Steve Keirn habla sobre la transición de FCW a NXT: «Empecé a ver menos gente con pasión»

Antes de NXT, el territorio de desarrollo de WWE era Florida Championship Wrestling (FCW), empresa operada de 2007 a 2012 por Steve Keirn y financiada por WWE. Keirn, de 65 años, fue una estrella en la anterior FCW de Mike Graham, y luego formó la dupla de los Fabulous Ones con Stan Lane.

Fue hasta 1991, a los 40 años, cuando ingresó a WWE como Skinner.

The Two Man Power Trip of Wrestling, converso recientemente con Keirn, quien habló sobre el cierre de FCW en 2012:

«Bill Demott tenía el territorio para el desarrollo en Georgia, que se llamaba Deep South Wrestling. También estaba el de Louisville (Ohio Valley Wrestling), que manejaba Danny Davis. Luego WWE sustituyó a Bill y a Danny y me dieron a mí la oportunidad en Florida.

«Estuve a cargo de FCW e hice todo como en los viejos tiempos. Busqué cómo empezar y hacíamos eventos en mercados de pulgas y bares, y en algunos de los peores lugares que te puedas imaginar, pero el objetivo era que los chicos pudieran luchar, estar frente a un público en vivo, porque ahí es donde obtienes tu verdadera educación«.

La transición a NXT:

«Creo que vieron que esto podría ser más grande si empezaban a respaldarlo e invertir dinero en él. Creo que Triple H tuvo la visión después de visitar un campamento de fútbol profesional.

«El cambio de mando en el área de Relaciones de Talento en WWE pasó de John Laurinaitis a Triple H, y como en cualquier deporte, cuando cambias al entrenador, éste cambia al equipo».

«Cuando me preguntaron qué quería hacer, fueron muy respetuosos y corteses conmigo, lo cual aprecio. La idea de la transformación de FCW a NXT fue hacerla algo más grande, más importante, pero no me gustaba porque se perdía el concepto de ser algo nuevo».

Por qué no quiso seguir:

«Empecé a ver a menos chicos con pasión y a más tipos de ambientes distintos, y no es que haya algo malo con eso, simplemente es más difícil enseñar a alguien que no ama esto.

«Luego querían hacer cambios y quitarme de en medio porque ya no hacía mucho, y está bien. Me pidieron que me mudara a Orlando, y les dije que no podía. Soy un sexagenario y vivo en Tampa. Conozco Florida, y sé que el mejor lugar para vivir es Tampa, y ahí es donde quiero pasar el resto de mi vida. No quiero mudarme ochenta millas al este a una trampa de turistas cuando más necesito estar en mi casa.

«Cuando se acabó mi contrato, me sentí feliz, era tiempo de hacerme a un lado. Me dijeron que no lo renovarían, y como respuesta los abracé y les dije ‘¡Gracias!’. Me esperé hasta el final porque a mí me enseñaron a nunca renunciar y a hacerlos pagar hasta el final».

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