamente él provocó este momento de cambio en la industria, pero hubo momentos en que pensé que esto iba a acabar ocurriendo, que era lo que tenía que ocurrir.
«Creo que lo hicimos con respeto y amor y pienso que los fans casuales, los fans de la lucha libre y los fans del entretenimiento deportivo lo entendieron y eso me conmueve. No sé cuánto durará esta luna de miel, pero ahora mismo estamos en la playa y de verdad lo estoy disfrutando».
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