«Soy un tipo que, a todos los efectos, ni siquiera debería haber llegado a WWE. Me he encontrado con obstáculo tras obstáculo puesto en mi camino. Pero no sólo superé esos obstáculos, lo hice sacándole el dedo a la gente que me los puso. Creo que tengo una responsabilidad con los jóvenes luchadores del elenco y los que no han firmado todavía y con el futuro de la lucha libre en general para hacer de este un lugar mejor y cambiarlo. Y sin duda no puedo cambiarlo estando sentado en mi sofá en Chicago».
Con estas palabras pronunciadas por CM Punk da inicio el documental ‘Best in the World’ de 2012. Interesante producción que relata el camino de un gladiador alejado del canon de WWE que consiguió auparse hasta la cima de la compañía, todo bajo la perspectiva del propio Punk.
Pocos imaginaban que menos de dos años después, este dejaría abruptamente el Imperio McMahon.
► El «worked shoot» que cambió el juego
Entonces, llegó el germen de la leyenda que hoy conocemos como CM Punk. No hay más. Pese a su popularidad dentro de la escena independiente, si su debut sobre AEW fue tendencia mundial en Twitter y generó titulares extramuros de la industria luchística se debió a su pasado en WWE, única plataforma dentro de este negocio que puede convertirte en una figura «mainstream».
Y Punk lo es para muchos seguidores y talentos que lo consideran un ejemplo de disidencia y rupturismo, una suerte de Muhammad Ali de la lucha libre que se opuso al sistema… y también ganó.
Sí, tal vez no derrotara a Vince McMahon, pues su salida de WWE estuvo muy motivada por el injusto trato recibido en su último año allí, cuando el «Chairman» se empeñó en eclipsarlo programando a The Rock y John Cena para dos estelares consecutivos de WrestleMania. Pero Punk, de alguna manera, fue el germen no sólo ya del «Yes! Movement» de Daniel Bryan, con todo lo que eso supuso, sino de un espíritu alternativo que derivó en AEW.
Si creen que lo que digo luce disparatado, recupero estas palabras de Cody Rhodes concedidas a FOX Sports en agosto de 2017.
«El negocio ahora mismo es así, rápido. Lo visualizo como estar en un tubo de ensayo y tomar muestras cada hora y no ser capaz de predecir algo. Se debe a los tipos. Suelo remontarme habitualmente a la «Pipe Bomb» de CM Punk, un momento verdaderamente definitorio para la lucha libre profesional, porque fue la primera vez que realmente estos cauces se cruzaron. Algunas de las cosas de las que habló las había mencionado en Ring of Honor, y mira lo que han hecho los Young Bucks. No necesitan a WWE. No siendo tanto fanático de donde trabajan, sino por encima de ello, ser un fanático de ellos mismos individualmente y como equipo. Esa actitud se propagó como un reguero de pólvora, ha hecho que sea el momento más divertido para ser luchador profesional y ser fanático, porque realmente, puede pasar cualquier cosa […]
Irónicamente, puede decirse que, emulando aquella infame frase de Vince McMahon, «WWE screwed WWE». El mandamás del gigante estadounidense nunca imaginó que aquella promo —bajo una libertad creativa hoy inconcebible en esta compañía—, serviría de inspiración para su mayor competencia desde WCW y para una nueva ola de talentos que empezarían a darse cuenta de que hay otras mecas aparte de WWE.
June 27th 2011. 10 years ago today @CMPunk dropped his infamous "pipebomb" live on RAW, a classic moment in WWE history. #WWE pic.twitter.com/SVYAgP3nbw
— WWE Today In History 🌐 (@WWE__History) June 27, 2021
Punk predijo lo que le acabaría sucediendo, y hay una línea de su «Pipebomb» sobre la que quiero detenerme.
«La razón por la que me voy es por vosotros, gente. Porque después de que me vaya, vais a seguir gastando dinero en esta compañía. Sólo soy otro radio de la rueda. La rueda va a seguir girando y lo entiendo. Vince McMahon va a ganar dinero pese a sí mismo […]»
Línea que creo puede conectarse con una de las pronunciadas por Punk en su discurso de debut en AEW que más está levantando ampollas.
«¿Puedo contarles una historia? Tiempo atrás sentí que tenía que irme. No quería, pero sabía que no podía quedarme, y eso fue cuando solía trabajar para un lugar llamado Ring of Honor. El 13 de agosto de 2005 tuve mi último combate en Ring of Honor, y como todos saben salí con los ojos llorosos. Y saliendo aquí fuera hoy, sé por qué lloré. Y fue por muchas razones. Pero al final, todo se redujo a que ayudé a crear un lugar donde la gente podía llegar a trabajar, ser pagado, aprender su oficio y amar la lucha libre profesional. Y lloré porque sabía que iba a dejar un lugar que amo, y que para mí era mi casa, y sabía que a donde me iba no sería fácil para un tipo como yo. Porque soy uno de ustedes. Así que yo lo veo de esta manera: el 13 de agosto de 2005 dejé la lucha libre profesional. El 20 de agosto de 2021, vuelvo a ella […]»
Nótese que el «ustedes» de su promo de este pasado viernes no hace alusión a las mismas personas que el «ustedes» de la «Pipebomb» de 2011. Punk obvia con mucha agudeza los seis años que trabajó para WWE, apuntando a posteriori durante la charla con los medios que McMahonlandia es la primera en rechazar el término «lucha libre profesional» («professional wrestling»), en favor de «entretenimiento deportivo» («sports entertainment»).
Y aquí cabría dar la razón a ciertos críticos con Punk. Sobra decir que WWE adoptó tal denominación para su producto en pos de esquivar regulaciones y tasas de la comisiones atléticas estatales. Pese a su carácter más basado en personajes y drama/comedia que otras empresas, y que hoy muchos comparan con un circo por su baja calidad —cuando precisamente en las ferias ambulantes estuvo el origen de la lucha libre—, tildar de mero «entretenimiento deportivo» a su combate de cinco estrellas contra John Cena en Money in the Bank 2011 podría verse incluso como un insulto hacia miles de fans.
Punk, sin embargo, no pedirá disculpas. Hará oídos sordos a quien le espete que si recuperó el amor por la lucha libre por qué no volvió a ROH. O a quien lo acuse de firmar con AEW únicamente por despecho hacia WWE. Al fin y al cabo, ¿qué figura está exenta de contradicciones?
Aunque en algo Punk sí se ha mantenido firme: por encima de opiniones personales, su objetivo siempre pasó por hacer de la industria un lugar mejor. Dejar un legado más allá de buenos combates y títulos. Y si para ello tiene que ganarse la enemistad del mismo Universo WWE que, según él mismo reconoce le pagó su casa, lo hará. Esa es la exitosa huida hacia delante de CM Punk.
