Por Gladys Trujillo
Rafael García, fue, hasta poco antes de la pelea de Floyd Mayweather contra Marcos Maidana (realizada el pasado 13 de septiembre) el hombre encargado de vendar las manos de Mayweather y de cuidar las cortadas que sufriera en el ring.
Sin embargo, Rafael García no fue quien vendó las manos de Floyd en la pelea contra Maidana, ese trabajo lo realizó Bob Ware con ayuda de Alex Ariza (quien se supone, no esta contratado ni trabaja para Floyd).
Y es que Mayweather dejó claro que García no es hombre de su esquina únicamente, si no de la esquina de todos los integrantes del equipo de Floyd. Fue por eso que antes de que llegara su turno en el ring, «Money » le pidió a García que fuera a ayudar a Mickey Bey, que se enfrentó al mexicano Miguel «Títere» Vázquez (de quien obtuvo el Título de Peso Ligero de la Federación Internacional de Boxeo).
García explicó las razones por las que dejó el equipo de Mayweather para callar los rumores que sugieren que Floyd lo hizo a un lado poco antes de la pelea contra Maidana y dejó claro que es su decisión dejar el «Money Team».
-Efectivamente, yo no vendé las manos de Mayweather para la pelea contra Maidana, pero no fue porque me haya despedido (…) Floyd me pidió que asistiera a Mickey Bey para su pelea contra Migue «Títere» Vázquez. Cuando regresé (al vestidor de Floyd) ya estaban vendándolo. No me opuse porque finalmente quien se sube a pelear es él, no yo. Pero antes de que me corran, decidí salirme.- comentó don Rafael García.
Con esta declaración, quiso demostrar públicamente su agradecimiento a Floyd, aún cuando el mismo García comenta que no ha hablado con el campeón porque está de vacaciones. Sin embargo, mencionó que el hecho de que fuera reemplazado en la pelea de Maidana no es la razón de su salida. Incluso mencionó que está agradecido con Floyd porque a él le debe su actual estilo de vida.
Y es que a los 85 años de edad, Rafael García considera que ya es momento de dejar el boxeo y pasar su tiempo en un ritmo más tranquilo.
-Cuando regrese (de vacaciones) hablaré con él y le daré las gracias por todo. Tal vez vaya a visitarlos al gimnasio para saludarlos, pero ya estoy grande y quiero disfrutar mi vida.-