Por Darkangelita.
Aunque las comparaciones de Santo, el Enmascarado de Plata, con diversos iconos de la cultura mexicana, la verdad es que su legado e influencia va más allá de lo que cualquier otro ídolo popular mexicano. Santo ha servido como referencia de un país, más que un simple galán de cine o un líder de opinión, como un héroe, como un prócer de este país.
Su influencia, por tanto ha llegado al arte. Esculturas, pinturas y murales han sido montados en su honor. Pero quizá uno de los homenajes más grandes es el que el mismo pueblo a través de tres pintorescos músicos le hicieron a unos meses de su muerte: un guacarrock… Sí, un guacarrock, la mezcla de rock y punk con sones mexicanos, harto chile y aguacate aderezado con cebollita, unos tacos al pastor y un boing de mango para bajarlo todo.
El Guacarrock del Santo se ha convertido a lo largo del tiempo en una de las obras más representativas del rock hecho en México, donde las obras y hazañas de la más grande figura de la lucha libre es recordada con su gloria y su honor, pero más con su orgullo de ser 100% mexicano. Hoy a treinta años de su ausencia física es prudente honrarlo una vez más con su canción.
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El Santo pasó a formar parte de la cultura tradicional mexicana. Ya no se puede ser mexicano sin saber quién fue el Santo.
El Santo pasó a formar parte de la cultura tradicional mexicana. Ya no se puede ser mexicano sin saber quién fue el Santo.