Alexa Grasso sorprendió al mundo en UFC 285 cuando destronó a Valentina Shevchenko para convertirse en la nueva campeona de peso mosca en una sorprendente sorpresa.
Un buen comienzo para Grasso dio paso a Shevchenko con una serie de derribos que la pusieron arriba en las tarjetas. Justo cuando parecía que Shevchenko realmente estaba tomando el control, lanzó una patada giratoria desacertada que Grasso contrarrestó inmediatamente tomando la espalda.
A partir de ahí, Grasso bloqueó el estrangulamiento trasero desnudo y después de unos momentos de intentar liberarse, Shevchenko hizo tapping y el final llegó a las 4:34 en la cuarta ronda.
“Por favor, pellízcame porque siento que estoy soñando. Fue un entrenamiento, estoy entrenando todos los días para esa cosa porque sé que ella hace esas cosas giratorias. Entrené eso porque sé que pega fuerte, es una gran atleta”.
Fue una exhibición increíble de Grasso, quien era una de las perdedoras más grandes de toda la cartelera, pero aun así encontró la manera de ganar.
Sin mostrar miedo frente a la campeona al comienzo de la pelea, Grasso se mantuvo firme con su postura de boxeo mientras preparaba sus combinaciones, incluida una mano izquierda que picó a Shevchenko temprano. Tan metódica como siempre, Shevchenko buscaba preparar sus patadas mientras lanzaba una variedad de miradas a Grasso para mantenerla adivinando en los intercambios.
En lugar de negociar con los pies, Shevchenko optó por recurrir a su lucha mientras plantaba a Grasso en la lona mientras trabajaba para mejorar su posición. Grasso luchaba constantemente para liberarse con Shevchenko avanzando hacia el control lateral mientras intentaba bloquear el crucifijo.
Justo cuando parecía que Grasso estaba atascada, logró explotar y alejarse de Shevchenko para volver a ponerse de pie. Grasso buscó abrir su golpe, pero eso llevó a otro derribo de Shevchenko mientras mantuvo el control hasta que terminó el segundo round.
Cada vez que la pelea era de pie, Grasso continuaba encontrando un hogar para su mano izquierda recta, pero Shevchenko respondía con sus propios golpes mientras mezclaba patadas a la cabeza que mantenían a raya a su oponente. Cada vez que Grasso daba un paso adelante para sentarse sobre sus golpes, Shevchenko respondía con su lucha libre para llevar la pelea de nuevo al suelo.