WrestleMania 31: Noche de momentos, no de victorias

Cuando se habla de victorias y derrotas, sobre todo en un escenario como WrestleMania, no es extraño que aparezcan las palabras «jobber» o «enterrado«, o que las redes sociales se llenen de imágenes de la pala de Triple H y todos los talentos cuya carrera está acabada después de haber perdido aquella lucha, pero la realidad es otra. En WrestleMania 31 muchas carreras recibieron un gran impulso, pero no todas ellas fueron las de los ganadores.

Bleacher Report ha publicado un artículo donde analiza el desempeño en WrestleMania 31 de Damien Mizdow, Rusev, Bray Wyatt y Roman Reigns, quienes a pesar de haber perdido sus respectivas luchas, recibieron grandes ganancias en la Vitrina de los Inmortales.

El caso de Damien Mizdow es quizá el más evidente. Aunque fue eliminado por The Big Show, quien obtuvo así una merecida victoria en la batalla campal en memoria de Andre The Giant, fue el ex-campeón de parejas quien se llevó la gloria en esta lucha. Su separación definitiva de The Miz emocionó al público, quien luego lo apoyo cuando intentaba lo imposible y buscaba eliminar a Big Show. Aunque no ganó, Damien Mizdow dio el primer gran momento de WrestleMania y se sumergió en una rivalidad que podría significar su consolidación más allá del personaje cómico.

Para Rusev las cosas fueron más difíciles, no solo perdió su Campeonato de Estados Unidos sino que fue derrotado por primera vez, todo a manos de John Cena. La victoria de Cena vino con los comentarios usuales: «otro talento más enterrado por Cena» o «ahora Rusev será un jobber». ¿Acaso es así? No se sabe que traerá el futuro para Rusev, pero en WrestleMania 31 el mensaje fue claro, el «súper-atleta» es tan poderoso que hizo falta traer a un 15 veces campeón mundial para hacer lo que no lograron el atleta más grande del mundo, el verdadero americano o el hombre más fuerte del mundo. Adicionalmente, cuando se recuerde la participación de Rusev en WrestleMania 31 vendrá una imagen a la mente, no la del novato derrotado, sino la del campeón ruso entrando al mayor evento del año sobre un tanque de guerra.

Antes de iniciar WrestleMania había otro luchador que ganaba más de lo que podía perder, Bray Wyatt. Sin importar el resultado de su lucha, Bray era el hombre que había traído de vuelta a The Undertaker, no solo eso, era uno de los pocos luchadores que, sin ser campeones, había tenido el honor de enfrentarse al legendario Deadman. Bray fue derrotado, pero eso poco importa, también hombres como Shawn Michaels, Triple H, Ric Flair y Edge cayeron ante The Undertaker. Además, Wyatt luchó a pesar de tener una dolorosa lesión en el tobillo, algo que lo ha hecho merecedor del respeto de fanáticos y colegas por igual.

Finalmente, Roman Reigns se llevó su propio premio a casa, a pesar de haber sido vencido en WrestleMania 31. Nadie había recibido tantas críticas rumbo al evento como el ex-Shield, por lo que debía demostrar que era un digno rival de Brock Lesnar. Pero había otro obstáculo, sus críticos también aseguraban que era «poco creíble que Reigns superara a Lesnar», por lo que solo quedaba una opción, recibir una paliza y aceptarla como un valiente, y eso fue lo que hizo. Los duros golpes del ex-campeón de peso completo UFC azotaron al samoano desde el primer momento pero, para sorpresa del público, este pedía más. Reigns cumplió con sus propias palabras, recibiría la paliza de su vida y seguiría luchando sin importar como. Al final, Lesnar también salió fuertemente lastimado, Seth Rollins terminó siendo campeón, pero Reigns ganó la credibilidad que le faltaba y demostró que es capaz de entretener en el evento principal.

Las victorias no lo son todo en WrestleMania, a veces una derrota vale más, como bien lo supo Stone Cold Steve Austin en WrestleMania 13 o como en 11 ocasiones lo vivió Shawn Michaels, quien salió derrotado de la mayoría de encuentros que le valieron el apodo de «Mr. WrestleMania». Damien Mizdow tiene la rivalidad que lo podría impulsar, Rusev cumplió su ciclo en el personaje invicto y ahora puede desarrollar nuevas facetas, Bray Wyatt se consolidó como una de las más grandes promesas y Roman Reigns demostró que tiene lo que se necesita para ser un estelarista.

LA LUCHA SIGUE...
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