Alguna vez Ernesto Ocampo le dijo a quien escribe éstas líneas: «Los fanáticos de la lucha libre son muy revisionistas, creen que todo en el pasado fue mejor». Ello en respuesta a la creciente inconformidad con WWE que han expresado cada vez más y más lectores que vienen a opinar a nuestra página web.
Algo que nuestro compañero Coldkobe expresó en su más reciente columna de opinión, titulada: «Vince McMahon, ¡da un paso al costadvinco».
Por si no la has leído:
Vale la pena volver a aclarar que somos conscientes de que WWE es una máquina, sin competencia que haga temblar sus bolsillos (no desde que WCW cayó), que sus múltiples actos de nostalgia aún atraen seguidores, y como no, se mantienen más por marca que por contenido: la gente los ve porque son WWE, más allá de la calidad de su contenido actual.
La discusión acá no es la historia que nos cuentan sino cómo nos la cuentan, mientras antes teníamos a Matt Hardy y Edge en 2005 que legítimamente querían matarse uno al otro y lo demostraban con sangrientos encuentros, bueno, hoy tenemos largos segmentos en Raw donde hablan y hablan de lo malotes que son y de cómo éste es su patio y le patearán el trasero a los demás.
En pocas palabras, hablan mucho y demuestran poco; no digas, ¡demuestra! He ahí uno de los problemas con el producto actual, si nos quieres contar una historia de odio demuéstralo, no hagas que los dos luchadores se miren feo y ya está.
Aquí es donde entran Johnny Gargano y Tomasso Ciampa: el vivo ejemplo de que manejada de la manera correcta, éstas historias aún cautivan a los seguidores de la lucha libre de antaño.
La historia de dos ex mejores amigos que por la semilla de los celos decide el uno traicionar al otro, resultando de ello cruentos encuentros donde literalmente se muelen a golpes.
Una historia que hemos visto muchísimo últimamente con tanto equipo desintegrándose, enfrentándose o traicionando el uno al otro. Pero ninguna historia ha escalado como ésta. Tal vez aquello se deba a que en NXT estén los últimos dos interpretes de una de las más grandes rivalidades de éste tipo: Shawn Michaels y Triple H, que a comienzos de siglo se enfrascaron en una rivalidad llena de odio y momentos épicos.
La de Gargano y Ciampa ha sido una historia a fuego lento; iniciaron como un equipo bastante popular en la división de parejas NXT, justo en su pico más alto de popularidad Ciampa traicionó a Gargano luego de perder una lucha titular por el Campeonato de parejas NXT, tanto Ciampa como Gargano salieron de escena unos meses.
Gargano regresó, logró obtener su oportunidad por el Campeonato NXT que en ese momento poseía Andrade Cien Almas, e hizo historia al conseguir la primera lucha 5 estrellas de WWE en 7 años.
La última fue en 2011 cuando se enfrentaron John Cena y CM Punk en Money in the Bank, tal vez la última gran rivalidad que se dio en el elenco principal de WWE.
Parecía el momento de la redención de Gargano, pero estuvo lejos de serlo: Ciampa regresó y le costó su revancha por el Campeonato NXT. Como no podía ser de otra forma, resolvieron sus problemas sobre el cuadrado de las doce cuerdas a los golpes, logrando así su segunda lucha 5 estrellas en hilo.
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Los ojos estaban encima de los dos luchadores, como no podía ser de otra forma una revancha de ésta lucha se dio: una cruel contienda sin descalificación que poco tenía del tono PG de WWE.
Aunque por poco se les escapó la calificación perfecta de Meltzer, no deja de ser aplaudido el hecho de que aún conserva una calificación muy alta.
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En ese orden de ideas, Ciampa logró su primera oportunidad titular por el Campeonato NXT y capturó la correa… Gracias a Gargano—curiosamente el clímax fue el mismo que en SummerSlam 1997 cuando Michaels le costó el Campeonato Mundial WWE a The Undertaker, golpeándolo por error y dándole la victoria a su némesis: Bret Hart—.
Ahora ambos se enfrentarán en la que tal vez sea la épica conclusión de su trilogía (si ignoramos su primer lucha en el Torneo clásico peso crucero), por el Campeonato NXT.
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El proyecto personal de Triple H, NXT, va viento en popa; con las únicas 4 luchas 5 estrellas de WWE en lo que va del año, luego de 7 años. Ello gracias a historias como la de Gargano y Ciampa, que en 2 años de momento en momento construyeron una magnifica historia que los eleva como ídolos, algo que en Raw o SmackDown rara vez se ve.
Años atrás la marca amarilla consagró a grandes ídolos como Finn Bálor, Kevin Owens, The Wyatt Family, The Shield, Shinsuke Nakamura, Samoa Joe, Bobby Roode y un largo etc, pero el cambio de manos (es decir pasar de ser manejados por HHH a Vince McMahon y compañía), ha supuesto un borrón y cuenta nueva de Superestrellas que tenían el potencial y no fueron aprovechados.
El meollo del asunto acá es la visión, el equipo de NXT con el que trabaja Triple H parece que tiene más claro que los del elenco principal cómo contar una historia ambiciosa y que dé resultados positivos, lo cual al final es lo que permite el surgir de nuevas Superestrellas y evitar depender de las mismas viejas glorias.
Finalmente, esperemos que con ésta exitosa rivalidad mejore un poco el panorama general en WWE, como ya pasó años atrás con la llamada revolución femenil.
Pero para aquellos que aún pensamos que años atrás el producto era mejor, aún existe NXT, todo lo que un fanático de antaño añora.
La mejor rivalidad en la historia de nxt y la mejor rivalidad en toda la wwe en los ultimos años
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