Royal Rumble: El majestuoso linaje de la Batalla Real‏

“Recuerdo el estado de ánimo de la tarde y el estado de ánimo de la multitud. Todo el mundo estaba feliz de estar allí… Todos los muchachos querían dar su mejor actuación… yo sabía que estábamos haciendo algo realmente grande”.

Esta es, sin duda, resumida en apenas unos cuantos vocablos articulados de perspicaz modo, una elocuente y apasionante forma en la que Hillbilly Jim recuerda en el artículo “The First Royal Rumble” publicado por WWE.com; como gratamente complacido ante la perspectiva de encontrarse colocado en el centro del ring del primer Royal Rumbe, logra, con todo el infortunio de la limitante capacidad de los sentidos humanos, apoderarse del momento, de los sentimientos y del estado de ánimo de aquella gloriosa tarde,  y guardarlo bajo el tejado del tiempo, en la reminiscencia de sus más grandes glorias.

La inicial curiosidad de una inusual Batalla Campal se convirtió en una Batalla Real, la batalla real que pasó a ser uno de los más grandes eventos, uno de los más grandes eventos que pasó a desafiar la inherencia entre el deporte y el espectáculo. Una historia increíble. Ahora la afición quiere saber cómo acaba la historia. No sólo se conforman con fuertes rumores acerca de quién ganará o con la expectativa que generan las viejas leyendas o los murmullos de sus posibles regresos.

“Una prueba de resistencia, la fuerza y ​​la supervivencia a toda costa, el Rumble es la definitiva batalla real, donde el objetivo principal de cada Superstar es impulsar a sus oponentes sobre la cuerda superior, y que los pies toquen el suelo” apunta Zach Linder en “30-Man Royal Rumble Match”, artículo de WWE.com.

“En 1995, wCw intentó capturar la misma emoción e imprevisibilidad que hizo famoso el Royal Rumble” -señala William Regal – y entonces “…El Presidente de wCw Eric Bischoff cree en algo «más grande, mejor», y creó la Primera Guerra Mundial 3, una batalla real de 60 hombres que se llevó a cabo en tres cuadriláteros separados”.

Royal Rumble: El majestuoso linaje de la Batalla Real‏ / Ilustración por: Xavier Avilés
Royal Rumble: El majestuoso linaje de la Batalla Real‏ / Ilustración por: Xavier Avilés

En el año 2011, la batalla real rompió todos los paradigmas dibujados hasta la fecha y decidió sumar 10 Superestrellas al enfrentamiento. Y en 1988, en el primer Royal Rumble de la historia, apenas hubo 20 Superestrellas, siendo la batalle menos duradera de la historia. Sin embargo, esta idea debutante e innovadora para su tiempo, hubo de engendrarse tras un arduo proceso que muy pocos conocemos.

La inicial curiosidad de una inusual batalla campal se convirtió en una batalla real, y es preciso que desencadenemos por aquí lentamente la grandiosa historia que confabula la leyenda del Royal Rumble. A través de su larga y quizá, poco difundida historia, hurgar en el desván de los recuerdos de la batalla real, como tal, nos remonta hasta finales de 1960, según reporta el sitio en Internet KayfabeMemories.com Where Wrestling’s Regional History Lives!; quien afirma que este tipo de combates nació en el Cow Palace, una arena de lucha libre situada en un suburbio de San Francisco conocido como Daly City. Y fue así que la ciudad albergó este tipo de encuentros, por más de unos cuántos años y de manera consecutiva, pero bajo el imperio y yugo de los muchas veces fríos y lúgubres circuitos regionales de lucha libre.

Poseedores de la instintiva astucia que caracteriza a un guerrero, personalidades de la época como Hank Renner o Roy Shires, salpimentaban este tipo de batallas inyectando cantidades de dólares exorbitantes como recompensa al ganador. Estos encuentros tuvieron la dicha de galardonarse al ver ensalzarse como triunfadores a gente de la talla de Mr. Fuji, André the Giant y Pat Patterson.

La batalla real que pasó a ser uno de los más grandes eventos, había llegado a la arrogancia creativa de la WWF. Y en el intante mismo en que la luz de una hermosa luna de octubre desgarraba la oscuridad,  el domingo 10 de este mes, de 1984, tendría lugar el predecesor más longevo del Royal Rumble, una batalla real, dibujada con pomposas pinceladas en el marco del evento WWF 30000$.

