La carrera de Mike Bailey experimentó un punto pivotante en marzo de 2021, cuando concluyó aquel veto competitivo de cinco años sobre suelo estadounidense. Y poco tuvimos que esperar, apenas dos meses, para saber del interés de WWE por el luchador, reportándose que el gigante estadounidense lo tenía en su agenda, a la espera de resolver sus problemas de visado.
Entonces, Bailey pareció desmentir tales informaciones, y bajo entrevista con Denise Salcedo en febrero de 2022, (ya como parte de TNA) «Speedball» así lo hizo.
«No hubo de una manera concreta… Hubo discusiones pero siempre son, siempre escuchas un runrún y nunca sé cuánto de eso es verdad. Siempre es una cosa extraña. Escucho a gente decir que gente ha dicho que ha escuchado a alguien decir que sin duda iban a contratarme. No sé cuánto de eso era legítimo».
► Mike Bailey, víctima de la nueva NXT
Pero ahora, en charla con Chris Jericho ante los micrófonos de ‘Talk Is Jericho’, Mike Bailey cambia un poco su versión. De hecho, da a entender que en aquellos meses como agente libre se unió verbalmente a WWE, aunque en última instancia la compañía no llegara a firmarlo de manera formal.
«Cuando terminó mi veto, ese mismo día publicó un vídeo que hice sobre los mejores momentos de mi carrera, un pequeño anuncio de que había acabado mi veto, y eso llamó mucho la atención e hizo que me viera hablando con todo el mundo. Hizo que firmara con NXT durante unos meses hasta que me despidieron sin contratarme propiamente dicho.
«Después del vídeo, había hablado con TNA, con algunas personas de AEW, hablé con NXT, tuvo un montón de ofertas y acabó aceptando la de NXT. Me emocioné mucho por estar allí, hicieron la validación de antecedentes, hicieron el papeleo del visado, les llevó algunos meses […] Entonces vi que empezaron a despedir a mucha gente en NXT, y escuché que también habían despedido a la persona que me contrató, así que les escribí, en plan, ‘¿Va todo bien? ¿Está la cosa bien?’ Y me dijeron, ‘Oh sí, sin problema. El contrato está en el correo, te lo enviamos mañana’. Y al día siguiente recibí el correo: ‘Oye, debido a una nueva política de contrataciones, tenemos que detener tu proceso de contratación’ […] Ya había dado importantes pasos en mi plan de mudarme a Orlando […]»
Bailey, pues, se topó con una NXT en pleno proceso de restructuración, cuando la marca dorada empezó a priorizar la firma de talentos de otras disciplinas sin bagaje previo en lucha libre. Una praxis que, cabe decir, desde entonces le está resultando bastante productiva.
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