Chelsea Green está viviendo su segundo capítulo en WWE después de que el primero (2018–2021) no funcionara bien para ella. Echando la vista atrás, nos acordamos de que las lesiones afectaron muy negativamente a su experiencia. Tuvo etapas como cliente de Mr. Stone, estando cerca del Campeonato Femenil de NXT, apareciendo en la batalla real de Royal Rumble, trabajando en SmackDown… En ningún caso le fue todo lo bien que ella, la compañía o los fans hubieran deseado entonces. Después de su salida, estuvo luchando en ROH o IMPACT.
► La primera vez de Chelsea Green en WWE
Hasta que en 2023 volvió a ser una Superstar para convertirse inmediatamente en miembro del main roster y hace poco ganar el Campeonato Femenil de Parejas. Lamentablemente, su compañera, Sonya Deville, sufrió una lesión grave, y quizá sea despojada del título, a no ser que le encuentren una aliada; ella misma la está buscando, y R-Truth se ha ofrecido. También ha avisado al McMahon Empire de que no permitirá que le quiten los cinturones, aunque en realidad próximamente lanzarían un torneo para determinar a las nuevas monarcas.
Dicho esto, volvamos a su vez anterior en la WWE, pues Chelsea Green estuvo explicando qué falló durante una reciente entrevista en After The Bell.
«Cuando empecé en la lucha libre, no sabía realmente lo que este mundo implicaba. Pensaba que se trataba solo de luchar, estaba intentando aprender movimientos y cosas así. Pero realmente me sentí más cómoda siendo yo misma cuando fui la primera versión del Hot Mess, eso era estar descalza en un vestido con maquillaje por toda mi cara. Fue la primera vez que me di cuenta de que la lucha libre es mucho más que simplemente luchar. Queremos historias increíbles, personajes asombrosos, personalidades. Queremos promos.
.@ImChelseaGreen is gonna regret her actions in 3…2…#WWENXT @RheaRipley_WWE pic.twitter.com/dH94iOLkqG
— WWE NXT (@WWENXT) May 28, 2020
«Queremos conectarnos con quienes están en el ring de cualquier manera posible. Ser la novia abandonada que era el Hot Mess fue mi forma de explorar todas las demás versiones posibles de una luchadora, sin realmente luchar en absoluto. Eso se sentía auténtico para mí. Puedes verlo en mi expresión. Soy muy dramática, tengo mucho de chica de teatro, aunque nunca he hecho teatro. Me di cuenta a los 28 años, ¡vaya!, entré en la lucha libre no tanto por los movimientos y los saltos desde las cuerdas, sino para ser diferentes versiones de mí misma y explorar eso«.
«Lo que realmente deseaba era que me permitieran ser yo mismo. Dejarme expresar mi auténtica personalidad al crear personajes y elaborar mis propios discursos y réplicas. No tuve esa libertad en mi primera etapa, y quizás eso se debió a que cuando me dieron una oportunidad, no la aproveché al máximo«.
«Pero esta vez, todas las apuestas estaban fuera. ¿Sabes? ¿Cuál sería lo peor que podría suceder? Ser despedido. Eso ya ocurrió. Ya pasé por eso. Así que ya no tengo miedo. No temo intentar algo ridículo«.