En Cuernavaca, Morleos, se vivió una de las mejores peleas femeniles del año. Yareli Larios iba de invicta a enfrentarse a la ex campeona Yazmín «Rusita» Rivas.
La de Guadalajara iba por su treceava pelea en tanto la duranguense buscaba colocarse de nuevo en los planos estelares del boxeo femenil.
Yareli es fuerte y a pesar de la juventud le plantó cara a la «Rusita» para hacer una pelea emocionante y de alto impacto.
Larios llevó la iniciativa del combate al buscar el combate frontal. Tal vez uno de los errores que se le vio a lo largo de la pelea fue su falta de combinaciones y justo tirar combinaciones que alternaran golpes al cuerpo.
Peleó bien, le hizo la noche difícil a la «Rusita», pero sus combinaciones fueron las mismas a lo largo de la pelea y se olvidó de pegar al cuerpo. Con todo y que sus combos de golpes cerraban con volado de izquierda, la «Rusita» no pudo evitar ser pescada por ese golpe en muchas ocasiones.
La «Rusita» al principio estuvo muy estática y no lanzó muchos golpes, lo que lo dejaba a merced del ataque de Larios.
A Rivas le costó trabajo salir del rango de ataque de Yareli porque por cada uno que conectaba recibía el doble. Sin embargo, conforme pasó la pelea dejó de lanzar sus misiles a la cabeza para meterle más presión con golpes al cuerpo.
Esto coincidió con la baja de ritmo de Yareli en cuanto a desplazamiento por el ring, sin que esto significara que dejara de atacar, aunque en ocasiones sí dejó puntos ciegos, que fue donde le entraron los golpes de Rivas.
Fue en ese momento en que se igualaron fuerzas y que se puso más interesante al intercambio la pelea. Por pocos golpes sacó mejores dividendos Larios porque conectó más a la cabeza y más golpes por combinación.
Sin embargo, dicen que «caballo que alcanza gana» y aunque Rivas inició un poco lenta, al final supo aprovechar la baja de su rival para remontar, ganar y conseguir el cinto internacional de peso supergallo.