Por Gladys Trujillo
Tyson Fury por fin había pactado una pelea que había deseado por un buen tiempo, contra Derek Chisora. Hubo una guerra de declaraciones muy intensa y parecía que la rudeza de las declaraciones se trasladaría al ring.
Sin embargo, el 19 de julio, Chisora informó que se tenía que retirar de la pelea porque se había lesionado una mano.
Tyson Fury se mostró decepcionado y sobre el desistimiento de Derek, declaró lo siguiente:
-Es patético que Chisora haya dejado la pelea por una pequeña lesión. Es una desgracia para el boxeo y para la división de peso completo.
Fury aseguró que jamás volverá a pactar una pelea con Chisora y que ese ya es caso muerto. Derek Chisora jamás pisará un ring dentro del que se encuentre Tyson Fury. Al menos hasta el momento.
Sin embargo, la cartelera siguió en pie y se buscó un retador emergente para Tyson. Fue Alexander Ustinov quien respondió al reto y estaba listo (tan listo como se puede estar para una pelea que se firma una semana antes de la realización de dicho combate).
De igual forma, el nocáut fue pronosticado por Fury, quien aceptó que pelearía a ciegas porque no era el rival para el que se había preparado, sin embargo, estaba seguro de su victoria.
Sin embargo, tampoco la pelea contra Ustinov se sancionó, pero esta vez fue por cuestiones referentes a la esquina de Fury.
El tío y entrenador de Tyson, Hughie, presentó problemas de salud (aún no determinadas) que necesitaron de atención médica hospitalaria para ser atendidas. Hughie no podía estar en la esquina de su sobrino, y dado que el jefe de la esquina de Fury, este último pidió la cancelación definitiva de su combate.
Esto provocó un cambio sustancial en la cartelera donde sería la atracción principal, con lo cual, el evento principal fue la pelea entre Billy Joe Saunders y Emanuele Blandamura por el cinturón de Europa de peso medio.