Los cánticos de «¡Cena apesta! ¡Cena apesta! ¡Cena apesta!» contra John Cena son famosos en la WWE. Nunca, o no al menos en sus últimos años como luchador a tiempo completo, sin los otros: «¡Vamos, Cena! ¡Vamos, Cena! ¡Vamos, Cena!». Los fanáticos de ambos bandos se ponían de acuerdo en cada una de sus apariciones para cantar primero unos para que después lo hicieran los otros. Pero esto no es lo que ocurre actualmente, lo cual al mismo 16 veces Campeón Mundial le ha sorprendido.
«No estoy acostumbrado. Normalmente en las arenas, la mitad de la gente o más me decía que apestaba, y la otra mitad me decía: ‘vamos, Cena’.
«He reducido mi número de actuaciones para WWE en los últimos años porque he rodado todos estos proyectos, pero no esperaba ese cambio. Creo que porque mi regreso fue una verdadera sorpresa».
► Cómo los cánticos «¡Cena apesta!» ayudaron a John Cena
Tirando del mismo hilo, en una reciente entrevista con Chris Hardwick, en ID1OT, «The Champ» contaba que los cánticos en su contra lo ayudaron a moldearse como persona.
«Mucho de mí proviene de la WWE y su audiencia. Que te digan ‘apestas’ cada vez que sales, cinco veces a la semana, es genuino y visceral. La razón por la que sé que es genuino es que era un buen tipo. Me dieron el papel de héroe y había una fuerza visceral en mi contra para recordarme ‘no te acerques demasiado al sol. Eres un inútil’. Mucho de eso ayuda.
«Primero, toma su opinión y entiende por qué piensan que apestas. Segundo, no te preocupes por ser humillado todas las noches. Tres, mírate en el espejo y di: ‘Estoy bien con lo que veo’. Siempre digo que le debo a la audiencia de la WWE más de lo que puedo explicar. Me convirtieron en la persona que soy. También les debo mucho profesionalmente, pero moldearon la persona que soy.
«En la WWE, cuando escuchas esa reacción, lo que hay que hacer es volverse en contra de la audiencia y convertirse en un chico malo porque te están diciendo lo que quieren. En nuestro conjunto de circunstancias, es como: ‘No, sal y sonríe’. Tengo que tener paciencia para lidiar con eso y que me dijeran: ‘No puedes vacilar’ ayudó a mi resolución, paciencia y empatía«.
