Para hablar de la lucha libre británica del último medio siglo, tenemos que hablar de All Star Wrestling. Y para hablar de All Star Wrestling, tenemos que hablar de Brian Dixon, su alma mater, cuyo fallecimiento ha sido anunciado hoy por dicha promotora.
Allá por 1970, Dixon, quien había trabajado como árbitro y escrito en varias publicaciones luchísticas, quiso fundar su propia promotora (inicialmente bajo el nombre de Wrestling Enterprises of Birkenhead) para dar exposición a su entonces novia, la famosa luchadora Mitzi Mueller, quien estaba teniendo problemas con Joint Promotions, casa dominante en UK desde la década de los 50.
Y Dixon no sólo dio cobijo a Mueller, sino que consiguió que muchos habituales de Joint Promotions como Johnny Saint o Mark Rocco cambiaran de aires y el monopolio luchístico en ITV se rompiera. Así, la cadena acabó dando cabida entre 1987 y 1989 a All Star Wrestling. Sólo dos años, pero en los que Dixon supo sacar máximo partido, con estrellas como Kendo Nagasaki o Robbie Brookside, que siguieron llenando arenas mucho tiempo después de que el acuerdo televisivo concluyese.
Ya en los 90, la candencia de la escena local decayó, principalmente por la popularidad de WWF. Pero con el nuevo milenio, Dixon se valió de una generación de talentos locales como Dean Allmark, Robbie Dynamite y atrajo a foráneos como Bryan Danielson, consiguiendo que All Star Wrestling viviera un nuevo «boom» y por consiguiente, toda la escena, sin el que no se explicarían, por ejemplo, los nacimientos de RevPro y PROGRESS.
All Star Wrestling sigue activa actualmente, por lo que se le considera la promotora más longeva de la historia de las islas británicas. Su último evento tuvo lugar el pasado 25 de febrero, en el Dudley Town Hall de la ciudad homónima inglesa.
► El #SpeakingOut, una sombra sobre su figura
Aunque All Star Wrestling tuvo en Mitzi Mueller una de sus mayores atracciones de taquilla y copió el libro de estilo de Orig Williams como impulsor de lucha femenil, durante décadas fue un secreto a voces la conducta un tanto «disoluta» de Dixon hacia las mujeres, hasta que la gladiadora Vicky Haskins alzó la voz en mitad del movimiento #SpeakingOut, revelando que en 2011 el veterano promotor quiso que un fotógrafo le tomara varias instantáneas debajo de su falda (modalidad delictiva denominada «upskirting»).
Personalmente, me deja un tanto contrariado ver cómo se suceden los tributos a Dixon de parte de quienes se beneficiaron de estar bajo su ala (en su mayoría hombres), caso de William Regal o Wade Barrett. Por fortuna, la escena europea está conociendo nuevos proyectos impulsados por mujeres como Pro Wrestling Nova o We Love Wrestling, que dibujan un panorama futuro mucho más sano. Sé que el perdón funciona así, pero ni siquiera han pasado tres años del #SpeakingOut.
