A raíz el pasado mes de la enésima pregunta sobre un potencial último combate de retiro contra Sting, The Undertaker pareció cerrar la puerta a ello, admitiendo que ya no podría ofrecer un espectáculo a la altura de la fama de los implicados. Y de paso, hizo una curiosa confesión.
«No quiero que la gente tenga una versión diluida del personaje. Quiero que la gente recuerde los 90, los combates de WrestleMania con Edge, Batista, Shawn [Michaels] y [CM] Punk. No el combate con Roman [Reigns], donde yo estaba quemado y fuera de forma. Parecía un Elvis gordo».
Y aunque Reigns no se atrevió a tal símil entre «The Phenom» y el Rey del Rock, cuando fue preguntado por Kayla Braxton este verano, sí que reconoció también que dicho duelo de WrestleMania 33 pudo ser mejor.
► Una pequeña piedra en el camino de «The Tribal Chief»
No obstante, ahora, durante su intervención en el podcast Load Management, Reigns se muestra positivo, pues considera que su experiencia junto a Taker lo hizo mejor. Tanto, que de hecho considera que tras aquel choque su nivel sobre el ring ha sido consistentemente positivo.
«Sí, sin duda creo que salí fortalecido, aprendiendo de él [The Undertaker] y aprendiendo de esa experiencia. No creo… y puedes contradecirme si quieres, pero no creo que haya tenido un mal combate desde entonces, he estado en algunas grandes luchas desde entonces y hay muchos detalles diferentes de los que he aprendido a fin de utilizar esas habilidades y cargar algunas herramientas más en mi mochila con las que trabajar cada día».
Obviando el particular juicio de Reigns, su más reciente encuentro el pasado domingo en Clash of Champions fue una gran muestra de narrativa dentro del ring, al consumar definitivamente un paso al bando rudo que de momento luce como la gran atracción de Friday Night SmackDown. Tal vez Reigns haya encontrado la fórmula ideal para esconder sus limitaciones técnicas gracias a esta nueva caracterización de personaje.