Durante años, la gran popularidad de Finn Bálor entre el Universo WWE se debía a su personaje (o alter ego) de «The Demon King», cuya simple entrada al ring inmediatamente invitaba a crear adeptos, así como el excelente manejo que tanto la empresa como el gladiador hacían de este concepto, que ya comenzó a gestarse bajo su etapa en New Japan Pro-Wrestling.
Pero una vez Bálor fracasó dentro del elenco principal y volvió a NXT, y cuando creíamos que entonces ese demonio haría de las suyas de nuevo por la marca dorada, WWE hizo una suerte de reinicio, presentando al irlandés bajo una versión muy similar a la de sus años en el «King of Sports» como líder del Bullet Club.
Poco antes de TakeOver: Stand & Deliver, Bálor respondió así a la pregunta de si veremos algún día otra vez su lado más oscura.
«Tan pronto como Karrion Kross llegó a NXT, la gente tuvo la idea de un escenario de ensueño de Karrion Kross versus «The Demon» […] Pero para mí, en este momento de mi carrera, siento que «The Demon» sería dar un paso atrás. Siento que ahora mismo con mi trabajo en el ring como «The Prince» me siento muy cómodo […]»
► Bálor no cierra la puerta al demonio
Pero, ¿alguien cree que aquel combate contra Andrade en Super ShowDown 2019 de verdad supuso el final de «The Demon»? De ninguna manera, y Bálor parece confirmarlo en su reciente entrevista con Ryan Satin en el podcast Out of Character.
«Recuerdo cuando firmé con WWE, que mucha gente dijo, «Puedes olvidarte de hacer esas entradas tan locas». Llevaba alrededor de un mes en NXT y Triple H se me acercó y me dijo, «Háblame de esa pintura y de qué va todo eso». Se lo expliqué en términos de cómo lo había usado a nivel independiente como una entrada espectacular para momentos espontáneos que podían cambiar según el lugar o el oponente.
«WWE necesitaba incorporarlo al personaje, no en plan, «está guay», sino más en el sentido de explicar por qué te transformas en el demonio. Es cuando desarrollamos el lado oscuro del personaje de Bálor, mientras Finn era el lado bueno. Fue una evolución, y echando la vista atrás no estoy seguro de si así es como quería que se condujera o si fuimos demasiado lejos, o si se hizo mejor, la verdad es que no lo sé. Dentro de diez años, echando la vista atrás, tal vez diga, «lo hicimos bien», o «lo fastidiamos». No lo sé todavía.
«Al personaje de «The Demon» aún le queda cuerda, pero ahora mismo estoy contento siendo «The Prince» y creo que es lo que más se asemeja a mi verdadero yo desde que estoy en WWE».
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