Con la influencia cada vez más poderosa de las redes sociales como herramientas para expresar opinión, WWE se ha visto cada vez más envuelta en una disputa entre sus elecciones como compañía respecto al producto que quieren presentar y los deseos manifestados a través de internet por los aficionados. Recientemente, Shawn Michaels ha expresado una opinión poco favorable para estos últimos.
En entrevista con Vince Russo en «The Brand», el nuevo podcast del ex-creativo de WWE y WCW, The Heart Break Kid dijo que él nunca escuchaba a los fanáticos cuando estos hablaban de sus luchas:
Yo no escucho a los aficionados… los aficionados me escuchan a mí. Yo soy el luchador. Ellos no me dicen qué hacer. Nadie me va a decir si mi lucha fue buena- ¡YO ME DIGO si mi lucha fue buena!
Por supuesto, el comentario de HBK no es más que una apreciación personal sobre las opiniones que despierta su trabajo en el ring, sin embargo, abre una vez más el debate sobre la importancia de la opinión de los aficionados en WWE.
En 2013 y 2014, la voz de los aficionados se escuchó como nunca antes en WWE con la formación del Yes Movement, el cual fue abiertamente declarado como un movimiento con el fin de llevar a Daniel Bryan a la cima de la compañía, lo que resultó en su eventual victoria en el evento estelar de WrestleMania XXX. Y aunque este proceso llevó a grandes momentos en televisión, la controversia también tuvo un fuerte componente tras bastidores, donde se enfrentaba la voz del público con las decisiones ejecutivas, principalmente de Vince McMahon, que en ese entonces sentía preferencia por Batista.
Ahora, el debate está nuevamente abierto pues tras WrestleMania 32 ha quedado claro que Roman Reigns es el elegido como la nueva cara de WWE, pero la decisión no ha agradado al WWE Universe, quienes han llenado al samoano de abucheos mientras buscan su propio favorito en el rico elenco actual, que tiene nombres desde Seth Rollins y Dean Ambrose hasta Sami Zayn y AJ Styles.
Pero, aunque podría parecer una situación de blanco y negro, lo cierto es que esta polémica tiene una amplia escala de grises. Aún cuando su tendencia es a apoyar a los luchadores más talentosos, los fanáticos de internet también son conocidos por sus rápidos cambios de gusto, sus opiniones altamente parcializadas y su constante confrontación a todo lo que parezca impuesto por la compañía.
Con la posible, ya no segura, llegada de Triple H al poder, es posible que los seguidores de WWE encuentren una figura de poder más abierta y cercana a sus opiniones, como ha ocurrido en NXT. Lo mismo se podría decir de Shane McMahon. Pero lo cierto es que el debate sobre la importancia de la voz de los aficionados dentro de WWE difícilmente está lejos de cerrarse.
¿Qué opinan? ¿Hasta que punto WWE debería escuchar las opiniones de su audiencia?