Año 1 después de Nakamura – NXT en la encrucijada

La «Era Nakamura» concluyó ayer de forma oficial con la despedida del nipón de NXT, ante todo el elenco y la fanaticada asistente a la Full Sail University. Un adiós que ocupó el lugar del evento estelar de la noche y que nos indica la importancia que tuvo el luchador dentro de la marca amarilla.

En total, un año completo desde aquel debut en NXT TakeOver: Dallas, donde cinceló una pequeña joya luchística junto a Sami Zayn. Su conexión con los fanáticos no ha decaído un solo ápice tras este primer escalón en WWE, y así se demostró la pasada  semana con su ascenso oficial a SmackDown Live. Sin duda, el mejor momento del show azul.

Debut de Shinsuke Nakamura en SD Live – WWE

 

Cuando fue anunciada allá por mayo de 2016, uno de los argumentos que se esgrimieron en contra de la separación de marcas fue el recelo por conservar intacta la salud de NXT. El tercer producto en discordia lo es como tal, porque por mucho que Triple H quiera vendernos, sigue sirviendo de base de talento para cotas más elevadas, véanse Raw y SD.

Finalmente, no hubo tal sangría, el trance se realizó con un poco de anestesia y la marcha de Finn Bálor se cubrió, sin ir más lejos, con Nakamura. Debido a lo reducido de su plantel, NXT viene funcionando mediante sustitución pura y dura, de ahí el ahínco de Hunter por buscar sin demora nuevo talento para su facción.

Tommy End / Photo by: RobBrazierPhoto.com
Tommy End (Aleister Black) / Photo by: RobBrazierPhoto.com

 

Pero a nadie escapa que 2016 trajo un bajón de calidad respecto a temporadas anteriores. Pese a excelentes combates como el citado contra Zayn, Nakamura no desarrolló al máximo las cualidades sobre el ring que lo hicieron célebre alrededor del mundo. El ombliguismo y desconocimiento de buena parte del público de NXT no propician una autocrítica, ejercicio que ya urge hacer.

Caso similar es del Tye Dillinger, cuyo «Ten» llegó a implantar una infame moda durante el desarrollo de las luchas, punto que toqué en un artículo. Pero ¿cuántos combates realmente sobresalientes ha dado el canadiense? Otro ejemplo más reciente es el de Bobby Roode, con un tema de entrada pegadizo que le bastó para conseguir un «hype» meteórico y el título máximo de la marca.

Bobby Roode en NXT – WWE

 

Y podría continuar la cadena hasta Kassius Ohno. Ya recogí vía artículo la importancia de la música en el éxito de NXT. Parece que últimamente la praxis creativa se centra en componer temas resultones para alimentar la autocomplacencia del fanático. Algunos se preguntan si una marcha de Nakamura y Dillinger no pasará demasiada factura al producto. Y mi respuesta es que no, pues mientras sigan con esta dinámica y el «conocedor» tenga una melodía que corear, intuyo que las audiencias están aseguradas.

Ah, de acuerdo, que hablamos de calidad luchística. El problema de NXT, a mi juicio, es el de andar entre dos tierras, quedándose en la de nadie. Si sobre el papel constituye un territorio de desarrollo, debe nutrirse de verdaderos talentos en ciernes, no de luchadores que ya han pasado su mejor época en otras promociones, véanse Nakamura, Samoa Joe, Roode u Ohno. El Wrestling Observer ya dio un toque de atención en marzo al no premiar a NXT con ningún galardón de lo mejor del 2016.

Finn Bálor y Samoa Joe – WWE

 

Otra gran baza de NXT, quizá la mejor, es la de su división de duplas, pero la marcha de The Revival y la no muy lejana de #DIY dejarán huérfano el panorama. Por otra parte, el de la división femenil también siembra muchas dudas; que se mantenga todavía a Asuka denota la falta de recursos actual de cara a encontrarle una sustituta. Y no sólo el problema reside en la Campeona NXT, porque el cartel medio de luchadoras es de bajo perfil. Uno de mayor enjundia compensaría la falta de competencia dentro del plano estelar.

Asuka haciendo su debut luchístico en NXT Takeover: Respect (07/10/ 2015 / ©WWE

 

Drew McIntyre, Ruby Riot y Aleister Black son la buena noticia de cara a medio/largo plazo. El escocés ha llegado en el mejor momento de su carrera (31 años), tras consagrarse en TNA y medio mundo. Este es el camino a seguir para WWE, procurar que nombres así ofrezcan sus mejores años sobre el ring de Vince McMahon, no sobre el de otras empresas. Supongo que es una buena estrategia de venta traer a nombres ya consagrados, acompañarlos de un gran envoltorio y ser número 1 en iTunes. Pero no representa el espíritu originario de NXT.

LA LUCHA SIGUE...
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