Ronda Rousey y su gran temor hecho realidad (Parte II)

* La siguiente es una abreviación de la nota realizada por la revista Rolling Stone en el mes de abril de 2015. Puedes leer la primera parte de la misma haciendo click aquí o bien el artículo completo en su versión original haciendo click aquí.

Ronda Rousey y su dura historia de vida (Parte I)

Pasó el siguiente año viviendo como mucha otra gente normal. Pasó una depresión. Trabajó en un bar. Hizo el turno de madrugada en un gimnasio de 24 horas. Tomó, fumó marihuana, salió de fiesta, vivió en su Honda por un tiempo, salió con varios tipos que eran lisa y llanamente malos, y toleró a su madre, que les decía «Bob» a todos los tipos con los que ella salía, incluso en la cara, y nunca le importó aprenderse sus nombres verdaderos, porque después de todo, eran todos unos idiotas y no iban a durar nada, ¿así que para qué aprendérselos?

Ronda celebra una victoria junto a su madre, AnnMaria De Mars.

Finalmente decidió darle una chance a las artes marciales profesionales, lo cual resultó ser la decisión correcta. «Ahora soy la mujer más mala del planeta», dice ella. «Y no importa lo que me pase, tengo eso. Si no, soy una perdedora y vuelvo a 2008, soy una camarera borracha que se alimenta con papas fritas y fuma cigarrillos mentolados. Y nadie quiere fumar mentolados. Son horribles.»

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«El plan es retirarme invicta», dice, «y poder irme sin tener nada que probar. Va a ser difícil saber cuándo es el momento, pero me va a ayudar tener otra cosa para hacer y mantenerme; es por eso que estoy usando algo de tiempo para actuar, para esto del libro, y para comprar propiedades». «Voy a darme cuenta cuando sea el momento», dice Edmond Tarverdyan, entrenador principal de Rousey. «Sí», dice ella, «confío en ti. Tengo mucho tiempo encima del octágono… Tengo cuatro cirugías de rodilla, artritis en el cuello, se me salieron los hombros, me rompí la nariz. Sólo espera que la ciencia avance más rápido que mi deterioro. Porque ¿qué voy a hacer? ¿Forzar un cuerpo perfecto más allá de sus posibilidades? No tiene sentido.»

Cuenta cómo se siente cuando acaba de ganar una pelea y se mete en la ducha. «Me empiezo a reír a lo loco», dice. «Es mi primer momento sola. Y por alguna razón, allí en la ducha, me domina una sensación de felicidad, y me río como loca.» Hace una pausa. «Necesito sentir presión. Necesito sentir que ganar es lo más grande del maldito universo. No me iría tan bien si no hubiera gente mirando. Ganaría igual. Pero no lo haría con el mismo sentimiento».

Como Campeona de Peso Gallo UFC. «El plan es retirarme invicta», dijo, «y poder irme sin tener nada que probar».

Más tarde, camino a casa, Rousey dice: «Me parece gracioso que la gente crea que porque soy una atleta mujer seguro soy lesbiana, y yo: ‘No, me gustan tanto los hombres que me gano la vida pateando el trasero a otras chicas para quitarlas de la competencia'». Está bromeando, obviamente, pero en este momento no tiene novio. Hay varias razones para esto. Por empezar, está demasiado ocupada. Además, dice, «el tipo de hombre que me gusta tiene un montón de mujeres atractivas dispuestas a hacer cualquier cosa por ellos. Y si puedes verte como un hombre al lado mío, entonces eres verdaderamente un hombre, pero yo no haré hacer cualquier cosa por ti».

Y después está la tercera razón, y la más importante. Rousey no tiene mucho miedo a nada, pero sí le tiene miedo a los hombres que le gustan. «Un tipo, es bastante conocido, no para de textearme para hacer esto o lo otro, y yo soy una canalla, no puedo decirle que sí. Y quiero. Pero me acobardo. Y después conocí un tipo en una estación de servicio el otro día -tuvimos una situación porque no funcionaban nuestras tarjetas de crédito- y me invitó a salir. Era lindo, pero me acobardé de nuevo. Le dije: ‘No sé, tengo un montón de cosas que hacer, hermano’, y no quería.» Suspira. «No sé cuál es mi problema, ni por qué me pongo tan tímida que me cuesta hablar, y soy tan valiente para otras cosas». «Tengo un problema de verdad, creo.»

Rousey es realmente compleja, quizás incluso al borde de ser un personaje bizarramente encantador. Sufre pesadillas constantes de ataque zombies. Es «mortalmente cosquillosa. Me transformo en un ninja si intentas hacerme cosquillas». Roba cucharas de restaurantes, y le da un placer inmenso. Le preocupa lo que puedas pensar si miras de cerca su ropa interior en el piso de su casa, porque «probablemente pensarán que ayer me violó Wolverine, porque mi perro mastica toda mi ropa interior, y tienen marcas de mordidas, así que no, no tengo ningún fetiche, ni nada parecido allí abajo.»

Rousey y su cara de «sobreactuar de mala», como la apodó ella misma.

Acepta el pedido de ir al pararse al espejo para poner la cara que pone en las peleas junto antes de que el referí aplauda y brame «¡fight!». Su cara para el combate. «Yo lo llamo sobreactuar de mala», dice ella, poniendo esa cara casi tímidamente, entre risas. «Es como mirar a tu oponente con las cejas». Se aleja del espejo y dice que la gente que cree que es impasible durante las peleas está equivocada. «No pongo cara de póker», dice. «Tienes que tener intenciones, porque la gente puede leer lo que estás pensando, así que yo pienso las cosas que voy a hacer. Como con Cat Zingano. Es una chica dulce. Pero cada vez que la miraba, pensaba: ‘Voy a hacer que vuelva a casa y que no la pueda reconocer ni su propio hijo’. Mi cabeza está ahí. Cosas horribles».

«Pero después cuando termina la pelea, yo paso a ser de la mujer más peligrosa del planeta a la cosa más feliz y adorable que te puedas imaginar. Me enamoro de todo el mundo, incluso de la persona que acabo de golpear. Amo a esa persona por haberme dado ese momento. Nunca voy a odiarlas por querer lo mismo que yo. Las amo por eso. Porque las necesito para poder hacer lo que yo hago para mí.»

Pero después, claro, siempre está la próxima pelea y la próxima contrincante para odiar, y ella la va a odiar, porque así es básicamente como Ronda Rousey gana, y va a hacer cualquier cosa para ganar. «Me gustan las alturas, los bichos, me encantaba sacar lombrices de la tierra, me gustan las víboras y las cosas babosas, saltar de lugares, el fuego», dice. «Estoy bien con todo eso, siempre pensé que sería buena para Fear Factor, porque me comería un ganso sin problema. Es la idea de fracasar. Ese es mi único gran temor».

LA LUCHA SIGUE...
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12 comentarios en «Ronda Rousey y su gran temor hecho realidad (Parte II)»

  1. A Rousey la jodieron sus entrenadores, al hacerle creer que tenía lo necesario para ir con puro striking contra Holm y Nunes, en vez de hacer lo que la hizo famosa y tan dominante.
    ellos mataron la leyenda de Rowdy Ronda y son la razón por la que la tenemos en la WWE actualmente

  2. A Rousey la jodieron sus entrenadores, al hacerle creer que tenía lo necesario para ir con puro striking contra Holm y Nunes, en vez de hacer lo que la hizo famosa y tan dominante.
    ellos mataron la leyenda de Rowdy Ronda y son la razón por la que la tenemos en la WWE actualmente

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