The Money Fight: Mayweather contra McGregor

Se llegó la hora. La hora de cerrar la boca y de soltar los puños.

Floyd Mayweather subió al enlonado vestido de negro. Por su parte, Conor McGregor se enfundó en un short blanco.

Cada quién con su séquito (más nutrido el de Mayweather) inició el combate más extraño de la era moderna.

Mayweather sobrio y serio como cada ocasión en la que se ha subido a pelear. McGregor con un parado extraño para el boxeo. Demasiado erguido y con la guardia abierta.

Mayweather fue cauteloso para que McGregor no lo pescara con la zurda que el artemarcialista maneja muy bien.

McGregor fue propositivo pero con un ataque mal encauzado porque sus golpes o eran sólo marcados o de plano soltaba mazapanazos en la nuca del «Money».

Lo golpes de McGregor que llegaron a destino no fueron demasiado poderosos como para doblar al «Money». Mayweather buscó el modo de encontar el momento indicado para prender al irlandés.

No faltaron los golpes de conejo, los zapes y los golpes bajos de McGregor a Mayweather. Pero el «Money» tampoco desaprovechó para pasarse por encima del reglamento y soltar un par de golpes bajos tambiéb.

Nadie le puede recriminar a McGregor que se haya mostrado con energía y ganas, pero cero técnica de boxeo. En ocasiones pareció que buscaba una llave, una mataleón.

También se vio un bajón de energía en el quinto round. Buscó más el abrazo y recibió algunos golpes que no vio llegar. Mayweather empezó a ganar terreno y a conectar de manera más efectiva al tiempo que McGregor empezaba a jalar aire con la boca.

Sexto y séptimo rounds fueron ampliamente dominadas por el «Money» porque precisamente el ímpetu de McGregor le empezó a jugar en contra porque empezó a estamparse en  los puños de Floyd. Mayweatje fue más preciso y más contundente al ataque. McGregor trataba de cabecear y Floyd lo pescaba con un golpe o dos incluso.

También se intensificaron los abrazos, los golpes  de conejo y los enganches por la espalda.

Pero si alguien conoce esas tretas es Floyd y le regresaba los enganches o los abrazos de manera que lo colocaba en mejor posición para conectarlo.

En el noveno, McGregor peleaba con las manos abajo, menos golpes y más enganches y con muchas aspiraciones profundas para sacar la pelea.

En el décimo round llegó el final de las infulas de grandeza del autonombrado rey de las artes marciales mixtas.

Manos abajo, piernas cansadas, falta de golpes contra un tren de ataque preciso y con todo el tanque lleno.

Ahí entró Mayweather, a dos manos conectando golpes a la cabeza. Donde cayó la primera derecha se proyectó el derrumbe de la pelea de McGregor. Se alcanzó a abrazar de Mayweather para no caer. Pero en cuanto los separaron, el «Money» le conectó todo lo que le mandó y cuando topó contra las cuerdas, el réferi detuvo a Mayweather para que cesara el castigo.

El rey aún vive, está en forma y se llama Floyd Mayweather.

LA LUCHA SIGUE...
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