La industria estadounidense, de algún modo, no es capaz de pasar página con respecto a su época dorada de los 90, cuando el wrestling llegó a alcanzar unos niveles «mainstream» nunca igualados antes ni después, con celebridades de plena candencia como invitados semanales (no viejas glorias pasadas de rosca) y ocupando portadas de revistas de programación televisiva.
Una época donde sin grandes combates, WCW consiguió ser la única promoción en situarse por delante de WWE, gracias a personajes como la versión de Sting que más ha quedado en el imaginario colectivo, y que hoy se pasea de nuevo por TNT.
Pero quien aún deja numerosas incógnitas acerca de su devenir en AEW tras tres implicaciones, entre especulaciones acerca de un posible pase antorcha a Darby Allin, quien recientemente sugirió que «The Icon» pondrá fin a su faceta competitiva sobre suelo Élite. Todo, mientras hay reportes que señalan que la empresa, efectivamente, quiere que Sting dispute al menos una lucha más.
► Un legado más allá de los rings
Según Dave Meltzer, Sting ha firmado por varios años con AEW. Algo que nos indica que, a largo plazo, una vez el veterano cuenta su historia y consuma ese presumible cambio de guardia, seguramente tenga algún papel tras bambalinas de la novel empresa.
Futura labor que Jim Ross dejó entrever durante el último episodio de ‘Grilling Jr‘, en el que comentó sus expectativas acerca de lo que puede aportar a AEW su otrora enemigo durante las «Monday Night Wars».
«La realidad es que Tony Khan se puso en contacto con Sting, y lo contrató bajo un acuerdo multianual. Va a tener roles variados. No sé cuáles son exactamente, pero tendrá funciones creativas respecto a su personaje de televisión.
«Hay muchas maneras de ser un personaje en televisión aceptadas por la audiencia que no incluyen que tenga que disputar un combate cada semana. Creo que nadie debería luchar cada semana en televisión. Creo que eso es como una sentencia de muerte. Uno quiere que los talentos estén frescos, no quieres sobreexponerlos.
«Hay muchas cosas geniales que Sting puede hacer. Cuando hizo su debut, no dijo una palabra. Miró a los ojos a esos tipos, y miró a esos tres tipos a la cara».