Aquel encuentro se solicitó en medio de un sitio en donde se oía con especial vigor el rimbombar de los murmullos de la algarabía de la afición. La cita con la eternidad estaba pactada, la sentencia ya se había dictado y se daba paso al recibimiento de los 18 hombres participantes, los cuales se paseaban entre los aficionados, con veloz cadencia se abrían paso a empujones y portaban consigo una intrincada mirada amenazadora. Tan pronto como sonó la campana, se desgarró la quietud que teñía el ring. No podía decirse “increíble” tan pronto como los hombres sobre el ring se involucraron en la acción.

Aquellos 18 hombres eran: Hulk Hogan, André The Giant, Big John Studd, The Masked Superstar, Moondog Rex, Samu, Mil Máscaras, Dr. D. David Schultz, Bob Boyer, Mr. Fuji, Tiger Chung Lee, Ivan Putski, Tony Atlas, Paul Orndorff, Rocky Johnson, «Superfly» Jimmy Snuka, Adrian Adonis, Dick Murdoch. Pero lejos de obtener consideración alguna por la fama que en individual poseía cada uno, esa condición los volvía más peligrosos y amenazantes sobre el ring, y por tanto, blancos de destrucción.

Un alarido de terror que expresó una voz masculina se escucha sobre el ring, es difícil saber de quién proviene y qué ha sido el causante. Y aunque mi prosa debe de relatar ahora un nuevo suplicio, es muy difícil poder describir esta batalla. Con movimientos ligeramente retardados en comparación a los de los demás, André the Giant impuso sus fuerzas sobre muchos de los competidores, pero en esta ocasión, no la fuerza inamovible ni el objeto invencible estaban destinados a triunfar. Aparentando con una serenidad que estaba lejos de sentir, Rocky Johnson, padre del afamado actor y luchador The Rock, batalló incesablemente, sin cercenar en movimientos, golpes y patadas. Mil Máscaras brillaba por cuenta propia, su rostro jamás descubrió y parecía relatar en sus aguerridos movimientos la experiencia de la antigüedad. Jimmy Snuka, un gladiador valeroso y ferviente, pero tal parecía que la piedad no se cobijaba en él. Considerando que más caótico, que cualquier otra cosa,  debió de haber sido este enfrentamiento y mucho más suerte se hubo de haber necesitado para ganar una batalla de este tipo, una cruzada, que ofrecía al ganador la cantidad que se estampaba en el nombre del evento, pero en billetes verdes.

Y al final, todo este dificultoso ritual, no era más que uno de los más grandes eventos que pasaría a desafiar la inherencia entre el deporte y el espectáculo. La historia hoy, es diferente, y aunque mis ojos se encuentren turbados y mi espíritu torcido ante cómo se escribirá la página del Rumble que se avecina. Es sin duda una historia increíble. Y es hora de que la afición sepa cómo termina.

La figura que se ha difundido durante semanas, de un Santino Marella estampado tras una bola de cristal, en plenos estado de sortilegio promocionando el Royal Rumble 2012, bien podría dar la imagen intrínseca de lo que representa la suerte en la batalla real y apostar a la idea que sugiere, será la suerte misma, la que decida el rumbo de este enfrentamiento. Pero suerte, es la palabra que gusta de usarse en el wrestling profesional para justificar las grandes hazañas, que pocas veces son esperadas por la afición y cuya elocuencia es demasiado ruda para ser una simple casualidad, por ahora lo único que queda es esperar una gran batalla, una batalla real, en donde gane al mejor.

LA LUCHA SIGUE...
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7 comentarios en «Royal Rumble: El majestuoso linaje de la Batalla Real‏»

  1. Una nota bastante interesante, muy bueno datos y antecedentes. Esperaba poder leer algo como es

    En relación al RR en general, decir que siempre, sea como sea, genera muchas expectivas en el público, por allí pasa el exito del evento, creo yo. Todo esperamos conocer al gran «Afortunado», aun cuando dicho calificativo estos ultimos años no se ha hecho valer en WM, el porcentaje de triunfos ha caido mucho en este ultimo periodo.

    Ahora, sobre el RR de este año, decir que si bien tenemos dos claros favoritos – Jericho y Orton – espero que la aparición de luchadores inesperados le otorgen un mayor dramatismo e incertidumbre al encuentro. Como siempre es de esperar que con esto se logre un gran evento y que, aunque en estos tiempos resulta complicado, nos sorprendan de buena manera.

    Saludos!

    • «Una nota bastante interesante, muy bueno datos y antecedentes. Esperaba poder leer algo como esto durante el día».

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