En dos años y ocho meses de vida de la ROH actual, sus eventos de pago por visión han sido el gran aval para Tony Khan y Cía, muy por encima de un programa semanal que sólo desde mediados de 2024 muestra signos de mejora en pos de atraer un acuerdo televisivo. Y precisamente ahora, cuando más necesitaba sacar músculo ROH, Final Battle está teniendo una tibia acogida.
► Un regusto a 2019
Echo un vistazo a Cagematch y la puntuación de Final Battle 2024 es de 6.68, la más baja concedida a un show de ROH desde no recuerdo cuándo. Como expuse en la previa, mucho de ello supone un juicio preconcebido por cierto «haterismo» hacia Tony Khan, considerado poco menos que un mancillador del legado de ROH, y por el reciente acercamiento al «entertainment» del producto vía Chris Jericho, figura casi más odiada hoy día que Khan.
¿Y realmente merece ROH Final Battle 2024 un escueto bien como nota? Pues en parte sí. Porque aunque el objetivo de que el producto luciera atractivo para una televisora se cumplió, un par de puntos decepcionaron. Y ambos, puntos femeniles.
Nadie esperaba una lucha de cinco estrellas entre Jericho y Matt Cardona, por lo que esta no puede considerarse decepcionante; al menos, ROH hizo una buena labor de construcción y presentación de la misma. Pero sí la que enfrentó a Athena y Billie Starkz, inferior a de Final Battle 2023, con un resultado idéntico que no ayudó a mejorar la percepción. Tal vez habría sido el momento de una victoria para Starkz, tras un reinado histórico de Athena.
Mientras, el choque Red Velvet vs. Leyla Hirsch tampoco respondió a las expectativas, cuando las implicadas venían de generar bastante «hype» con sus recientes actuaciones; en especial la de la rusa en aquel «Texas Deathmatch» de Death Before Dishonor 2024. El resultado, no obstante, fue el adecuado, pues Velvet está demostrando poder ejercer de representante ideal de la marca en mercados internacionales.
Y de curiosa manera, Final Battle 2024 supo a una ROH de antaño. Y no lo digo, antes de que los más puristas me tilden de descerebrado, por el nivel «in-ring», ni por las implicaciones de Jay Lethal y Nigel McGuinness (esta última, sorpresiva, «highlight» del show), sino por la de otros talentos que nos retrotrajeron a 2019, cual suerte de viaje en el tiempo desde el Hammerstein Ballroom.
Todo, gracias al protagonismo que tuvieron durante la noche tres gladiadores: Atlantis Jr., Komander y Bandido.
The former ROH World Champion RETURNS!
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— ROH – Ring of Honor Wrestling (@ringofhonor) December 21, 2024
Allá por 2019, ROH era un muy atractivo enclave de la lucha libre mexicana sobre suelo estadounidense (el mayor desde el fin de Lucha Underground), donde de forma singular, los gladiadores aztecas constituían los verdaderos protagonistas del producto, y no una mera atracción secundaria. Rush, por ejemplo, portaba el máximo cetro y La Facción Ingobernable dominaba el panorama con mano de hierro.
Y este pasado sábado, en especial mediante la victoria de Komander (en un muy notable encuentro) y el regreso de Bandido (Atlantis Jr. tiene en el CMLL su escenario regular de trabajo), surgen ciertos indicios esperanzadores de que ROH vuelva a apostar por, cuanto menos, un mejor trato para esta raza de competidores en comparación a su manejo bajo los focos de AEW. Interesante tal decisión en mitad del comentado acercamiento al «mainstream» de la promotora, que convierte a la ROH de 2024 en una suerte de reducto para las «minorías», junto al manejo concedido a las mujeres.