Se siguen conociendo detalles de la demanda que Brinety Abrahams, ex guionista creativa de WWE, realizó en contra de la compañía, de Vince McMahon, de Stephanie McMahon y de otros trabajadores y ejecutivos de WWE por actos discriminatorios y racistas.
La demandante asegura que Christopher Dunn, otro guionista de la empresa, sería que Belair dijera: «¡Uh, uh! ¡No me hagas quitarme mis aretes y patearte el trasero!«, lo cual, asegura ella, es una línea «basada en crueles y feos estereotipos de mujeres de color negro».
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Belair le dijo a Abrahams que estaba enojada y cansada de la situación, pues ya en tres ocasiones le había dicho a Dunn que ella no iba a decir esa frase por nada de mundo. Lo cual generó problemas y discusiones a Abrahams, y la habrían puesto a rehacer el guion durante Raw en vivo y nunca antes le había tocado trabajar en vivo, por lo que no tenía conocimiento de cómo hacerlo, ni fue entrenada para ello.
Además, le hicieron múltiples ediciones a sus promos e historias creativas, para incluir «frases y palabras estereotipadas hacia la comunidad negra». De hecho, Belair dijo que muchas de esas frases o palabras no las iba a decir, porque la hacían ver y sonar como del ghetto.
Cuando la demandante, Abrahams, se quejó de que Mike Heller le dijo a ella que debían hacer el personaje de Aliyah más femenino porque ya estaba teniendo marketing como una mujer «súper hot», ante Christine Lubrano, supervisora creativa, ella le dijo que le pareció que lo había dicho en broma y que muchas cosas «absurdas y alocadas» se decían todo el tiempo en reuniones de guionistas creativos.
Y cuando la demandante le dijo que eso no hacía que fueran correctas las palabras de Heller, Lubrano le habría dicho que mirara los avances en WWE, pues hace cuatro años no había mujeres guionistas. Y le habría dicho que si bien a Bruce Prichard, Vince McMahon y Stephanie McMahon les gustaba su trabajo, que tuviera cuidado y eligiera mejor contra quién iba a batallar.
